Hermosas criaturas

Son varias las sagas de películas basadas en la brujería y en los poderes sobrenaturales que hemos visto en estos últimos años. Ejemplos que vienen de inmediato a la mente son Harry Potter y Crepúsculo, ambas basadas en libros muy exitosos que se llevaron al cine. Son muy del gusto de las nuevas generaciones y en ello tiene que ver que están protagonizadas por artistas jóvenes y atractivos, apoyados por un reparto de figuras veteranas de buena calidad. Se desarrollan en ellos los temas siempre importantes de la lucha entre fuerzas oscuras y fuerzas luminosas, en las cuales los jóvenes ofrecen nuevos puntos de vista que aportan esperanzas y creatividad a contiendas que vienen desde siempre.

Igual sucede con Hermosas Criaturas. Está basada en una serie de novelas de las escritoras Kami Garcia y Margaret Stohl, conocidas como las Crónicas de Caster. En esta primera obra de la serie presentan a las criaturas caster como personajes que tienen poderes mágicos y que deben enfrentarse en sus vidas a la decisión de hacer parte del lado oscuro o del lado luminoso de la brujería. Solo que, en el caso de las mujeres, tal cambio, que ocurre a los dieciséis años, no depende de ellas mismas, sino de extrañas circunstancias externas.

A esas circunstancias debe someterse Lena Duchannes (Alice Englert), la bruja adolescente, quien cae enamorada de un ser humano normal, tema extremadamente peligroso y prohibido entre los casters y que ya en el pasado ha provocado una tragedia, que se recrea en la película, entre escenas tomadas de la guerra civil norteamericana del siglo diecinueve. Su enamorado es Ethan Wate (Alden Ehrenreich) y el romance que los dos viven, no deja ser divertido y provocativo, ya que se trata de dos seres muy distintos a sus compañeros de estudio y de adolescencia. La historia transcurre en un pueblo perdido del sur de Estados Unidos, donde dominan ciertas formas de racismo y de fanatismo religioso y político, a las cuales se deben enfrentar los dos amantes.

Trata entonces Hermosas Criaturas un tema relativamente frecuente en el cine norteamericano, que es el de la vida en pueblos perdidos, donde todo transcurre de forma monótona, entre los días de colegio, las bromas y diversiones entre amigos y la asistencia dominical a la iglesia, sin mayores esperanzas de evolución, a no ser que las personas se atrevan a buscar otros horizontes. Ethan quiere romper moldes y encuentra en la extraña Lena, de modales independientes y liberados, su encantamiento.

Dejando de lado la historia, que se resuelve en forma sorprendente, como corresponde a una situación dominada por poderes sobrenaturales, vale la pena detenerse en algunos aspectos del filme, como son la mansión donde vive Lena con su tío y los paisajes y localizaciones. El rodaje se realizó en exteriores de Luisiana, en su mayor parte en Nueva Orleans y alrededores. El director y su equipo fueron creando un mundo en donde se mezclan lo real y lo sobrenatural. Estos paisajes de la zona del Misisipi se prestan para tales combinaciones y ya han sido abundantemente utilizados en el pasado en películas misteriosas. (Arde Mississippi, 1989; El Corazón del ángel, 1987, y Veneno, 2005, entre otras).

La mansión caster no se ajusta a lo que sería la típica casa de plantación de la región de Luisiana. El director se decidió por una extraña combinación entre exteriores algo tétricos y misteriosos, llenos de enredaderas y de altos muros. Pero el interior es completamente distinto a lo que podría esperarse de una mansión embrujada, con una imponente escalera de diseño limpio e inmaculado y ambientes con escasos muebles modernos, para nada escalofriantes. La casa fue dotada de fluidez, a través de la iluminación y de los colores de sus espacios, y se la nota cambiar y reaccionar de acuerdo con los momentos de entusiasmo o depresión que vive la joven bruja Lena, a medida que se acerca el momento en que debe enfrentarse a su destino fatídico. En este sentido, la mansión caster es un personaje más de la historia, algo que no es raro cuando se trata de mansiones embrujadas, pero en este caso no se trata de un lugar que asuste al espectador. De hecho, nada en la película busca horrorizar, más bien se trata de un divertimento sobre dos enamorados que deben resolver una extraña situación, no exenta de misterio y de encantamientos.

Por otra parte, el mundo de los casters es más bien monótono y poco creativo, a la hora de la verdad, poco distinto del mundo estrecho en que viven los habitantes normales del pueblito de Gatlin, en que transcurre la historia. Tales seres mágicos no saben qué hacer con sus poderes, excepto desgastarlos en acciones algo juguetonas y ligeramente amenazantes, sea que se trate de seres del lado oscuro o del lado iluminado. No hay búsquedas de sabiduría, de verdad, de justicia, ni tampoco de gran poder o de gran daño. Probablemente en esto hay una metáfora escondida sobre la inutilidad de los poderes ante las circunstancias limitantes de la cotidianidad, a la cual todos están finalmente sometidos cuando no se tienen grandes metas ni aspiraciones. Por ello, finalmente es Ethan el ser liberado e independiente que con su energía creadora posibilita los cambios en su mundo personal y en el mundo de Lena.

Hermosas Criaturas trata otro tema un poco extraño para observadores externos, el de las celebraciones que se hacen en muchos pueblos norteamericanos donde se conmemoran batallas de la Guerra de Secesión, asunto que forma parte central de la trama.  No fue difícil para los productores encontrar extras locales para dichas escenas, pues dieron en la zona con grupos que se toman estos simulacros teatrales muy en serio, hasta el punto de programar batallas semestralmente.

Se me ocurre cerrar estos comentarios deteniéndome en el nombre de la saga y de la película. El apelativo de hermoso no deja de ser una etiqueta interesante destinada a establecer realidades y puntos de partida. Quizás se trate de una aproximación al tratamiento optimista de las dificultades que siempre van a ocurrir cuando hay contactos y relaciones entre seres distintos. El lado oscuro de las personas se ilumina cuando se aprecia la belleza subyacente.

Tráiler: