Críticas
SPQR
Coriolanus
Coriolanus. Ralph Fiennes. RU, 2011.
La vida y la obra de William Shakespeare constituyen, por sí mismas, todo un género cinematográfico, a juzgar por el número de trasposiciones cinematográficas que existen de algunas de sus piezas dramáticas más celebradas, como Hamlet, Macbeth o Romeo y Julieta. Ahora bien, de vez en cuando llega a nuestras pantallas alguna película basada en otras obras menos conocidas de Shakespeare. Eso es lo que ocurre con la reciente Coriolanus, que, no obstante, ya había tenido alguna adaptación anterior, sobre todo para televisión. Coriolanus supone el debut cinematográfico en la dirección del gran actor británico Ralph Fiennes, protagonista, entre otras películas, de La lista de Schindler (Schindler’s List, Steven Spielberg, 1993), El paciente inglés (The English Patient, Anthony Minghella, 1996), El fin del romance (The End of the Affair, Neil Jordan, 1999), Spider (David Cronenberg, 2002), El jardinero fiel (The Constant Gardener, Fernando Meirelles, 2005) o El lector (The Reader, Stephen Daldry, 2008).
Para su opera prima como director, Fiennes ha elegido una pieza que ya había interpretado sobre las tablas en el año 2000. Se trata de una de las tragedias tardías de Shakespeare, escrita alrededor de 1608, de cuyo guion se ha encargado John Logan, responsable de libretos tan sugerentes como los de Gladiator (Ridley Scott, 2000), El aviador (The Aviator, Martin Scorsese, 2004), Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet (Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street, Tim Burton, 2007), Rango (Gore Verbinski, 2011) o La invención de Hugo (Hugo, Martin Scorsese, 2011). Coriolano es una de las tragedias de asunto romano del Bardo, al igual que Tito Andrónico (1594), Julio César (1599) o Antonio y Cleopatra (1606), todas ellas llevadas al cine alguna ocasión.
Fiennes y Logan partían de uno de los textos más largos de Shakespeare, pero han sabido trasponerlo a la pantalla sin que pierda un ápice de su fuerza original a pesar del necesario ejercicio de reducción que han practicado sobre él. El resultado es una tragedia prototípica sobre el auge y la caída de un general romano llamado Gneo Cayo Marcio (Ralph Fiennes), al que, tras su victoria contra los volscos en Corioli, todos conocen con el sobrenombre de Coriolano. El episodio histórico en el que se basa Shakespeare tuvo lugar en los primeros años de la República, concretamente en torno al año 493 antes de Cristo, tal como relatan Plutarco y Tito Livio. Fiennes, sin embargo, ha trasladado la acción en el tiempo y la ha situado en un lugar que recuerda mucho a la guerra de la antigua Yugoslavia. La Roma de Fiennes no es la de Shakespeare, sino una mucho más próxima, en la que los vehículos han sustituido a los caballos y las armas de fuego a las lanzas y las espadas. De hecho, los exteriores de la película se rodaron en Belgrado.
El general Cayo Marcio Coriolano es un servidor fiel de Roma, que derrota al caudillo volsco Tulo Aufidio (Gerard Butler) y regresa victorioso a la ciudad, donde es recibido con honores. Allí, con la ayuda de su madre, Volumnia (una inmensa Vanessa Redgrave), y el senador Menenio (Brian Cox, también inconmensurable), trata de hacer carrera política y es elegido cónsul, pero los tribunos de la plebe, que no olvidan su carácter violento, su desmedida ambición y su constante arrogancia, consiguen que el pueblo de Roma no ratifique la elección, lo que conduce a Coriolano directamente al exilio. Una vez allí, se pone al servicio de su anterior enemigo, Tulo Aufidio, y regresa a Roma, no como salvador, sino como conquistador.
Lo que plantea Shakespeare en Coriolano es la idea de cómo el poder y la soberbia pueden corromper a un hombre hasta el tuétano. En cierto modo, el personaje de Cayo Marcio recuerda en más de un aspecto a otro de los grandes conspiradores del teatro de Shakespeare, Ricardo III, pero también al Kurtz de El corazón de las tinieblas y de Apocalipsis Now (Apocalypse Now, Francis Ford Coppola, 1979). Coriolanus es, en realidad, una auténtica metáfora de nuestro tiempo, y lo peor es que la Roma de Fiennes no se aleja mucho de otras realidades como Irak o Siria.
En definitiva, el gran mérito de Fiennes es haber actualizado una de las obras menos conocidas de Shakespeare. La televisión es omnipresente a lo largo de la película, en imágenes documentales, debates televisivos, noticiarios… Fiennes ha respetado los diálogos originales y los ha puesto en boca de uno de los mejores repartos de los últimos años. Valdría la pena ver Coriolanus solo para recibir las lecciones de interpretación que ofrecen Vanessa Redgrave, Brian Cox y el propio Fiennes, acompañados por los más discretos, pero igualmente efectivos, Gerard Butler y Jessica Chastain.
Premios:
Nominada al Oso de Oro en el Festival de Berlín
Mejor actriz secundaria (Jessica Chastain) de la Asociación de Críticos de Los Ángeles
Nominada al Mejor debut británico en los Premios BAFTA
Mejor actriz secundaria (Vanessa Redgrave) en los British Independent Film Awards
Tráiler:
Ficha técnica:
Coriolanus (Coriolanus), RU, 2011.Dirección: Ralph Fiennes
Guion: John Logan
Producción: Anthony Buckner, Ralph Fiennes, Christopher Figg, Christine Langan, John Logan, Norman Merry, Marko Miskovic, Gabrielle Tana, Julia Taylor-Stanley, Colin Vaines, Kevan Van Thompson, Robert Whitehouse, Will Young
Fotografía: Barry Ackroyd
Música: Ilan Eshkeri
Reparto: Ralph Fiennes, Gerard Butler, Vanessa Redgrave, Brian Cox, Lubna Azabal, Ashraf Barhom, John Kani, Jessica Chastain, Dragan Micanovic, Paul Jesson, James Nesbitt