Críticas
El insoportable deseo de sentirse amado
Trage Leifde
Otros títulos: Drown Out Love.
Boudewijn Koole. Países Bajos, 2007.
Trage Liefde constituye la opera prima del director holandés Boudewijn Koole, cinta que le abrió las puertas para hacer cine para la televisión de su país (Maite was hier) y facilitó su muy reciente Kauwboy (2012). Con una fuerte influencia del cine de Rainer W. Fassbinder, tanto en la estética como en la fotografía, la propuesta de Boudewijn Koole deviene original al proponer una forma de filmar un asunto que, si bien no es novedoso, atrapa totalmente la atención del espectador, a pesar de lo espinoso y perturbador que pueda resultar.
El film aborda la búsqueda interminable de respuestas inexistentes inherentes a la condición propia del ser humano. El director propone diseccionar, en un ambiente sórdido y lumpen, y sin tanto preámbulo, los lazos filiales y todo lo que involucra el insoportable e insignificante deseo de sentirse amado. Para alcanzar este estado emocional, a veces, los riesgos son grandes y no hay camino de regreso; sin embargo, el director no hace concesiones y la propuesta visual deja que el espectador se cuestione si lo aprendido a lo largo de la vida es lo correcto.
Nuevamente, el cine evidencia una farsa social de la que todos, sin excepción, hemos sido víctimas, muchas veces sin darnos cuenta, a pesar de que las culturas helénicas nos dejaron el conocimiento de que el ser humano debe entenderse como un todo y no condicionarlo con prejuicios morales que sólo tienen sentido para quien los establece y los institucionaliza, sodomizando y manteniendo muerto en vida al resto.
Trage Liefde es, en esencia, un drama familiar, similar a films consignados por la cultura occidental, que tienen la misma naturaleza perturbadora, deconstructora de paradigmas y que preconizan el fracaso del amor a quienes se oponen al destino; podemos citar algunos ejemplos, entre ellos: Padre e hijo (Aleksandr Sokúrov, 2003), Ma Mére (Christophe Honoré, 2004) o De la calle (Gerardo Tort, 2001). Films que dan pie a búsquedas de respuestas afectivas inexistentes y que sólo han destapado sentimientos y emociones encontrados, ahogando el último indicio de lucidez de quien lo vive y sumergiéndolo en la locura total, donde la realidad y la ficción se confunden en un mar de lágrimas, nostalgia y culpa.
Félix (Emiel Sandtke) vive con su abuela materna (Celia Nufaar), aparentemente, una vida ordinaria y sin mayores problemas; sin embargo, un tercer personaje entra en escena. El film no es claro en explicar quién es este personaje, pero es muy enriquecedor, porque la narrativa permite que el espectador conjeture, asuma y construya, de acuerdo a su propia realidad, el antecedente y la relación de este hombre llamado Johan (Victor Löw.) Félix busca respuestas a un pasado y Johan se refugia en la pasión por el jazz como parte de una nostalgia perenne. Los encuentros entre ambos hombres, en apariencia fortuitos, desencadenan emociones y sentimientos que van más allá de nuestra imaginación.
Las interpretaciones de los dos personajes, tan opuestos entre sí, son contenidas, lo que permite dilucidar el carácter y la naturaleza de cada uno de ellos. En el mejor estilo de Bresson, la película utiliza una gran economía de recursos, lo que se agradece en términos de puesta en escena. Hay momentos que solo encuentran su explicación en la mente del espectador. Una muestra inteligente de que el cine tiene la capacidad de abordar las historias más difíciles y lo hace lúcidamente, apelando a la capacidad de interpretación del público.
Tráiler:
Ficha técnica:
Trage Leifde / Drown Out Love , Países Bajos, 2007.Dirección: Boudewijn Koole
Guion: Helena van der Meulen, Boudewijn Koole
Producción: Jongens van de Wit, Boudewijn Koole
Reparto: Victor Löw, Emiel Sandtke, Celia Nufaar, Suus ten Holt, Mijs Heesen, Felix Burleson, Edwin Jonker, Katja Herbers, Juan Wells, Ellik Barga