Muestras, Festivales y Premios
Premios Oscar 2012
Año a año, la fiesta más grande de la cinematografía norteamericana se lleva a cabo. El glamour, la alfombra roja, los vestidos de alta costura, las cámaras y micrófonos y la parafernalia se reúnen bajo el mismo techo para ver la entrega de premios más política y longeva del mundo: los Oscars.
La estatuilla bañada en oro se ha vuelto un ícono de calidad cinematográfica –que a ratos podría ser cuestionable- así como también se traduce en taquilla y prestigio, pero que ha transcendido a lo largo de la historia y la industria. Así, desde 1928 se entregan premios a lo mejor del cine en Estados Unidos y “el mundo”.
Mucho se puede decir sobre datos curiosos ocurridos en esta entrega: regresó Billy Crystal a conducir el espectáculo, una película muda estuvo nominada después de casi ochenta años de películas sonoras, hubo nueve nominaciones en la categoría de mejor película, dos extranjeros estuvieron contendiendo para el mejor actor, Martin Scorsese volvió corregido y aumentado, Woody Allen faltó –como siempre- a la ceremonia, y el Cirque du Soleil presentó una aproximación artístico-circense única. Sin embargo, todo esto pasa a segundo término, cuando lo más importante es el cine en sí mismo.
Si hay una palabra que puede describir esta edición, sería algo similar a nostalgia o melancolía, o como dirían los portugueses, saudade. El tema utilizado para el desarrollo de la ceremonia fue la experiencia cinematográfica: sentarse en una sala, el preámbulo de ir al cine, el show previo o los avances, las palomitas, la compañía…Vivir el cine: éste es un acto social que también resulta muy personal, que regala la intimidad de la sala y la posibilidad de aislarse de todo y todos para abrir los ojos –y el resto de los sentidos y la imaginación- a un mundo nuevo, que nos conecta con un sinfín de posibilidades.
Pero la nostalgia de los Oscars en este 2012 no se limita a su inspiración guía durante el show, sino también a uno de los temas recurrentes en las películas nominadas este año. Empezando por la mismísima ganadora: The Artist (Michael Hazanavicius, 2011) que de forma directa y evidente muestra la magia y esplendor de la cinematografía durante su período silente, y el consiguiente cambio al sonoro; recurriendo al blanco y negro y las viñetas de texto, esta cinta que celebra el pasado y explota todos los recursos ancestrales del cine, logró imponerse –pese a su sencillez- a otras grandes piezas que compitieron por la estatuilla.
Junto a ésta, una propuesta familiar de Martin Scorsese, que más que un cuento, es un merecido homenaje a uno de los maestros de la cinematografía, Georges Méliès, en una historia sobre un pequeño llamado Hugo que busca resolver un misterio y arreglar una máquina. Scorsese utiliza un 3D que comienza a revalorizar el significado de esta herramienta, es una experiencia casi tan mágica como ver por primera vez una película de Méliès o acudir a un espectáculo de ilusionismo. Recordar que el cine es magia es algo que Scorsese ha hecho con elegancia, dejando además el aprendizaje en los espectadores de que los sueños se alcanzan.
Para terminar con la terna de la añoranza del pasado, está la última pieza de Woody Allen, Medianoche en París (Midnight in Paris, 2011), que es el ticket de regreso del director neoyorkino a los encabezados; en esta oda a “todo tiempo pasado fue mejor”, Allen retrata el deseo profundo de Owen Wilson por pertenecer a una época que no le corresponde, sin tomar en cuenta que el mundo se ha transformado. Por supuesto, todo el tiempo con los personajes característicos de Allen, sus vicios y modos de hablar, y por supuesto, una historia que ha de trascender con fuerza la barrera de los seguidores de culto que últimamente cultivaba el director.
Compitiendo con estas propuestas, están las películas que nos recuerdan importantes hechos estadounidenses, tales como la lucha por los derechos de los afroamericanos, a través de los ojos de las criadas de color en los años cincuenta (The help, Tate Taylor, 2011); basada en la novela de ficción homónima de Kathryn Stockett, Criadas y Señoras muestra una transición importante ocurrida en los Estados Unidos durante la década de los sesenta, cuando Martin Luther King luchaba por la igualdad, y la comunidad norteamericana se escandalizaba de esta “rebelión”. Si bien es una ficción y denota estereotipos, la pieza contextualiza la situación y regala actuaciones irrepetibles de las actrices que encarnan a los personajes.
n esta terna, una historia más –muy bien contada- sobre los acontecimientos del 09/11, Extremely Loud & Incredibly Close (Stephen Daldry, 2011); del escritor de Una vida iluminada (Jonathan Safron Foer), llena esta historia de un niño explorador (Oskar) que desea encontrar el misterio de una llave que halló entre las cosas de su padre, poco después de su muerte. Las fibras de los americanos son aún muy sensibles a este tema, lo que denota la limitada filmografía sobre este suceso. Daldry hace un uso de las herramientas cinematográficas para crear atmósferas que audiovisualmente permiten estar en contacto con las emociones de Oskar.
Por último, una propuesta que narra un episodio en la vida de uno de los deportes nacionales, el béisbol: Moneyball (Bennett Miller, 2011), protagonizada por un Brad Pitt cada vez más consolidado. Una cinta que desvela procedimientos y movimientos que tienen que ver con la política del deporte, pero que además apela a la sensibilidad humana, al inevitable error humano y al prejuicio.
Para rematar la categoría de Mejor Película, hacen su aparición El árbol de la vida (The Life Tree, Terrence Malick, 2011), que ha sido alabada y destruida por igual y que representa más bien un cine de autor que no todos tienen a bien acoger; Los descendientes (The descendants, Alexander Payne, 2011), una propuesta más bien fresca, realista y sencilla, del director de Sideways, cuyo sello continúa intachable, mostrando historias que remueven en lo más profundo del espectador; y por último War Horse, que es la aportación del ya cada vez menos aparecido, Steven Spielberg, quien ha preparado una pieza épica de época, junto a su incursión en la “animación” con Las aventuras de Tintín que no estuvo presente más que en la categoría de mejor música.
Ante esta variedad, y la particular calidad que tienen prácticamente todas las competidoras, era complicado inclinarse por una favorita, aún con las once nominaciones de La invención de Hugo y las diez de The Artist.
Pocas fueron las otras películas –independientes a la categoría principal- que estuvieron compitiendo. De ahí destacan algunos biopics como La dama de hierro (The Iron lady, Phyllida Lloyd, 2011), My week with Marilyn (Simon Curtis, 2011) o, incluso, el documental Pina (Wim Wenders, 2011) que trata sobre la vida de la famosa bailarina Pina Bausch. Así, como también películas basadas en novelas: la versión estadounidense de The Girl with the dragon tattoo (David Fincher, 2011), El topo (Tinker Tailor Soldier Spy, Tomas Alfredson, 2011), Las aventuras de Tintín (Steven Spielberg, 2011) o Jane Eyre (Cary Fukunaga, 2011).
Las categorías más complicadas de definir fueron las del talento. A mejor actriz, se disputaron: un talento novel, Rooney Mara; Michelle Williams que mejora con los años; Glenn Close, que para muchos era la favorita por su hermético doble papel que lleva años acompañándola como Albert Nobbs; Meryl Streep, que es la mujer con mayor número de nominaciones, y que desde 1982 no recibía una estatuilla; y, por último, Viola Davis, que con una corta carrera, ya ha logrado dos películas memorables (Doubt y The help). El talento de Streep es indiscutible, su capacidad de transformación y adaptación es única y ya era hora de que la estatuilla regresara a sus manos; sin embargo, también se deja ver un poco de política “académica”, dado que Glenn Close también era una fuerte candidata este año para la categoría.
En el caso de las mujeres, cabe resaltar que el maquillaje de todas ha sido un punto fundamental en su caracterización e interpretación, tanto que por ello, hubo nominaciones para The Iron Lady y Albert Nobbs, pero Margaret Thatcher fue quien inclinó la balanza, ante la masculinización de Close.
Por otro lado, para mejor actor un suceso importante: dos extranjeros compitiendo por la estatuilla: Demián Bichir, que es uno de los histriones más importantes del cine mexicano, en su primer papel protagónico en Hollywood, y Jean Dujardin, el actor francés que logró cautivar con su corporalidad a todo el mundo. Junto a ellos, dos estrellas: Brad Pitt, que mejora sus selecciones o sus capacidades película tras películas; y George Clooney. Por último Gary Oldman, quien recibe por primera vez una nominación, pese a su talento cultivado por años.
Tal vez uno de los premios indiscutibles y correctos ha sido el de Christopher Plummer, quien a sus 82 años recibió su estatuilla por una cinta aventurada como Begginers, mientras que Octavia Spencer logró levantar a todo el público del Teatro Kodak al aceptar su Oscar, como mejor actriz de reparto, por representar a una criada dura y trabajadora.
En las demás categorías, mayoritariamente técnicas, los premios fueron repartidos casi a partes iguales por La invención de Hugo, The Artist y The Girl with the dragon tattoo, con algunas inclusiones menores por parte de Midnight in Paris (para Woody Allen como mejor guión original) y The Descendants como mejor guión adaptado.
Particularmente, en el caso de fotografía, aunque las manecillas apuntaban al trabajo del mexicano Emmanuel Lubezki por El árbol de la vida, quien ha presentado una considerable evolución visual en sus trabajos y que ha logrado una nominación por quinta ocasión, el premio terminó en manos de Robert Richardson por La invención de Hugo, que también hace un trabajo muy interesante sobre todo respecto a las posibilidades del 3D. No obstante, es lamentable que no se haya reconocido lo más “alabado” del trabajo de Malick: su cinematografía.
El premio más nuevo que otorga la Academia es el de Largometraje de Animación. En años anteriores esta categoría estuvo siempre disputada entre Pixar y DreamWorks, dejando poco espacio para otras propuestas. A diferencia del pasado, DreamWorks compitió con dos cintas: Kung Fu Panda 2 y Gato con botas. Junto a este gran estudio, Nickelodeon asociado con Industrial Light and Magic, preparó Rango, una propuesta que aunque para el público familiar, sí estuvo alejada de la tradicional temática y de la “belleza” y ternura de todas las criaturas, rayando más en un extraño viaje “agridulce” de un pequeño camaleón por el desértico Oeste. Por su detallada producción, ésta fue la que se llevó las palmas. Sin embargo, hay que mencionar que en esta categoría, se lograron incluir dos películas extranjeras de animación tradicional y con propuestas visuales que bien vale la pena rescatar: por un lado, Chico & Rita de Fernando Trueba y Javier Mariscal y A Cat in Paris de Alain Gagnol y Jean-Loup Felicioli.
No obstante, Pixar sí tuvo su pequeña participación en Cortometraje Animado con La luna de Enrico Casarosa, que cedió el paso a dos experimentados animadores y narradores: William Joyce y Brandon Oldenburg, quienes crearon The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore, cortometraje que enaltece a la lectura y le regala al espectador el deseo de entregarse a los libros y extraer de ellos la más profunda inspiración y una razón para vivir. Canadá, como lleva haciendo ya estos últimos años, dio pelea con dos cortometrajes Dimanche y Wild Life, y por último A Morning Stroll de Grant Orchard y Sue Goffe.
En la categoría de Película de Lengua Extranjera, tal parece que la favorita fue la elegida: Nader y Simin, una separación (Nader and Simin: A separation, Asghar Farhadi es una cinta iraní sobre una pareja y las complicaciones que tienen dada la salud del padre del joven marido. De Israel participó la comedia de enredos Footnote. Dos películas europeas contendieron: In Darkness (Polonia) y Bullhead (Bélgica), y por último Monsieur Lazhar de Canadá. Aspirar a este premio, siendo una película foránea, es complicado, y este 2012 varias cintas se han quedado fuera como Miss Bala (Gerardo Naranjo, 2011) o Le Havre (Aki Kaurismaki, 2011). Sin embargo, como se ha visto anteriormente en esta reseña, varias han sido las que han pasado la barrera de la categoría de extranjero, para llegar a Mejor Película y Mejor Largometraje de Animación.
Por último, en Documental hay –como siempre- temáticas diferentes, aunque una tendencia marcada hacia la guerra y el crimen; sin embargo, quedó aún lugar para la belleza a través de la danza con Pina de Wim Wenders, cuya interesante aproximación en 3D al trabajo de esta coreógrafa ofrece una dimensión distinta y un aprovechamiento novedoso a la herramienta. Sin embargo, esto y la reputación del director alemán no fueron suficientes para la Academia, y la ganadora fue Undefeated de TJ Martin, Dan Lindsay y Rich Middlemas, quienes lograron capturar el desarrollo y cambio de un equipo de americano, que estaba en la absoluta ruina, de una forma tan esperanzadora como si fuese una película de ficción.
Una edición más de los Oscars ha terminado, y con éstos, un año nuevo comienza para la industria. Queda esperar los frutos de la taquilla una vez que se han anunciado los premios, que seguro darán de qué hablar. La ganadora de este año, The Artist, no sólo ha puesto feliz a toda Francia, sino que además ha abierto nuevamente una ventana a la forma de hacer cine. Si bien es cierto que podría parecer un poco sobrevalorada, dado su tema sencillo, su forma práctica, y que no es más que un remedo del cine que se hacía hace unos noventa años, no deja de ser aventurada la propuesta de Hazanavizius al retar a todo el mundo a que re-descubran que aún se puede ver cine así. Últimamente estamos tan enviciados con los efectos especiales, las imágenes veloces y toda la cultura del videoclip, que hemos dejado de observar lo que realmente importa. Hollywood y su Academia han caído en los brazos de esta miel nostálgica que toca fibras sensibles en el espectador.
No hay que dudar que este año saldrán algunos otros proyectos o experimentos basados en esta propuesta recién galardonada. Ya veremos qué nuevas opciones cinematográficas llegarán. Por lo pronto, congratulamos a la Academia por comenzar a abrir sus puertas a opciones del extranjero que hacía mucho tiempo no se metían tan adentro en la premiación; tal vez la globalización esté realmente envolviendo las venas de la entrega.
84ª Entrega de los premios de la Academia. Oscars 2012
Palmarés
Mejor película: The Artist
Mejor dirección: Michel Hazanavicius por The Artist
Mejor actor protagónico: Jean Dujardin por The Artist
Mejor actor de reparto: Christopher Plummer por Beginners
Mejor actriz protagónica: Meryl Streep por The Iron Lady
Mejor actriz de reparto: Octavia Spencer por The Help
Mejor película en lengua extranjera: Nader and Simin: a separation de Asghar Farhadi (Irán)
Mejor Largometraje de animación: Rango de Gore Verbinski
Mejor guión original: Midnight in Paris de Woody Allen
Mejor guión adaptado: The Descendents de Nat Faxon, Alexander Payne, Jim Rash
Mejor banda sonora original: Ludovic Bource por The Artist
Mejor canción original: Bret McKenzie por “Man or Muppet” de The Muppets
Mejor fotografía: Robert Richardson por La invención de Hugo
Mejor dirección artística: Dante Ferretti y Francesca Lo Schiavo por La invención de Hugo
Mejor diseño de vestuario: Mark Bridges por The Artist
Mejor maquillaje: Mark Couillier y J. Roy Helland por The Iron Lady
Mejor montaje: Angus Wall y Kirk Baxter por The Girl with the Dragon Tattoo
Mejor mezcla de sonido: Tom Fleischman y John Midgley por La invención de Hugo
Mejor montaje de sonido: Phillip Stockton y Eugene Gearty por La invención de Hugo
Mejores efectos visuales: Rob Legato, Joss Williams, Ben Grossman y Alex Henning por La invención de Hugo
Mejor cortometraje: Terry George y Oorlagh George por The Shore
Mejor cortometraje de animación: William Joyce y Brandon Oldenburg por The fantastic flying books of Mrs. Morris Lessmore
Mejor largometraje documental: TJ Martin, Dan Lindsay y Rich Middlemas por Undefeated
Mejor cortometraje documental: Daniel Junge y Sharmeen Obaid-Chinoy por Saving Face!