Críticas
Las crisis de todos los días
Si fuera fácil
This Is Forty. Judd Apatow. EUA, 2012.
Hablar de crisis en los tiempos que corren es pronunciar la palabra de moda. Palabra que, por el uso, y sobre todo por la mala praxis, hace mucho que quedó desvirtuada. Peor suerte corren otras colegas de diccionario como derechos (seguidos de cualquier compañero), honradez, justicia…, modificadas por el libre arbitrio del que las pronuncia. Así la deformación, la corrupción o la falsificación irrumpen en el plano conceptual que envuelve a la palabra y la comunicación se torna más enrevesada, algo que es contrario al hecho mismo. Resulta difícil hablar del término crisis porque parece un objeto manoseado aunque compuesto de un material frágil por las consecuencias negativas que conlleva. Sin embargo, no hay que olvidar que además de la económica existen otras crisis de las que hablamos menos o de las que opinamos solo cuando nos afectan. En este ámbito están las personales, las de pareja o las referidas a la edad. Todas ellas, habría que recordar, con ingredientes positivos si logramos manejarlos adecuadamente.
Judd Apatow recoge en su última película muchos elementos de todos esos períodos vitales para centrarse, tal vez como excusa, en la crisis de los cuarenta. Si fuera fácil aborda en tono de comedia agridulce el día a día de una familia acomodada estadounidense de clase media sorprendida por el cumpleaños de ambos padres. Este hecho, que resulta en apariencia inofensivo, desencadenará que los personajes se replanteen su vida y el estado por el que pasa no sólo la pareja, sino la familia completa.
La cinta es un spin-off de otra obra anterior de Apatow, Lío embarazoso (Knocked Up, 2007), donde recupera a la pareja, Pete (Paul Rudd) y Debbie (Leslie Mann), que aconsejaban a aquellos jóvenes que esperaban por accidente un hijo. Ahora esa pareja, esa familia, son los protagonistas del filme.
Si fuera fácil desnuda a sus personajes en una especie de sugerente striptease psicológico sin que el espectador se dé cuenta. Y lo lleva a cabo desde el primer fotograma del filme, cuando la cámara se cuela dentro de la habitación de Pete y Debbie y les sorprende haciendo el amor en la ducha. Esta situación, fallida por diversas circunstancias, marca el indicador no sólo de cómo se encuentra el matrimonio, sino también ellos mismos y su familia. De hecho, el sexo es un tema omnipresente y en muchas escenas resulta ser la señal inequívoca del estado de las cosas.
Si no fuese porque estamos hablando de una comedia, con el sello Apatow para más señas, parecería otra película. Pero es lo que tiene este director, que también es productor: sus películas consiguen evadirse de las convenciones cómicas para tratar de ahondar en distintos aspectos a la vez que se sitúan en la estela del género elevando a la risa como protagonista. De esta forma ocurre en Si fuera fácil. Debajo de cada chiste, situación hilarante, broma escatológica o problema habitual reside una pequeña carga de profundidad psicológica extrapolable a cualquier individuo o pareja que se sitúe frente a la pantalla.
El filme también expone con gracia y sutileza el salto generacional entre padres e hijos. Lo hace principalmente a través de dos vías: la música y el audiovisual. Pete, amante de los grupos de los sesenta y los setenta, no llega a entender los gustos musicales de sus hijas, admiradoras de Lady Gaga. Tampoco la obsesión de la primogénita, Sadie (Maude Apatow), con la serie Perdidos (Lost, 2004-2010) frente a su debilidad por Mad Men.
Judd Apatow cuenta con maestría esta historia de buena cadencia narrativa, sostenida en el día a día, en la rutina familiar, atreviéndose a diseccionar las crisis emocionales que, al parecer, conoce. Y es que el personaje protagonista, Pete, no deja de ser un álter ego del director, al que le acompañarán la esposa y las hijas en la vida real del propio Apatow. Hecho, este último, que hace pensar que la película no deja de ser un auto análisis de su propia vida y de su momento, eso sí, contado con lucidez y humor.
Resulta curioso pasearse por las cintas que ha dirigido o producido este estadounidense. Entre ellas nos encontramos ejemplos como Superbad (2007) o Knocked Up (2007), dos filmes que también han sabido trasladar en forma de comedia dos crisis distintas como son la juvenil y la del primer hijo o la del hijo no esperado. Apatow sabe dónde poner el ojo y cómo contar, incluso por medio de la risa. Un privilegio, según el que escribe, al alcance de muy pocos que otorga a este director un rinconcito en la Historia del Cine.
Tráiler:
Ficha técnica:
Si fuera fácil (This Is Forty), EUA, 2012.Dirección: Judd Apatow
Guion: Judd Apatow
Fotografía: Phedon Papamichael
Música: Jon Brion
Reparto: Paul Rudd, Leslie Mann, Chris O'Dowd, Jason Segel, Melissa McCarthy, Megan Fox, Albert Brooks, John Lithgow, Iris Apatow, Maude Apatow, Ryan Lee