Críticas
Extraños en su tierra
Xenia
Otros títulos: Cuestión de actitud.
Panos H. Koutras. Grecia, Francia, Bélgica, 2014.
El director Panos H. Koutras (Strella, 2009) nos presenta en Xenia un film lleno de simbolismo, un verdadero conglomerado de géneros, que van de la comedia a lo fantástico con toques de melodrama. La trama se compone de un conjunto de altibajos emocionales, en la que diversos y centrales temas son abordados de una forma fresca y ligera. Armada con unas actuaciones creíbles, juveniles y muy naturales.
Cuestiones actuales, sensibles y relevantes como la inmigración, la intolerancia a las minorías, la homosexualidad y la homofobia, la búsqueda de identidad y pertenencia, entre muchos otras, se plantean y se profundizan en esta historia de hermandad. Se nos relata un viaje que resulta ser un proceso de transformación y de búsqueda, en el que tanto personajes como espectadores nos embarcamos por igual.
Xenia se desarrolla en la Grecia moderna, cargada de problemas y contratiempos, donde una gran población de inmigrantes provenientes de Albania viven aún sin recibir la nacionalidad, por no ser descendientes sanguíneos de ciudadanos griegos. Este es el caso de Danny (Kostas Nikouli) y su hermano Odisseas (Nikos Gelia), de 16 y 18 años, respectivamente, quienes a la muerte de su madre albana, se encuentran de pronto como extraños en el mismo suelo que los vio nacer. Por tal razón deciden partir rumbo a los suburbios de Atenas en busca de su desconocido -pero griego- padre, para pedirle que los reconozca, con el fin de obtener, así, la ciudadanía de su país.
Su travesía es la que seguiremos en pantalla, acompañándolos en algunas situaciones difíciles y dolorosas o en otras, divertidas y conmovedoras. Somos testigos de una serie de vivencias repletas de complicidad, de compañerismo y juventud. El film nos comparte el camino a la recuperación del vínculo entre dos hermanos que se encontraba entumecido, demostrando la enorme fuerza de los lazos familiares en tiempos oscuros. En contextos en los que se tiene tan poco, es necesario aferrarse a aquello con lo que se cuenta: el apoyo fraternal, a pesar de las faltas o errores cometidos. Definitivamente, algo muy reconfortante del film es la plena aceptación que se demuestran el uno al otro, se quieren tal cual son, ante un mundo que señala, margina y juzga.
Otro componente substancial en el desarrollo de la historia es la fantasía. Los sueños y lo irreal se hacen presente, brindando pistas de lo penoso que resulta crecer, más aún en contextos tan complicados como los que les toca a estos chicos. Por lo que establece la necesidad de aferrarse a ciertos elementos u objetos que les infundan seguridad. Podemos ver los artilugios y locuras de la mente para intentar hacer más llevadera la carga.
El soundtrack adquiere un rol protagónico en la película. La música original es compuesta por Delanei Blue, algunas piezas más antiguas son de Guido María Ferilli, y las letras de Andrea Lo Vecchio, otorgando al film una personalidad propia, cargada de nostalgia y remembranza. Lo que brinda el color necesario para transmitir los sentimientos de los personajes. El rememorar lo que solía escuchar su madre se vuelve muy significativo para Danny y Ody, se convierte en uno de estos bastones sobre los que se sostienen los recuerdos de su niñez y sus anhelos de superarse y brillar. A su vez, las canciones italianas de los setentas, interpretadas por Patty Pravo, también resultan ser una catarsis para los protagonistas, detonando emociones y sanando sus heridas.
Asimismo, evocando a Rafaela Carrá, con su canción de Rumore, Koutras logra un momento para atesorar en la escena en la que los hermanos la cantan y bailan en una coreografía que aprendieron de pequeños. Es una verdadera joya que nos abre una ventana a la intimidad y el juego en el que unos muchachos se permiten seguir siendo niños por unos instantes.
Danny es apenas un inquieto adolescente homosexual, con una original y desenfadada personalidad, pero que atraviesa una etapa de cambios e inestabilidad. Quiere actuar como adulto, pero su niñez le sigue jugando algunas trastadas. Como la necesidad de azúcar en todo momento o el obsesivo apego a su conejo. Su hermano Odisseas es el maduro y responsable, el consciente, quien lo cuida y trabaja para mantenerlo, pero también con deseos y sueños propios.
Otro personaje relevante en la trama es Tassos, bien interpretado por Aggelos Papadimitriou, figura trascendental en la infancia de los protagonistas. A él le deben mucho de sus gustos, su personalidad, y recuerdos gratos de su niñez.
La tradición literaria desde la Grecia antigua, hace resaltar tanto lo trágico como lo cómico, así en Xenia se compaginan estos y otros géneros para otorgarnos una historia onírica, llena de fantasía, de la mano de una cruda realidad. Koutras demuestra su gusto por la mitología, haciendo alusión, en este caso, a la Ilíada, en el que un Odisseas moderno y su hermano viajarán con un objetivo final, pero la verdadera historia se encontrará en el viaje mismo. Así como en su anterior film Strella, hace referencia al mito de Electra, contando la historia de un padre que se enamora de su hijo transexual. Por otro lado, gusta de abordar conflictos que ventilan los vicios y las deficiencias de las sociedades modernas, en las que se percibe una falta de respeto y tolerancia a la diversidad.
Encontramos en el trabajo de Koutras una forma singular de aproximarse a las temáticas, que por ser tan ásperas, uno podría esperar un film denso, difícil de digerir. Sin embargo, a pesar de ser una cinta de 134 minutos que podría parecer muy larga, se disfruta mucho, porque está cargada de un alegre optimismo, contada desde la óptica esperanzadora de unos chicos sin patria, pero felices errantes. Como lo dice el mismo Odisseas en alguna escena: “Da igual a dónde viajemos, todos somos extraños en cualquier país”.
Trailer:
Ficha técnica:
Xenia / Cuestión de actitud , Grecia, Francia, Bélgica, 2014.Dirección: Panos H. Koutras
Guion: Panos H. Koutras, Panagiotis Evangelidis
Música: Delanei Blue
Reparto: Kostas Nikouli, Nikos Gelia, Aggelos Papadimitriou