Críticas
Cliché o película clásica de fantasmas
La mujer de negro
The Woman in Black. James Watkins. Reino Unido, 2012.
Quizás uno esperaría que el film que le permitió escapar a Daniel Radcliffe de la saga Harry Potter fuera más exitoso, con una historia más atrapante y un poco más original. Su imagen en La mujer de negro vende. Las publicidades con las fotos del actor dan una idea de film de suspenso con una veta de fantasía, y no lo que finalmente es: una película de fantasmas más del montón.
El inglés James Watkins tiene más labor cinematográfica como escritor que como director, siempre relatando thrillers con gran contenido de terror. Sólo dirigió una película antes de La mujer de negro, Lago Eden (2008), que tuvo cierto éxito aunque no contó con actores tan famosos como Radcliffe.
La historia está situada en Inglaterra, a principios del siglo veinte. Arthur Kipps (Daniel Radcliffe) es un joven abogado de Londres con un niño de cuatro años (su mujer murió al dar a luz), que debe viajar a Crythin Gifford para ocuparse de los papeles de una mansión para ponerla en venta.
Desde su llegada, los habitantes del pueblo se muestran reacios a dar información sobre la mansión y su dueña, una viuda recientemente fallecida. Intentan que Arthur vuelva a Londres e impiden a toda costa que se dirija a la mansión. Cuando el abogado comienza su trabajo, indagando en el papelerío de la viuda, descubre un costado oscuro de la familia. Alice Drablow tenía una hermana que no pudo hacerse cargo de un hijo, dándolo en adopción al matrimonio Drablow. En un accidente, el niño muere en los pantanos que rodean la casa. La hermana culpa a Alice por la muerte del niño, quien sumida en locura y tristeza termina suicidándose. El fantasma de esta hermana vestida de negro acecha a Arthur mientras se encuentra en la mansión y se revelará como la culpable de la muerte de varios niños del pueblo.
Durante todo este proceso de investigación que realiza el protagonista en la mansión, se observa la colección más completa de clichés de una película de terror. Desde las infinitas puertas y ventanas que se abren y cierran, los juguetes antiguos a cuerda (infaltable el payaso), hasta la silla que se mece sola, la lluvia torrencial y el cuervo que aletea fuertemente sus alas dentro de la casa. Hay una buena cuota de fantasmas que aparecen y desaparecen, que gritan y susurran. Estos trucos dejan de tener efecto en el espectador por ser tan conocidos y repetidos, pero también por la extensión de estas escenas en el interior de la mansión.
Las escenas dentro de la casa embrujada no están acompañadas de música, para generar más tensión y el espectador se atemorice percibiendo de forma más clara los sonidos. La iluminación es escasa y la decoración exuberante: colores oscuros, muchos objetos, suciedad y telarañas, que provocan una atmósfera sofocante. Éstas son constantes clásicas en los films de terror.
Los movimientos de cámara logran dar una idea de que el protagonista no está solo, contribuyendo al ambiente de terror. La cámara pareciera ser un espíritu que está observando a Arthur, filmándolo de perfil, en angulación de picado y luego en contrapicado. También lo acompaña mientras recorre la casa, por ejemplo siguiéndolo cuando sube la escalera. En este caso, la cámara se convierte en una extensión de los ojos de Arthur, revisando en cada rincón que no haya una aparición al acecho.
El protagonismo de los niños como víctimas de las apariciones es otra particularidad repetida que ha sido buena fórmula de éxito para otros films: Los otros (Alejandro Amenábar, 2001), El orfanato (Juan Antonio Ballona, 2007), El espinazo del diablo (Guillermo del Toro, 2001). Esta característica es otra falta de originalidad que también le da una cuota de mal gusto al film.
Cuando la cámara registra fuera de la mansión, la labor de ambientación es excelente. El pantano neblinoso, los viajes en tren, la posada en la cual Arthur pasa su primera noche, todo logra transportarnos eficazmente a esta Inglaterra de principios de siglo con una atmósfera cargada de sobrenaturalidad. Existen escenas que tienen un sutil tinte sepia con contrastes de luces y sombras, y sin dejar de ser reales parecen salidas de un álbum de fotos antiguo. La fotografía de los exteriores y la ambientación de época, mediante vestuarios y decorados cuidadosamente elegidos, es lo mejor de este film.
La historia es una adaptación de un libro inglés de 1983, escrito por Susan Hill. No sé si a causa de la adaptación, o si ya el relato original dejaba que desear, pero la historia me parece lo peor de este film. Desde el primer momento no es creíble que Arthur mantenga su labor, a pesar de sus experiencias en la mansión, incluso cuando todos le piden que se vaya. Es cierto que hay una amenaza constante de pérdida del empleo si el protagonista no logra vender la casa, pero la verdad es que esta amenaza no alcanza. Para ejemplificar esta incredulidad, estamos ante un hombre común que llega a enterrarse vivo hasta la coronilla en un pantano, buscando el cadáver de un niño fantasma. La historia luego tiene un final tristísimo, y ni siquiera mantiene la dignidad de final infeliz porque se nos intenta convencer que puede ser lo contrario.
El personaje de Arthur tiene reminiscencias de Jonathan Harker, quien también se transporta a una tierra maldita en busca de negocios inmobiliarios. La diferencia es que Harker sucumbe inicialmente ante las fuerzas del mal, mientras Arthur Kipps sale siempre airoso como si nada hubiera pasado. En el único punto que la historia toma un rumbo un poco más creíble es cuando Sam Daily, muy bien interpretado por Ciaran Hinds (Petróleo sangriento/There Will Be Blood, 2007; Munich, 2005; Camino a la perdición/Road to Perdition, 2002) se involucra para lidiar con los espíritus. Este es un personaje de una muy buena posición económica que, siendo un hombre excesivamente racional, quiere terminar con las supersticiones relacionadas con la mujer de negro.
La unión de Daily y Kipps contra la mujer de negro parecerá ser la solución. El extranjero y el habitante local, enarbolando el estandarte de la racionalidad y la tecnología (es el único que tiene un auto en el pueblo), es la dupla cazafantasmas perfecta. Pero como esto hubiera sido creíble, no encajaría demasiado con el resto del film.
Recomendable sólo para los amantes del género, porque quizás vean en ella homenajes hacia otros films de fantasmas. Para los que no disfrutan en particular del género, es probable que la encuentren como una seguidilla de escenas trilladas y lugares comunes.
Tráiler:
Ficha técnica:
La mujer de negro (The Woman in Black), Reino Unido, 2012.Dirección: James Watkins
Guion: Susan Hill (novela), Jane Goldman (guión)
Producción: Cross Creek Pictures, Hammer Film Productions
Fotografía: Tim Maurice-Jones
Música: Marco Beltrami
Reparto: Daniel Radcliffe, Ciarán Hinds, Janet McTeer, Sophie Stuckey
woow! que es un pelicula super excelente lo trizte es el final es lo único pero me encanto
Vosotros si que sois del montón, es un peliculón