BAFICI 2011. Reseñas

Por Marcela Barbaro, Pablo Castriota y Liliana Sáez

A problem with fear, Gary Burns. Canadá, 2003

A problem with fearLaurie, el protagonista del film, es un joven simpático, dueño de un comercio, que sufre de varias clases de fobias: miedo a las escaleras mecánicas, a los espacios abiertos, al metro, a los ascensores, a las puertas automáticas, etcétera. Pero estas fobias, que parecen trastornos individuales de muchos otros también, en realidad provienen de una fobia mayor que es el miedo que imparte la sociedad a través de los medios de comunicación. Y de eso habla el film, de cómo somos persuadidos y manipulados, y cómo también podemos ingeniarnos para superarlos.
En virtud a la ola de miedo que atraviesa la ciudad, se crean dispositivos de seguridad que son vendidos en el mercado. La pulsera con sensor es uno de ellos, que se  detona en circunstancias de peligro para ser asistidos, en breves segundos, por agentes del orden. Laurie no sólo la posee, sino que se da cuenta de los miedos ajenos, prediciendo la consecuencia futura. Este nuevo "don" hará que pelee por sus propios miedos y evite los ajenos, convirtiéndose en una suerte  de un pseudo superhéroe.
A problema with fear construye un relato ágil, con humor y desde el punto de vista de Laurie. Hay personajes bien delineados que responden a varios estereotipos y una mirada crítica a los mecanismos de poder y dominio, como así también al comportamiento de la gente. Burns logra un film entretenido, que más allá de cierta cuota de fantasía, reflexiona sobre un tema actual. MB

Abuelos, Carla Valencia Ávila. Chile, Ecuador, 2010

AbuelosUna de las grandes y cálidas sorpresas del 13º BAFICI fue mi encuentro con este film bello, pequeño y autobiográfico. Una película sobre la memoria de hechos históricos irrepetibles y sobre  la reconstrucción del propio pasado. En esa combinación se dará paso a la identidad como base para construir el futuro.
El film comienza con el cálido relato en off de la realizadora, quien narrará junto con las imágenes esa búsqueda hacia el pasado de sus abuelos, en un diálogo con su familia y con su propia historia.
Aún sigo recordando la armonía de sus planos, la simpleza de ciertas imágenes que oscilaban desde la calidez de un rostro, de un paisaje, hasta el hastío que provoca una fosa común de cadáveres. Porque esa dualidad entre lo bello y lo cruel, entre la vida y la muerte es lo que representa, para la realizadora, la vida que llevó cada uno de sus abuelos. Todo el documental estará a travesado y construido por esa polaridad, por esos extremos, que finalmente encontrarán sus puntos en común... Leer más. MB


American Passages, Ruth Beckermann. Austria, 2010

American PassagesAmerican Passages es un documental sobre los Estados Unidos de América. Nada más y nada menos. Lo que sorprende favorablemente de la película es que su tono no pretenda estar a la altura de semejante ambición, dado que la misma consiste en una liviana (aunque para mi gusto muy extensa) sucesión de testimonios verídicos, entrevistas donde la gente expresa de un modo muy espontáneo y directo diversos aspectos sobre su vida en el país más poderoso del mundo. Cada entrevistado refiere inevitablemente en sus dichos a todos aquellos acontecimientos de la historia reciente norteamericana: la elección de Barack Obama, el post 11/9, Irak, la crisis económica, los rastros aun vigentes de segregación racial en ciertos sectores de la sociedad, pero estos detalles se presentan de manera casi lateral, como si no se tuviera demasiado interés en profundizar sobre ellos. Esta es una película interesada íntegramente en sus personajes, sin la necesidad para ello de recurrir a una galería de excéntricos o freaks.
El punto débil de American Passages reside en algo que, paradójicamente, podría haber representado un hallazgo: la diversidad de los testimonios ofrecidos es demasiado amplia y no siempre pareciera haber un nexo demasiado sólido que los interconecte, ocasionando en el tono general de la película un efecto de dispersión muy grande que le resta intensidad y en nosotros un leve desconcierto a la hora de elaborar cualquier tipo de conclusiones sobre el tema, aun cuando esta flexibilidad estructural no atente contra su espontaneidad y frescura a lo largo de todo el metraje. Si al testimonio de dos homosexuales que hablan de sus posibilidades de adoptar mellizos, sin contar con ningún tipo de experiencia como padres, le sigue la dura exposición de dos indigentes que detallan sus reiteradas estafas a casinos de Las Vegas para sacar un dinero y poder subsistir, el espectador se termina preguntando entonces cuál de estas anécdotas es más significativa a la hora de describir el estado actual de las cosas o cuál es la posición con la que la película se planta frente a estas cuestiones.
Hay muchas Américas posibles, pareciera decirnos American Passages, y si bien esta visión tan abarcativa y ligera de una potencia mundial resulta generosa y sincera en su exposición, sus buenas intenciones no desprovistas de un sabor amargo se terminan diluyendo con tibieza en un relato inconsistente y demasiado estirado. PC


Attenberg, Athina Rachel Tsangari. Grecia, 2010

AttenbergEl segundo film de la cineasta griega Athina Tsangari, elegida como mejor directora en el 13º BAFICI, oscila entre la belleza y la extrañez. 
Attenberg  sorprende y se destaca por su autenticidad y rebeldía. Así lo demuestran sus tres personajes: Marina, la protagonista, una joven de veintitrés años, choferesa de una minería y que se autodeclara asexuada. Su padre, Spyros, con quien tiene un fuerte lazo edípico, padece una enfermedad terminal. Por último, su mejor amiga, llamada Bella, intentará acercarla al sexo, como lo revela el provocador inicio del film, a través de un largo y experimental beso entre ellas.
El absurdo, el humor y el drama cobran sentido por medio de pequeñas acciones cotidianas y diálogos ocurrentes. Attenberg remite al científico naturalista inglés David Attenborough (léase Attenberg, como lo pronuncia su protagonista), autor de varios documentales insertos en el film. Un autor tan agnóstico como Spyros, que creía en la evolución orgánica como la forma de llevar a la existencia al mundo natural. El concepto de evolución recorrerá el film de principio a fin, a través de la enfermedad de Spyros, enlazando la vida y la muerte, pero desde una mirada liberal y hasta fría, si se quiere. Y también desde el comportamiento de los personajes, que imitan animales, desde lo gestual hasta lo sonoro. Hay un plano cerrado de la espalda de Marina moviendo sus hombros, que simulan verdaderamente a dos alas a punto de planear.  El sexo también se muestra como muy instintivo, salvaje, por momentos, y carente de amor. La cineasta revierte el tratamiento de los temas "serios" y se permite jugar  y entremezclar las escenas de cierto dramatismo o más íntimas, con excéntricas y simétricas coreografías entre ambas amigas; escupir desde la ventana sólo para pasar el rato o experimentar sexualmente con un desconocido. 
Las locaciones, como la cama, se vuelven otro escenario, la planificación del encuadre, el manejo de los actores, el uso de la luz blanca inundándolo todo y en concordancia a la clara y uniforme arquitectura griega, dan cuenta del talento por delante de la rebeldía. Una directora, que sin duda, parece una de las nuevas promesas del cine griego. MB


Blame, Michael Henry. Australia, 2010

BlameEn una primera impresión podríamos intuir que la única representante australiana de todo el Festival solo se digna a ofrecer una variante ligera y convencional de cine de suspenso. Pero una mirada menos adormecida revelará que en Blame podemos encontrar una muestra sólida de buen cine de género, una prueba de que contando con buenas herramientas cinematográficas cualquier relato básico puede exceder ampliamente sus premisas argumentales, trascender sus propias limitaciones y devolvernos el viejo placer perdido de sentirnos atrapados, otra vez, por la misma historia. Otra prueba de que el buen cine de género es inoxidable y resiste completamente al paso del tiempo. Porque el problema no pasa porque nos cuenten mil veces lo mismo. Los problemas comienzan cuando se usa mil veces la misma música, el mismo registro actoral, los mismos planos, los mismos tiempos... Cuando nuestra cabeza puede anticiparse a las formas de lo que aparecerá en pantalla. Cuando las decisiones formales derivan en rutinas y fórmulas.
Blame es una buena película de suspenso que atrapa de comienzo a fin, que maneja con virtuosismo invisible los tiempos narrativos, cuyas lecciones morales son apenas discernibles y cuyo realizador no pareciera estar muy preocupado por la idea de que su nombre ingrese en las páginas de los manuales de escritura de guión. Esta es la clase de película que deberíamos estar acostumbrados a ver en los cines cada jueves, si no fuera por los manejos mezquinos y miserables de la distribución cinematográfica que rigen en la Argentina. Ah, el argumento: un grupo de amigos decide asesinar a un profesor de piano, a quien consideran responsable del reciente suicidio de una conocida que habría sido algo más que una joven alumna suya. Con unos bienvenidos aportes de humor en la inoperancia con que este grupo de gente intenta llevar a cabo su crimen y una interesante vuelta de tuerca final muy bien resuelta en un plano secuencia -y que tampoco pretende pasar por ingeniosa ni revolucionaria-, Blame termina revelándose a sí misma como una necesaria contrapartida a la enfermiza pretenciosidad con que nos bombardean anualmente productos presuntamente astutos y pomposamente solemnes, tales como Origen (Inception, Christopher Nolan, 2010). PC


El eco de las canciones, Antonia Rossi. Chile, 2010

El eco de las cancionesUna cálida voz en off da comienzo al relato, como quien narra el despertar de un sentimiento dormido tras los años. Así comienza un film autobiográfico, narrado en primera persona, que hablará de la memoria y la identidad de los exiliados chilenos.
Luego del golpe de Estado de 1973, muchos se fueron a vivir a Roma donde nacieron sus hijos. A partir de 1989 algunos decidieron volver a su país y traer a sus niños para que conozcan sus raíces, aquel Chile hasta entonces imaginado o imaginario.
El film se ubica en ese límite delgado entre el documental y la ficción con gran libertad creativa. La historia se va narrando a través de un pastiche de recursos estilísticos tras un gran trabajo de posproducción: imágenes de archivo, audio de discursos militares, entrevistas a Pinochet, insertos de animaciones y una cita reiterada del film Los viajes de Gulliver, basado en el novela de Jonathan Swift. Una metáfora literaria  sobre la condición humana, que logra ser un espejo de los hechos históricos y de ese deambular de los exiliados. "Asusta la idea de vivir vagando", dice la directora ítalo chilena.  
El eco de las canciones es de esas gratas sorpresas dentro de un Festival. Con un guión poético y contundente expuso, en carne viva, la cicatriz dejada por el exilio. Una herida que atravesará todo el film. El eco de un dolor que se repite en aquellos que partieron y que, a pesar de volver, algo perdieron en el camino. Historias interrumpidas, como la de Antonia Rossi y la de tantos otros, que a lo largo de búsquedas y reencuentros, el film intenta rehacerlas con pedazos de memoria, nostalgia y compromiso político. MB


El hombre que baila, Pablo Pintor, Sergio Aisenstein. Argentina, 2010

El hombre que baila¿Quién baila, en El hombre que baila? Héctor Mayoral junto a Elsa María. Los mayores exponentes del tango argentino que recorrieron el mundo bailando con Clinton, Sinatra, hasta Lady Di, entre otros. Llevaron el tango a otros continentes, intercambiando parte de nuestra cultura. Todo ello está implícito en un pseudo documental que inaugura una nueva sección del BAFICI, "Arte", dentro de la cual se combinan dos formas artísticas.
De corte experimental y con cierta extrañeza, el film aborda la vida de un personaje que trascendió las fronteras bailando. Interpretado por el mismísimo Mayoral y narrado con su voz en off, se nos invita a un tour entre lo onírico y lo real. También al humor y al absurdo, a mezclar el tango con el rock. Se intercalan imágenes de archivo de sus bailes, reconstrucciones de época, coreografías, canciones dentro de un paisaje suburbano que recorre un Buenos Aires casi irreconocible, como si algo se hubiese perdido con los años. Como si la esencia de los buenos tiempos, ya no estuvieran como cuando él era joven.
Los directores apostaron a una mezcla de géneros, donde combinan el varieté y el musical, la ficción y el documental. El tango y el cine resultan, a veces, un dueto que  abunda en interminables canciones sin otra motivación. En El hombre que baila, eso no pasa, si bien hay mucha música, logran trabajar la imagen y los encuadres para subrayar un personaje que indaga sobre sí mismo e intenta, con nostalgia, volver y rever su pasado. Hay una escena de archivo para destacar, que pertenece al Campeonato Mundial de Tango celebrado en Tokio, donde compiten Mayoral y Elsa María. Mientras los vemos bailar al son de un tango, la voz en off de Mayoral relata cada uno de los sentimientos que sentía en cada paso.  La imagen y el audio se funden como el contorneo de sus cuerpos. Lo que sigue, fue un desborde de emoción. MB


En el futuro, Mauro Andrizzi. Argentina, 2010

En el futuroLuego de Mono e Iraqui Short Films, Andrizzi presenta su tercer film ganador  del Queer Lion en el Festival de Venecia 2010. El director argentino apuesta a la experimentación visual para narrar distintas historias de amor y desamor en relación al tiempo. Realizada enteramente en blanco y negro y con una inquieta cámara en mano,  el film comienza registrando una serie de besos durante cinco minutos. Un pasaje romántico que dará lugar a las distintas experiencias amorosas narradas frente a cámara, una suerte de relato oral, a través del cual se transmiten vivencias pasadas y presentes, recuerdos que dejaron marcas imborrables y que serán parte del futuro. Historias de parejas heterosexuales y homosexuales. Nostálgicas, misteriosas, simpáticas. Una historia distinta a otra, pero todas están atravesadas y narradas con una gran sensibilidad, porque Andrizzi logra manejar distintos climas y tonos dentro del relato, en el que juega con la construcción de las imágenes. Hay reiteración al mejor estilo Eisenstein, superposición, uso del ralentí, contraluz, inserto de otros formatos, etcétera.
En el Futuro presenta un diálogo entre el fondo y la forma, entre las posibilidades del lenguaje cinematográfico con un destacado trabajo de fotografía. Una singular y bella experiencia audiovisual. MB


Enero, Cynthia Gabrenja y Marcelo Scoccia. Argentina, 2010

EneroNo sabemos mucho de Iván, el protagonista del film, pero sí entendemos que su estado anímico responde a un hecho anterior. Las imágenes se suceden entremezcladas, producto de un recuerdo desordenado, de un caos mental y anímico.  Iván es pianista, pero dejó de tocar tras el accidente automovilístico de su esposa. Al sentirse culpable, y cargar con ese peso, desaparece su inspiración. Eso lo lleva a un estado de narcolepsia que lo vuelve un ser desconectado. Alguien que deambula sin motivaciones.   
La elección formal y la estética del film reconstruyen la subjetividad del personaje, a través de imágenes oníricas y  reales. Entre los recursos que utiliza hay un  exceso en el fuera de foco cada vez que Iván aparece en el cuadro. Al igual que el movimiento casi constante de la cámara. Los directores ralentizan la información, que se irá revelando junto con el relato. La composición del personaje principal se instala en un lugar del que le cuesta salir y cambiar de registro, a pesar de los esfuerzos del actor secundario, que parece cargárselo al hombro. Tan sólo la muerte de su maestro de música, Mauricio Kagel, lo obligará a conectarse con el piano, componiéndole un réquiem para su entierro.
Enero recurre a imágenes y temas muy transitados, desde ciertas escenas hasta encuadres recurrentes, insertos de sueños, la idea de abordar la introspección del personaje y sus conflictos, a través de sus fantasmas, el psicoanálisis, la inspiración del artista y el tono monocorde de los diálogos, que terminan generando cierta distancia con el film. Si bien Enero alcanza una mirada comprometida con la razón de ser del artista, el  resultado final la declara forzada y pretenciosa. MB


Essential Killing, Jerzy Skolimowski. Polonia, Noruega, Irlanda, Hungría, 2010

Essential KillingUna de las observaciones más reiterativas en las críticas de películas recientes suele girar en torno a la posible presencia de un "tono político" por parte del realizador del film a la hora de abordar determinados temas en sus realizaciones, siempre y cuando estos mantengan una estrecha relación con hechos actuales y de conocimiento público. Desde La terminal (The terminal, Steven Spielberg, 2004) hasta Una guerra de película (Tropic Thunder, Ben Stiller, 2008) y pasando por Troya (Troy, Wolgang Petersen, 2004), este rótulo puede adherirse fácilmente sobre la superficie de algunas películas -en algunos casos como las recién mencionadas, con total justificación- y establecer una controversia sobre la posición con la que el realizador se estaría plantando frente a los temas expuestos. Y la virtud de algunas de estas películas reside en la convivencia de una doble lectura -una de tipo poética, centrada en el relato y su construcción, y otra política, orientada hacia su discurso-, haciendo que podamos tener presente ambas de manera simultánea u optar solo por una. Poder entregarnos de lleno a la magia del relato, a la anécdota, despojados de la dimensión política de una mirada más curiosa e interesada, o centramos en la ideología del realizador... Leer más. PC


Film Socialisme, Jean-Luc Godard, Suiza-Francia, 2011

Fil SocialismeEs intimidante escribir sobre Godard. Siempre. El hombre que hizo de su escritura un modo de hacer cine. El poeta que más pensó sobre las formas, desde las formas. Con su inagotable capacidad de pensar en voz alta, de hacer imagen ese pensamiento (el cine, una forma que piensa), de superponer texto sobre imagen (algo así como lo mismo para él), de ofrecer discursos múltiples, superpuestos, con las palabras, la imagen y el sonido. Film Socialisme integra la difícil línea de películas post Historie(s) du Cinema, donde Godard ataca sobre los sentidos y el pensamiento, con sus personajes enunciando frases inolvidables ("el dinero se hizo para que los hombres dejaran de mirarse a los ojos"), con sus planos del mar, con sus abruptos cortes a negro. Aunque no lo parezca, el cine de Godard apunta al pensamiento, pero también al corazón. Limitarse a describir lo que ocurre en la pantalla sería inútil. Hay un crucero viajando por el Mediterráneo, un trayecto definido que permite al realizador elaborar sus lapidarias reflexiones en voz alta sobre la Europa de hoy y el Oriente Medio de siempre. Hay una chica que maúlla frente al monitor de su PC, un chico que juega con el medallón entre las tetas de una amiga, un Iniesta que se retuerce de dolor en el campo de juego con la camiseta del Barcelona. No sé con qué se come todo esto, pero el sabor es delicioso y perdura en el tiempo. Si la veo de nuevo quizás me dé cuenta de que no es tan buena. En ese caso, será mejor volver no a enfrentar Film Socialisme. PC


Finisterrae, Sergio Caballero Leccha. España, 2010

FinisterraeDos fantasmas rusos desean convertirse en seres vivientes y deciden consultar al oráculo de Garrel para saber cómo lograrlo. El oráculo les dice que ambos deben emprender el Camino de Santiago rumbo hacia Finisterra, Galicia, por lo cual ambos espectros (con sábanas blancas y cartones negros a modo de ojos) terminan emprendiendo la travesía. En el trayecto se cruzarán (y asesinarán) a una hippie, encontrarán una piedra musical, harán amistad con los ciervos, soñarán con una fantasma nudista, atravesarán un bosque repleto de árboles con orejas asomando por la corteza, serán acechados por una extraña criatura llamada Ser del Averno, consultarán a un Búho Real para desprenderse de su perseguidora, observarán imágenes de una película de video-arte catalán de los ochenta en el interior del hueco de un árbol y mantendrán conversaciones sobre la importancia del ejercicio y la alimentación, para finalmente conseguir su objetivo y reencarnar en una rana y un reno.
Esta es la clase de película que define la identidad de un festival de cine valioso y arriesgado como el BAFICI, y por la cual uno también rememora lo placentera que puede resultar la sensación de incomodidad en un contexto como el de una sala de cine repleta de espectadores. Esa misma sensación nos tiene abandonados desde hace ya varios años gracias a los rutinarios y adocenados estrenos comerciales de cada jueves. Con su laconismo, sus planos de larga duración a prueba de impacientes, sus bellísimos paisajes y su notable sentido del humor, Finisterrae se erige como una excelente bomba molotov cinematográfica ideal para arrojarle por la cabeza a los adormecidos y rutinarios espectadores argentinos, y en el medio ofrece inolvidables tormentas de nieve, círculos de fuego, postales de cuento de hadas y caballos de madera. Si, como según dicen, hasta un cineasta tan irreverente como Albert Serra ha declarado sentirse ofendido por este film pensando que constituía una burla directa hacia sus películas, entonces habrá que seguir atentamente los pasos del tal Sergio Caballero, director del festival Sónar de Barcelona y, posiblemente, un verdadero iconoclasta empeñado en fastidiar a referentes contemporáneos. PC


Fleurs du mal, David Dusa. Francia, 2010

Fleurs du malPequeña rareza, donde las nuevas tecnologías y las redes sociales se convierten en las protagonistas al ser puente de encuentro entre dos seres. Él, francés; ella, iraní. Gecko es hiperquinético, trabaja de botones en un hotel y tiene por costumbre filmar sus performances gimnásticas. Baile/gimnasia que despliega a cada paso, de la misma manera que Gene Kelly chapoteaba bajo la lluvia, con total felicidad. Anahita, una joven universitaria, huye de la represión que están sufriendo los estudiantes en su país, para refugiarse en un hotel de París.
Aunque el hotel pareciera ser el lugar de encuentro de esta pareja singular, no lo es, sino sólo en segunda instancia. Ambos han llegado a intuirse a través de Internet. Él busca en la red cada palabra que le resuena en el cerebro y así ha llegado a conocer que "embotellamiento" es un fenómeno global, pero que se da con mayor profusión en Irán. De allí en adelante, todo irá funcionando como eslabones que permitirán que esta pareja imposible pueda conocerse.
Detrás de esos personajes se nos habla del autismo de la juventud europea, cuya enciclopedia no descansa en los estantes de una biblioteca, sino en los vericuetos invisibles que se asoman en la pantalla del ordenador. De mujeres asiáticas que deben protegerse contra los ojos de los hombres cubriendo sus cabezas con un pañuelo. De preocupaciones distintas a una misma edad. De los sentimientos, también. Y de la imposibilidad de crear con semejante bagaje un intento de convivencia.
Formalmente, Fleus du mal es ágil, como la búsqueda en Internet. Una palabra va asociándose a otra. Palabras que se despliegan no ya en la pequeña pantalla, sino en la del cine, para los espectadores, como si el lienzo acostumbrado a los primeros planos, a las panorámicas cinematográficas, se hubiera convertido en la pantalla cibernauta. Allí aparecen deletreadas las palabras que, por asociación de ideas, va construyendo un discurso. Palabras que serán la pauta para entender lo que abruma a esos jóvenes solitarios.
Un discurso urgente y vigente, cuando la Francia de hoy se muestra intolerante frente al uso del burka, una prenda que los occidentales consideramos de represión, pero que para los musulmanes es parte de su cultura y religión. Fleurs du mal también nos habla de esa intolerancia.
Es un film fresco en su forma, agobiante en su contenido. Representa, a través del vértigo de sus imágenes, de la plasticidad de los movimientos su protagonista, del ensimismamiento de su personaje femenino, las estrecheces mentales dentro de las que estos chicos deben crecer y, a pesar de todo, armar su propia vida. LS


La batalla de Chile.  La lucha de un pueblo sin armas, Patricio Guzmán. Chile-Venezuela-Francia-Cuba, 1972-1979 (Parte I: La insurrección de la burguesía y Parte II: El golpe de Estado)

La batalla de ChileMucho es lo que se ha dicho y escrito sobre este legendario documental en tres partes dirigido por el realizador chileno Patricio Guzmán, exponente emblemático del cine político latinoamericano. Por eso esta vez prefiero focalizar en algunos aspectos que quizás poco tengan que ver con su contenido, su contexto histórico o su repercusión mundial.
La cita inicial de Chris Marker resulta pertinente si tenemos en cuenta que la emulsión sensible sobre la que descansan las inmortales imágenes de este documental fue proporcionada por el gran cineasta francés, cuyas inquietudes políticas y cinematográficas (para el caso de Marker y Guzmán ambas cuestiones implicarían lo mismo) resultaron compatibles con las del realizador chileno en aquellos convulsionados años. Pero teniendo en cuenta los tiempos que corren resulta difícil no enfrentarse al siguiente dilema: son pocos los que se atreverían a poner en tela de juicio la veracidad de las imágenes que integran La Batalla de Chile. El devenir de los acontecimientos históricos autoriza esa confianza hacia las mismas. En palabras de su propio realizador, presente en la sala antes del inicio de la proyección de la segunda parte, la película se terminó volviendo contra sí misma, teniendo en cuenta que las intenciones del documental consistieron en filmar un proceso revolucionario, pero que finalmente acabaron registrando una contrarrevolución y la caída de un proceso social histórico que clausuró una continuidad democrática que hasta ese momento no ostentaba ningún otro país por fuera de Chile en todo el subcontinente latinoamericano... Leer más. PC


La Cruz del Sur, Patricio Guzmán. España, Venezuela, 1992

La Cruz del SurPatricio Guzmán, uno de los máximos exponentes del cine documental chileno, tuvo su merecido lugar dentro del BAFICI.
Dentro de su retrospectiva, La Cruz del Sur (1992) hace un recorrido histórico a través de las distintas culturas precolombinas, para dar cuenta de la conquista del hombre blanco y del proceso de evangelización que llevó a cabo como sinónimo de dominio.
Guzmán deja hablar a las imágenes, mientras recorre México, Guatemala, Perú, Ecuador  y Brasil. Su escasa intervención en off, da lugar a la asociación y al montaje que se va articulando en pos de un discurso ideológico y apelativo. Somos testigos, en cada  plano, de los distintos rituales y credos de los pueblos originarios. Como parte del proceso evolutivo, el documental utiliza la reconstrucción histórica y las  entrevistas a distintos representantes de las comunidades, quienes hablan de su concepción acerca del hombre civilizado y de su fe. La mirada sobre el ejército y su relación con la iglesia para combatir el comunismo, también se hace presente. Pero Guzmán va más a fondo en su intento por rescatar y subrayar el pensamiento revolucionario de los teólogos de la liberación, que afirmaban que "sin la liberación política y social de un país no hay salvación cristiana"
De esta forma, el relato traza un paralelismo entre las religiones para reflejar las hipocresías, el abuso de poder y la paradoja del cristianismo cuando habla de su rol de "liberación" desde los primeros tiempos de la conquista.
 "Quise retratar la religiosidad popular y revelar la creatividad de los indígenas, mestizos y negros frente al Evangelio", dice Guzmán.
 A medida que el relato avanza, el poder de las imágenes se vuelve contundente, nos deposita de cara con una realidad que lastima, que nos penetra hasta hacernos doler. El último plano termina de enseñarnos, de manos de un maestro, el poder del documental sobre los procesos de transformación social. MB


La muerte de Pinochet, Bettina Perut, Iván Osnovikoff. Chile, 2010

La muerte de PinochetNuevamente la dupla de Perut y Osnovikoff ofrece un nuevo documental sobre Chile y el general Pinochet. Su trabajo anterior, presentado en el BAFICI 2009, fue El astuto mono Pinochet contra La Moneda de los cerdos (2004) en el que registran el comienzo de la dictadura. Si en El astuto mono... comenzaron a hablar sobre el golpe de estado del general, en La muerte de Pinochet  abordaron el fin de aquella dictadura. El punto de partida tiene fecha y lugar: 10 de septiembre de 2006 en el Hospital Militar de Santiago de Chile. Allí muere Pinochet. La noticia divide al pueblo chileno en dos bandos bien diferenciados, pinochetistas versus antipinochetistas. En ese marco, los cineastas sacan la cámara a la calle para registrar minuciosamente un dualismo que continúa hasta hoy. También lo harán a través de la opinión de cinco chilenos que relatan el recuerdo de aquel día. Pero la puesta en escena opta por el uso exacerbado del primerísimo primer plano detalle: de los labios, los ojos y las arrugas de los entrevistados. Una decisión estética que provoca un efecto por demás molesto e injustificado técnicamente. Tampoco hay una toma de posición ideológica de los documentalistas. Apuestan a un lugar neutral, que si bien es una decisión, no termina de dejar en claro el objetivo del film. El recorte, la distribución y el tiempo de los planos sobre un bando y otro, son iguales. Por ende, es tanta la equidad manifiesta, que termina siendo un pequeño documental sobre un tema que les quedó grande. MB


La vida útil, Federico Veiroj. España, Uruguay, 2010

La vida útilLa labor de los programadores de cine -que no se queda en la selección de películas, sino que se extiende en la investigación y escritura de información para los programas de mano, así como en la traducción de los intertítulos- es una tarea de hormiguitas que les ensancha el pecho cuando hay al menos un espectador en la sala viendo aquellas películas preferidas
Los problemas económicos que acarrea esta desmedida pasión en los programadores de la Cinemateca Uruguaya (un placer haber visto a Martínez Carril en su escritorio y en los espacios de siempre) los empuja a buscar otra salida. Jorge ve que se le cierran las puertas que le daban acceso a su vida de cada día y decide emprender otra, enmarcada por música y planos de películas ya vistas: su estancia en la facultad de Derecho, el monólogo apabullante o la salida al encuentro de la mujer de su vida.
Rodada en blanco y negro, La vida útil cuenta con un personaje, crítico de cine en la realidad, que parece un chico grande: Jorge Jelinek, ganador del premio al mejor actor de la Competencia Internacional. Más que de la extinción del cine, cuyo trasfondo no se puede obviar, se nos narra una historia positiva, donde la misma pasión de siempre puede seguir acompañándonos, aunque sea de otra manera. Es una película sencilla, sin grandilocuencia, que demuestra la pasión del cine de quienes emprendieron el reto de contar una historia mínima. LS


Las marimbas del infierno, Julio Hernández Cordón. Guatemala, Francia, México, 2010

Las marimbas del infiernoEsta coproducción franco-mexicano-guatemalteca llamaba la atención en la larga lista de opciones del Festival. Sobre todo, por la escasez de films latinoamericanos que se ofrecieron en esta edición, con respecto a la del año pasado. Así que entré con la esperanza de encontrar una propuesta novedosa, donde el folclore se diera la mano con el rock en algo parecido a lo que ha logrado León Gieco en la Argentina. Pero... nada que ver.
Propuesta como un falso documental, se arma una historia que agrupa a tres seres discriminados, cada uno a su manera, para proponer una comedia donde no falta el ingenuo, el pícaro ni el audaz. La escena inicial -una entrevista al músico marimbero amenazado por los maras- deja, a lo largo de la película, un sabor a estafa, cuando se desarrolla una ficción que ni siquiera es bien sostenida por la interpretación de los actores. Don Alfonso, el músico folclórico, no tiene ni idea de lo que es actuar; Chiquilín, el pícaro, sobreactúa; y el único que está a tono con la propuesta cómica con visos de acidez es Blacko, el músico metalero.
Una pena, porque  tratar de llamar la atención sobre una especie en extinción, la música folclórica a través de la marimba (un instrumento cuya nobleza podremos disfrutar en una única escena que se agradece, donde un grupo de marimberos ejecutan una pieza deliciosa), en un intento de actualización forzada, a través de su fusión con el rock (donde también se cuela el rap), podría haber sido una propuesta más que llamativa. Pero la viveza criolla, donde viene a tomar parte un pícaro sin códigos, condena la posible solución de estos músicos desesperados y no viene sino a hablar de algo ya explotado hasta el hartazgo en el cine latinoamericano. Esa flaqueza que encontramos, sobre todo en el guión y en la desigual interpretación no debe haberlo visto así el jurado de la Competencia Internacional, que le otorgó una mención especial. Para esta humilde espectadora, fue de lo peor visto en el Festival. LS


Las piedras, Román Cárdenas. Argentina, 2011

Las piedrasEl premio para el mejor director en la Competencia Argentina recayó sobre Román Cárdenas. Otra vez no estamos en sintonía con el jurado, que seguramente vio aquí una nueva promesa del cine argentino.
Setenta y cinco minutos interminables en los que la escasez de diálogos y abuso de tiempos muertos alargan una historia de incomunicación de una pareja, situación metafóricamente representada a través de los artefactos descompuestos (una nevera que pierde agua, un calentador que no enciende, un tanque que se rebalsa continuamente) de una casa ubicada en una isla del Tigre, donde sus habitantes parecieran sufrir de autismo.
Él dormita en el desorden de su habitación, donde se luce "El río sin orillas", de Juan José Saer, se sienta horas frente a la pantalla del ordenador en blanco (la cámara se demora más de la cuenta sobre la pantalla virgen), sale en bote a buscar la solución a su esterilidad intelectual (con ausencia absoluta de sonido) para llegar hasta lo de su abuela, que monologa sobre una historia que no interesa, para finalmente encontrar a un (suponemos) amigo con el que recorre un pueblo y va a bailar (iremos sobre la moto, con ellos, pararemos en cada semáforo, donde el tiempo real y el diegético coincidirán)... Nunca hablan.
Ella busca la solución a un hogar que se le está viniendo encima. Único plano conseguido: la de la ducha, donde la baña una luz ámbar y el contraluz ofrece una imagen poética del agua que cae y del cuerpo que la recibe.
Da la sensación de que no se tiene en cuenta al espectador en el afán de hablar de algo que no le interesa sino al autor. Más que incluirnos en su tedio, lo que hace es enervarnos como para empujarnos de la sala. Incomunicación, morosidad... ¿alguien mejor que Antonioni para tratarlo? Pues da la sensación que Ramón Cárdenas no ha visto su cine. LS


Le mariage à trois, Jacques Doillon. Francia, 2010

Le mariage à troisUna bella casa de campo será el escenario perfecto para desarrollar una comedia de situaciones donde el entrecruzamiento de personajes provocará una constante mezcla de enredos. Allí, un dramaturgo (Pascal Gregory) espera a los actores de su próxima obra junto al director, que será un observador más dentro de la vorágine que se aproxima. Entre ellos: su ex amante y actriz principal  (Julie Depardieu), un joven actor y actual novio de la actriz  darán paso a una encrucijada de celos, reclamos, pasiones y deseos reprimidos, donde entrará la cuarta en discordia: la joven secretaria del dramaturgo (Agathe Bonitzer), que sin querer formará parte de un juego de competencias titulado: "quién se queda con quién". Un film verborrágico, de humor refinado y de cierta pedantería intelectual. Un relato ágil, omnisciente, que mantiene cierta tensión ante  la dinámica imprevisible de las acciones que se van sucediendo. 
A través de los interiores de la casa se desarrollan como, en el teatro, pequeños actos, al permitir a los personajes moverse de habitación en habitación, generando distintas escenas en cada una de ellas. Como si al abrir la puerta nos encontráramos con alguna sorpresa que nos depara y sorprende.
Le mariage è trois es un film inteligente, con momentos muy logrados, pero demasiado prolongada para mantener la atención en un mismo nivel. Doillon, un gran observador y retratista de conflictos y sentimientos humanos, demuestra una gran fluidez narrativa y un destacado manejo de actores. MB


Le quattro volte, Michelangelo Frammartino. Italia, Alemania, Suiza, 2010

Le quattro volteEsta inclasificable y extraordinaria película que tan buena impresión ocasionara en la Quincena de Realizadores durante la última edición del Festival de Cannes es una intensa experiencia de inmersión cinematográfica que disipa cualquier intento de encasillar al film tanto como un mero ejercicio contemplativo preciosista, o como un muestrario del inagotable diálogo contemporáneo que siguen entablando los cruces entre documental y ficción. Le quattro volte es elusiva y evade cualquier encorsetamiento facilista. Es un rara avis dentro de una cinematografía tan irregular y desprovista de sorpresas como la italiana de nuestros días.
La película nos muestra inicialmente los rutinarios días de un viejo pastor enfermo, que guía a sus cabras por los campos de un pueblo del sur de Italia. Reiterando a modo de loop ciertas acciones cotidianas y escenarios que rodean la vida de este solitario personaje, terminamos presenciando su muerte para, acto seguido, dejarnos frente al nacimiento de un cabrito mostrado en su natural brutalidad en pantalla, en una decisión que constituye un bestial golpe de efecto que busca establecer un punto de continuidad simbólico dentro del relato y que representa probablemente el mayor (y único) acto de torpeza de la película. A partir de allí quedamos expuestos a la violencia propia del mundo natural, donde la narración relega toda lógica causal propia de un relato que involucre seres humanos. Una gran muestra de esta irrupción del caos y su convivencia con lo cotidiano se puede apreciar dentro de una secuencia magistral resuelta con solo dos movimientos de cámara, donde observamos cómo una procesión religiosa que representa el martirio de Jesús pasa por al lado de la casa del pastor y se ven repentinamente asediados por los ladridos de un perro, al que terminan ahuyentando. La procesión continua su marcha dejando atrás a una peregrina, quien se ve nuevamente asediada por el animal, al que logra distraer arrojándole objetos para, finalmente, desencadenar un accidente con una camioneta que dejará sueltos a los animales del corral, los que pasarán a tomar dominio de la situación, como retomando aquel final de El Ángel Exterminador (Luis Buñuel, 1962), donde los animales invadían sorpresivamente una iglesia.
En estos tramos, la película introduce elementos azarosos que, detrás de la cuidada composición de cuadro y elaborada iluminación de sus planos, desestabilizan el carácter ordinario de lo cotidiano, trastocando todo en fascinación y misterio. Le quattro volte entabla un diálogo cinemático con la materia, con los seres vivos, con la naturaleza, dotando a cada elemento registrado por la cámara de aliento vital y brindándonos la posibilidad de presenciar ese milagro. PC


Meek's Cutoff, Kelly Recihardt. EUA, 2010

Meek's CutoffEl sendero de Oregón que atravesó un grupo de familias guiadas por Stephen Cutoff en 1845 es el que le da el nombre al film. El atajo recorrido por la caravana que guió el explorador es el pretexto de Kelly Reichardt para componer un western atípico. La expedición histórica, formada por doscientas carretas, está simplificada en tres grupos representativos: el pastor y su familia, los recién casados y una pareja en segunda nupcias entre un hombre maduro y una joven.
Aunque el guión incluye como antagonista clásico a un indígena, el verdadero peligro permanece más latente entre el grupo de colonos y su guía. La sucesión de imágenes, de una preciosidad plástica, con suaves colores pastel y un paisaje romántico que, por momentos, se vuelve agreste y, en otros, bucólico, convierten la travesía en un viaje lleno de referencias clásicas (el paso del río, el largo trayecto bajo el sol del desierto, la caravana escoltada por vaqueros, los intentos por comunicarse con el indígena). Sin embargo, la cámara prefiere quedarse junto a las figuras femeninas, eternas olvidadas del género, para narrar más que la historia de la travesía, la tensión que se establece en el grupo a raíz de la desconfianza que genera el explorador.
Al finalizar una historia sin mayores sobresaltos, lo que nos queda en mente, al salir del cine, es una serie de imágenes bellísimas que recuerdan las pinturas prerrafaelitas: la embarazada que corre tras la pañoleta que se lleva el viento, la conversación de la pareja frente al farol, la joven que alimenta al canario, la ropa recién lavada secándose al sol... y la naturaleza, presente a modo de comentario emotivo y sugerente, con las imágenes de la luna en un apacible cielo, las nubes que se desplazan sobre las cabezas de estos seres perdidos en el desierto, la noche oscura que instala el temor entre los colonos o el árbol dañado por el rayo que, aún así, sostiene una esperanza.
De lo mejor visto en esta edición del BAFICI. Formalmente bella, Meek's Cutoff es más que un western, porque roza el intimismo de unos seres que, aunque permanecen distantes, paradójicamente dejan traslucir sus sueños y temores. LS


Morgen, Marian Crisan. Francia, Hungría, Rumania, 2010

MorgenNelu acostumbra a pasar la frontera entre Rumania y Hungría para ir a pescar. A su paso por la cabina de seguridad, se le presentan serios inconvenientes (en la foto del documento aparece con bigote, así que tendrá que volvérselo a dejar la próxima vez que pase por allí; debe presentar un certificado que demuestre que el pescado que termina de pescar es suyo...). No hay manera de que Nelu pueda entender que lo de pertenecer a la Unión Europea no le simplificará la vida. Como no se la simplifica al emigrante turco que un día encontrará en el río y que le pedirá ayuda para pasar la frontera.
Todo el film estará dedicado a este esfuerzo de burlar la vigilancia para que el pobre hombre pueda llegar a Alemania, única palabra que le entenderemos en su verborrágica y confusa conversación. No necesitaremos saber más.
Compuesta con visos de comedia, Morgen se apoya en la relación que establecen estos dos hombres: el emigrante viene a romper la rutinaria vida de Nelu para convertirse en un verdadero amigo, aunque no entiendan ni una de las palabras que entrecruzan; así como también constatarán la impotencia de una verdad, que se sostiene con la misma crudeza con que vemos morir al pez junto a la cabina de vigilancia: que la nueva Europa sin fronteras es más un espejismo que una realidad. LS


Noche sin fortuna, Francisco Forbes, Álvaro Cifuentes. Argentina, Colombia, 2010

Noche sin fortuna... Noche sin fortuna, título homónimo de una novela inconclusa de Andrés Caicedo, se exhibió en el BAFICI y es el trabajo de dos estudiantes de cine. Vale decir que aunque fue proyectada fuera de competencia, alcanza cotas más altas que algunas que sí compitieron. Francisco Forbes (argentino) y Álvaro Cifuentes (colombiano) captaron en alguna edición pasada del BAFICI la carnada lanzada por Ospina (mal utilizada, a mi modo de ver, por Alberto Fuguet en un libro que se presentó el año pasado en el mismo marco del Festival, donde compone con textos de Caicedo y propios un montaje que permite fisgonear, casi morbosamente, en las flaquezas humanas del caleño). Si bien el film recoge también algunos mitos del personaje, se apoya más que nada en la serie de entrevistas a aquellos amigos que había retratado Ospina, casi veinticinco años después.
Para aquellos que contaban las andanzas de Andrés –aquellas personas que lo acompañaron en su adolescencia y explosión creativa, esos mismos que agigantaron su figura con las anécdotas acerca de su talento y del sentimiento de orfandad en que quedaron luego de su muerte-, la figura mítica (creación de sus amigos, por cierto) de Caicedo, hoy desdibujada, se resume en la presencia de papeles y fotografías apiladas en algún rincón de sus casas, a la manera de un altar pagano, especie de tranquilizador de conciencias y patente de fidelidad... Leer más. LS

Norberto apenas tarde, Daniel Hendler. Argentina, Uruguay, 2010

Norberto apenas tardeSi algo tiene Hendler es que es un tipo sencillo y simpático. Al menos, esa es la imagen que dan sus diversos papeles interpretados como actor. Pero aquí se pasa al bando de los realizadores y no sale mal parado de la experiencia. Quizá porque sospechamos que detrás del personaje de Norberto se esconde un alter ego del director.
La vida de pareja en crisis, el aspecto laboral por mal camino, la necesidad de salir de la gris monotonía, el constante fracaso, la viveza de los demás y la torpeza propia son algunos de los temas que desvelan al personaje, que buscará, bajo el pretexto de una necesidad terapéutica, hacer lo que hasta ahora no se ha animado: a través del teatro, vivir una vida propia.
Un trayecto que va del incesante tráfico del centro montevideano a la bucólica Pocitos, espacios cerrados y asfixiantes, la noche como escape del día y una cámara que no le pierde pisada a este personaje que anuncia sus posibles decisiones una vez que ya han sido tomadas son algunos de los ingredientes que Hendler conjuga con humor.
Norberto apenas tarde es el estudio de un personaje en una edad crítica, donde se lo muestra desubicado en cuanto a lo que se espera de él frente a la esposa, los amigos, el jefe, el profesor, los compañeros. Y posee una resolución dramática, aplastante, donde el agobio y la rutina triunfan ante la picardía o el intento de superación, aunque no nos damos cuenta, porque hemos recorrido todo el trayecto de la casi hora y media con un perdedor que es simpático. Dicen que quien tiene humor se ríe de sí mismo. Aquí, si nos reímos, será porque encontramos alguna similitud con este personaje que más que gris, se ve pardo. LS


Nostalgia de la luz, Patricio Guzmán, Alemania, Chile, España, Francia, 2010

Nostalgia de la luzEl film de Patricio Guzmán mantiene al espectador en una distancia prudente desde el comienzo. Quizá esa distancia venga impuesta por la voz del narrador, el propio Guzmán, cuyo timbre y cadencia es posible para una charla de café, pero no tiene el poder atrapante que uno espera de un narrador clásico. Lo cual no es un demérito, sino que lo mencionamos para situar al lector en la posición del espectador, que de pronto se ve minimizado por imágenes de artefactos inmensos, cuyo ruido ensordece, pues obedece a una serie de movimientos mecánicos de aparatos altamente sofisticados. Ese sonido, por momentos molesto, no cuadra con la voz que nos trae más bien hacia un relato monocorde.
Guzmán nos habla de una pasión chilena y propia, con perdón de la posible redundancia, la del cosmos. Ese país arrinconado por la cordillera de los Andes y el Pacífico cobija a unos seres que buscan su punto de fuga, a través de la curiosidad por el cielo y sus misterios... Leer más. LS


Notre poison quotidien, Marie-Monique Robin. Francia, 2010

Notre poison quotidienQuizás no sea lo más adecuado comenzar una reseña sobre la última edición del BAFICI con una película como Notre Poison Quotidien. La última realización de la periodista francesa Marie-Monique Robin no parece tener demasiado que ver con el cine, y ateniéndonos al manual del purismo cinematográfico podríamos empezar a hablar de ciertos elementos presentes en este documental tales como el tono didáctico, la exhibición de testimonios a cámara en formato de cabezas parlantes, el uso esquemático del material de archivo y otros recursos poco inspirados que tanto suelen irritarnos a los cinéfilos cuando discutimos sobre modos y formas.
Pero si algo nos ha enseñado un evento de la estatura del BAFICI es que ante determinadas cuestiones que conciernen al mundo en el que vivimos a veces también resulta imperioso dejar de lado cualquier síntoma de fundamentalismo formal y que no viene mal centrarnos detenidamente en lo que una película tiene para decirnos, sobre todo si esto último involucra a nuestra salud. No será la primera ni tampoco la última vez que el festival encienda las alarmas sobre lo jodido que está todo a nuestro alrededor, y a veces la urgencia de determinados temas termina imponiéndose sobre cualquier factor de ruptura estética que tantos otros cineastas nos pueden ofrecer en la sala de al lado durante los diez días que dura el festival. Les propongo que, solo por un rato, le ofrezcamos a Marie-Monique Robin la posibilidad de explayarse con todo el didactismo posible sobre una cuestión tan significativa para nuestra vida cotidiana como la que se pone en juego cuando arrojamos un producto alimenticio sobre el carrito del supermercado.
Notre Poison Quotidien (Nuestro Veneno Cotidiano) nos habla de cómo las empresas y compañías de alimentos manipulan los procesos de producción implementando el uso de aditivos químicos y poniendo seriamente en riesgo la salud de sus consumidores, aditivos cuya composición, dicho sea de paso, no están obligados a divulgar públicamente ante sus consumidores, amparándose en los mismos derechos que rigen sobre la propiedad privada y el copyright. También nos brinda detalles sobre lo peligrosos, nocivos e, inclusive en algunos casos, fatales que pueden llegar a resultar estos aditivos a la hora de su consumo y de como estas compañías callan deliberadamente sobre esos posibles daños (entre los que podemos enumerar el cáncer, el mal de Parkinson, deformidades físicas, esterilidad y otros horribles etcéteras). Nos dice que nuestras frutas, verduras y cereales pueden estar infestados de pesticidas y herbicidas letales para nuestro organismo. Nos dice que los organismos que se encargan de señalar los índices de medición de los niveles de residuos tóxicos presentes en los alimentos llevan a cabo sus tareas de manera negligente, incorporando en su planta de "técnicos especialistas" a científicos que trabajan para las mismas compañías responsables de suministrar esos alimentos adulterados químicamente. Y nos dice, por supuesto, que esas cifras oficiales que brindan dichos organismos son, como mínimo, discutibles, poco fiables y endebles.
También nos dice que otros laboratorios independientes se han encargado de llevar adelante la tarea que estos organismos oficiales no hacen como corresponde para demostrar que estamos sujetos a un proceso de envenenamiento cotidiano que va a terminar por cagarnos la vida dentro de no mucho tiempo. Pero ante toda esta abrumadora cantidad de información desalentadora y siniestra, Notre Poison Quotidien nos recuerda también que todavía tenemos al cine de nuestro lado para, al menos, enterarnos de estas cosas. Ahora yo solo puedo decir: "qué suerte que detesto el edulcorante". Pero pobres de aquellos que no compartan mi sentimiento. Vean Notre Poison Quotidien. PC


Novias-madrinas-15 años, Pablo y Diego Levy. Argentina, 2011

Novias-madrinas-15 añosLos hermanos Levy decidieron hacer un film sobre el negocio de su padre, la sedería Kreal, ubicada en el barrio del Once y dedicada a la venta de telas finas para  novias, madrinas y quinceañeras. Un rubro en el que, al vivenciarlo de cerca, quisieron destacar el rol de los vendedores. Aquellos que dedicaron su vida a la  especialidad y a un producto que jamás usaron ni usarán, pero por el cual se transformaron en "leones" detrás de un mostrador.
La cámara llega al barrio, abre el local a primera hora, acompaña al encargado y se aloja allí hasta el final. Los planos cercanos de las telas y de sus colores empiezan a dar vida a un lugar que pronto se poblará de gente que entra y sale. Será en el subsuelo del negocio, sobre un mismo fondo y enfrentados a cámara, donde cada uno de los vendedores revelará con simpatía su experiencia, su relación con el dueño, con sus compañeros, su vivencia diaria. Anécdotas, infidencias, toques de humor, el aprendizaje del rubro, la fidelidad al patrón y el amor al trabajo serán algunos de los tópicos que irán apareciendo.
Los realizadores supieron explotar con certeza los puntos fuertes de cada uno de los entrevistados, rescatando lo mejor de ellos delante de una cámara que funcionó como una suerte de confesionario o catalizador. A ello se mezclarán imágenes del funcionamiento del local, de las estrategias de venta, de diálogos entre ellos, etcétera. Su padre, "el negro" Levy también fue entrevistado. Broche final y cómplice de un film, donde el naturalismo del rodaje se mostró, evitando cierta edición, como si el la película fuera el resultado de una contribución colectiva.
Sin duda, los Levy, con buen pulso, lograron un registro minucioso del oficio de vendedor, exploraron el arte de la venta, tal vez hoy desacreditada, bajo una atmósfera de calidez y simpatía. Un logro que les valió el Premio del Público en los galardones otorgados por el 13º BAFICI. MB


Shelter, Dragomir Sholev. Bulgaria, 2010

ShelterEl plano de un trofeo sobre un vidrio marca el comienzo de uno de los films de la Competencia Internacional del 13º BAFICI: Shelter. El dueño del premio es un entrenador de waterpolo que regresa de una gira deportiva con todo su equipo. En ese momento, recibe el llamado de su esposa, contándole que su hijo hace dos días que no regresa. La cámara no abandona los rostros abatidos de los personajes, los acompaña hasta la comisaría. Al hacer la denuncia, se escapa cierta mirada crítica sobre la burocracia policial. Locaciones oscuras, exteriores lluviosos, suburbios de un barrio de Bulgaria y planos largos que no hacen más que enfatizar el conflicto. 
Si hasta entonces el relato, dividido por secuencias temáticas, logró generar un clima tenso y de cierto suspenso, el cambio será contundente ante la llegada del niño con dos amigos punk
A partir de esa instancia, no sólo cambia el tono, sino el registro de los personajes y de las situaciones que se van sucediendo.
Con gran fluidez narrativa y un uso destacado del plano secuencia, la escena del almuerzo entre la familia tradicional y los punk, se vuelve memorable. Diálogos rápidos y filosos, cargados de humor,  de crítica social y política. Dos generaciones enfrentadas. La anarquía punk frente al status quo familiar. 
Tal vez, la pregunta a la ópera prima del búlgaro Dholev, sea ¿quién o quienes se refugian y dónde? Cuestiones que el film logra responder livianamente. Su problema es el manejo de muchos temas puestos en juego: la responsabilidad educativa y social, las diferencias, la tolerancia, la familia y la adaptación a los cambios frente a las nuevas pautas sociales y culturales. Un film que por momentos se muestra rebelde ante todo y frente a todo, como si necesitara seguir buscando su verdadero refugio. MB


Teoría de cuerdas, Luján Montes, Gabriel González Carreño, Clara Frías, Laura Focarazzo, Oscar Maio, Luciana Foglio, Eugenia De Rossi, Sergio Brauer, Juan Tancredi, Antonio González Mediondo, Amado Casal. Argentina, 2011

Teoría de cuerdasLa química llevada a la gran pantalla, imágenes manipuladas y fusión musical. Breves (no tanto para el espectador) segmentos con formas, movimientos y colores sugerentes que por momentos atraen (la lava, el magma, la naturaleza, el fuego) y en otros provocan el rechazo (las incursiones de un bisturí sobre un ojo, el aparato digestivo, las ratas).
Experiencia lúdica o ejercicio estético: nos quedamos con los fragmentos dedicados al cobre y al neón, pero debemos decir que los setenta minutos que dura Teoría de cuerdas se vuelven insoportables, insufribles, por la extensión de la propuesta, por lo metálico de la música, por la falta de variedad formal.
Hay tanto para elegir en imágenes y sonidos que hagan referencia a los distintos planteos químicos que se propusieron los autores. Sin embargo, pareciera que se pusieron de acuerdo para bañar con un tono diferente cada uno sus cortos (sin variaciones significativas), con una música demasiado electrónica y con imágenes que se parecen demasiado.
Uno queda con la impresión de que ha ido a ver un videoclip de setenta minutos... y que ha perdido no sólo el tiempo, sino también la audición. LS


The Autobiography of Nicolae Ceausescu, Andrei Ujica. Alemania, Rumania, 2010

The autobiography of Nicolae CeaucescuEn la introducción de su pequeño (gran) libro Una juguetería filosófica, David Oubiña describe un tramo de una novela de W. G. Sebald, donde su protagonista examina una película filmada por los nazis en un campo de concentración durante los tiempos del Holocausto. La intención del personaje es descubrir si su madre se hallaba presente en aquella filmación. En la película, los responsables del film habían obligado a los prisioneros a actuar frente a las cámaras simulando que vivían felices en aquel lugar. Para tal fin los nazis decidieron encubrir los aspectos más evidentes que pudieran dar cuenta de la realidad que se padecía en los campos de exterminio, a modo de engañar a las autoridades de la Cruz Roja a quienes debían presentar el film. Al no poder encontrar a su madre en la filmación, el protagonista decide solicitar una copia en cámara lenta de la película para intensificar exhaustivamente el nivel de detalle de su búsqueda. La novela describe los nuevos aspectos que afloran en la imagen y el sonido cuando este personaje reproduce la película a un tiempo distinto del original. Esta alteración en el tiempo de la reproducción del film logra poner al descubierto aquellos detalles que permanecían ocultos en la velocidad original de proyección, revelando el carácter siniestro de una situación que los nazis pretendían mantener a resguardo de quienes lo vieran y que se vislumbra, en esta segunda visión, a través de los gestos de opresión en los rostros de los prisioneros, en la pesadez de sus falsos movimientos. Oubiña cita lúcidamente este ejemplo a modo de demostrar cómo la alteración de un aspecto original de un film (en este caso, su velocidad de reproducción) puede traer a la superficie una realidad que yace por debajo de lo que las imágenes pretendían mostrar en primera instancia. En otras palabras, de cómo la visión alterada de una película, a través de un simple procedimiento de manipulación técnica, puede generar otras lecturas en el espectador, de connotaciones totalmente opuestas a las de sus intenciones originales.
The Autobiography of Nicolae Ceaussescu es la tercera parte de una trilogía centrada en la figura del dictador rumano, en la que el realizador Andrei Ujica decide utilizar el material fílmico documentado por el ministerio de propaganda del líder político para elaborar una suerte de biografía "oficial", o mejor dicho, la autobiografía de su figura pública construida a partir del registro de su presencia en diversos actos oficiales, discursos parlamentarios, escenas familiares, visitas internacionales a otros funcionarios, etcétera... Leer más. PC


The Future is now!, Gary Burns, Jim Brown. Canadá, 2010

The future is nowCodirigida con Jim Brown, como su film anterior Radiant City (2006), la última película de Gary Burns es una nueva versión del un film francés La vie commence demain (1949), de Nicole Védrès, donde un hombre del futuro le permitía a un hombre del presente interrogar a distintas personalidades como  Le Corbusier, André Gide, André S. Labarthe, Pablo Picasso y Jean-Paul Sartre.
En Crónica de un verano (1960) Jean Rouch y Edgar Morin sacaron la cámara a la calle y preguntaron a la gente si era feliz teniendo en cuenta los cambios que sufría la sociedad francesa por esos años. En The Future is now! los directores hacen lo mismo, cambiando de pregunta (no, de fin) ¿cuáles son sus miedos en relación al futuro del mundo?
El reportaje como herramienta no sólo será una constante durante el film, sino que a partir de allí, la reportera autodenominada "la mujer del futuro" elegirá a un entrevistado al que llamará "hombre del presente",  debido a su pensamiento escéptico y descreído sobre temas como el arte, la arquitectura, la filosofía, la ciencia y la organización social, para proponerle un juego. El mismo consiste en el cambio de actitud que logre sobre el futuro que nos depara, a través de un viaje donde conocerá lugares y distintas personas. Como en el  film francés, la "mujer del presente" le preparará  una serie de entrevistas con filósofos, entre ellos Sartre, artistas plásticos, un arquitecto, un poeta, científicos, con quienes se harán interesantes debates contemporáneos. Nuevamente,  Burns se detiene en los problemas sociales del hombre actual y los interroga desde una mirada que siempre se vuelve optimista. Si bien en el film hay cierta cuota de inverosimilitud, también hay diálogos muy elaborados y extensos, recurso de voz en off del personaje y una alta cuota de persuasión. The Future is now! es como un simulacro de programa de televisión, donde se intenta transformar al personaje para que viva mejor, desde un discurso apelativo. El film es bien intencionado, es entretenido y persuade por su dinámica y estilo narrativo. MB


The Turin Horse, Bela Tarr. Hungría, 2010

The Turin Horse¿Qué decir de esta maravillosa película? Si no pasa casi nada... Todo lo que pasa está resumido en un intertítulo al inicio del film donde se habla de aquella anécdota según la cual Friedrich Nietzsche se abrazó a un caballo maltratado, se puso a llorar y entró en una dimensión que algunos llaman locura y que le consumió sus restantes años de vida. Pero eso no pasa en la película. Veremos al caballo, que tras un duro camino y bajo condiciones climáticas extremas, es ingresado a un galpón maltrecho de donde, obstinadamente, se negará a volver a salir, condenando dramáticamente a sus dueños: el cochero y la hija.
La niebla, el viento, la sensación de frío, un cochero con una librea gastada y una música fúnebre que no nos dejará, salvo para darle paso al sonido del viento o a las escasas frases que intercambian los protagonistas durante los seis días que transcurren frente a la pantalla.
Con ellos sufriremos la rutina diaria de intentar convencer al caballo de que salga a hacer su trabajo, con una morosidad donde tiempo diegético y fílmico se confunden. Así los vemos realizar todo el esfuerzo que significa preparar el carro cada día. Como no es posible salir, nos quedaremos con padre e hija acompañándolos en su rutina cotidiana: levantarse, vestirse, cocinar, alimentarse, cortar leña, lavar ropa, mirar por la ventana, desvestirse, acostarse. Una y otra vez, desde distintos ángulos, pero con la misma parsimoniosa serenidad. El rostro del viejo, con su barba abundante y su cabello ensortijado, las arrugas que trazan su piel y la mirada oscura nos recuerdan los primeros planos de Iván el terrible (Ivan Groznyy, Sergei Eisenstein, 1944) o Andrei Rublev (Andrei Tarkovsky, 1966). La joven, con el cabello al viento, arropada para cubrirse del frío, luchando en el trayecto hasta el pozo de agua que, inexorablemente, se secará para mayor condena de la pareja, nos trae a la memoria imágenes de El viento (The Wind, Victor Sjöström, 1928). Así como algunas imágenes de Avaricia (Greed, Erich von Stroheim, 1924) resuenan en la rutina casera, con la mesa de madera cuya textura casi sentimos, la piedra de las paredes, el fogón en la cocina o las patatas hirviendo en los cuencos.
Cine del más puro, imágenes bellamente compuestas, una historia pequeña pero dramática, un tempo que le hace sufrir al espectador las sensaciones que para los personajes son cosa de todos los días. Vivimos con los personajes un pedazo de sus vidas.
Las imágenes y las acciones hablan por sí solas. Los monosílabos que intercambian padre e hija no son sino accesorios, como el monólogo del vecino que los visita o el barullo que hacen los gitanos que se reúnen junto al pozo. Esas son, apenas notas "de color" (en blanco y negro) en una historia que sería monocorde, si no fuera por la puesta en escena ideada por un artista, como es Bela Tarr. LS


Tilva Ros, Nicola Lezaik. Serbia, 2010

Tilva rosSkates, tatuajes, cabellos largos, lastimaduras en piernas y brazos tomados en primer plano ya nos sitúan frente a los personajes que llevarán adelante una pequeña historia, la de dos amigos que están en el momento de transición entre la escuela secundaria y la universidad o el trabajo, en ese tiempo muerto en que tomarán una decisión que encaminará sus vidas.
Es cierto que no hay nada más cinematográfico que un skater y sus piruetas en las rampas construidas para tal fin. Y Nicola Lezaic echa mano a la cámara para retratar a esos jóvenes, seducidos por el peligro, que bordean la cornisa (metafórica y literalmente) para ver dónde está el límite: el de la superficie que recorren, el de la decisión en un momento crucial de sus vidas y hasta el físico, como si fueran niños que estuvieran calibrando cómo avanzar un poco más allá del límite impuesto por sus mayores.
Tilva Ros narra la historia de Steki y Toda, contada a través de imágenes sucias, inestables, donde estos dos amigos compiten por el amor de Daja. Lezaic recurre a imágenes tomadas hace unos años por los propios protagonistas, verdaderos skaters, para reconstruir, utilizándolos como flashbacks, los lazos de amistad que los unen. Así que, a medias entre la ficción y el documental, el film va desgranando la historia de estos chicos, enfocándose con predilección en Toda, quien se autoinflige sufrimientos cada vez que quiere llamar la atención.
Y detrás de la historia de estos amigos está una realidad que se mantiene en un segundo plano, por ejemplo, la preparación de los desocupados (donde vemos desde jóvenes como Toda hasta gente madura), la distancia de los centros de educación (Stevi tendrá que trasladarse a Belgrado para estudiar, así que no verá a su amigo hasta dentro de unos meses), los conflictos laborales de la clase media (a la que pertenecen los padres de los chicos), y sobre todo, en el Monte Rojo (Tilva Ros), una región minera explotada y abandonada, donde aún quedan trazos de una guerra reciente. Todo ese marco nos ayuda a entender la conducta de estos chicos, que son seguidos muy de cerca por una cámara que asume el ritmo en que viven, tratando de mantenerse en la eterna adolescencia. LS


Un homme qui crie, Mahamat-Saleh Haroum. Bélgica, Chad, Francia, 2010

Un homme qui crieEn El último (Der letzte mann, 1924), Friedrich Wilhelm Murnau nos narraba la historia de un hombre que por su vejez había pasado de la portería a ser cuidador de los baños de un lujoso hotel, con todo lo que esto significaba para su autoestima, para la imagen ofrecida a los demás, para su estatus social y familiar.
A Adam, el personaje de Un homme qui crie, le sucede algo similar. De pasado atlético, le han asignado el cuidado de la piscina de un hotel, pero su edad hace que lo confinen a la portería, donde permanecerá sentado bajo el sol, mientras su hijo se hace cargo del sector acuático. La complejidad de esta historia es quizá más retorcida que la del film de Murnau, porque Adam está endeudado y cuando le piden recursos para mantener una guerra que consume las arcas del país, y no le alcanza para pagarlas, no ve mejor oportunidad que ofrecer a su hijo al ejército y de una vez encontrar la manera de volver a su oficio.
Contada así, la historia parece simple. Pero los vericuetos que transitamos en esta aparente simplicidad, nos permiten incursionar en la peligrosa ciudad, en los hospitales decadentes, en la desesperación de quienes no tienen con qué sobrevivir. La cámara nos lleva por todos esos rincones, permitiéndonos recorrerlos como propios. Se distrae en el rostro y en las manos de Adam, en la figura atlética de su hijo Abdel, en la expresión angustiada del cocinero despedido o en el plano entero del nuevo chef que patea al perro. Pero se deja estar junto al parsimonioso paso del agua del río, ese que se llevará el cuerpo de Abdel.
Un homme qui crie vino al BAFICI amparada por el Premio del Jurado de Cannes 2010. Ha sido una rareza por su origen, ya que es muy difícil que llegue a Buenos Aires un film de Chad. Su historia no es muy diferente a la de algún país latinoamericano, así que la identificación fue instantánea. LS


Un mundo misterioso, Rodrigo Moreno, Argentina, 2011

Un mundo misteriosoHay algunos films que circulan, que fluyen para no quedarse en el recuerdo. Tampoco son novedosos desde lo formal. Este es el caso de Un mundo misterioso, del cual se tenía cierta expectativa debido al éxito de El custodio, primer film de Moreno. 
Esta idea del fluir circularmente surge del mismo personaje. Un joven que al ser dejado "un tiempo" por la novia, no sabe qué hacer de su vida y de su tiempo libre. Deambula errante, sin sentido. Como todos los personajes que participan del film. Moreno, a diferencia de El custodio, libera la cámara en una suerte, por momentos, de road movie que no se dirige a ningún lado, ya que el personaje no se modifica y se muestra como el antihéroe solitario y despachado que se relaciona con quien se le cruce. 
Diálogos altisonantes, vacíos, planos fijos, muertos, humor seco y cortante son algunos de los rasgos del film. Una inclinación estilística que responde a cierta tendencia del cine argentino de Villegas, Acuña, Rejtman sobre el mundo de los jóvenes en conflicto que no encuentran el sentido a su vida. Si bien Rodrigo Moreno se muestra más libre en relación a su estructura narrativa anterior, y eso es bueno, siempre corre el riesgo de trabajar sobre extremos, pasándose a un estilo cuasi anárquico que deja a Un mundo misterioso exento de interés, circulando dentro de un Festival cargado de sorpresas, como ésta. MB


Vaquero, Juan Minujin. Argentina, 2011

VaqueroLa apertura oficial del 13º BAFICI comenzó con el film argentino Vaquero, ópera prima de Juan Minujín que se exhibió en el Teatro 25 de Mayo. Hacía diez años que el Festival no seleccionaba un largometraje nacional para la fiesta de inicio; razón y mérito propio, que le brinda a la película un interés especial.  
Vaquero narra, a partir de la vida de un actor secundario, Julián Lamar, interpretado por Minujín, una mirada amplia y crítica sobre el mundo de los actores, el ambiente competitivo e hipócrita en el que se mueven y la carga subjetiva y personal que sufre por conseguir un reconocimiento.
La posibilidad de obtener un papel en un western norteamericano será la oportunidad que tanto busca para poder ser otro. Esa ilusión será el motor del personaje, muy bien llevado por Minujín que, a través de los primeros planos y de una cámara que lo sigue donde vaya, se capta cada gestualidad, y cada sentimiento que lo atraviesa.  El personaje es cerrado, obsesivo, pesimista, observador y su cabeza no para, escuchamos en off sus pensamientos todo el tiempo: "... No paro de pensar en todos estos artistas que me rodean, que se quieren expresar a sí mismos, artistas vanguardistas juntando millas, Ipods, memorias, píxeles, megapíxeles, zapatillas blancas, remeras antisistema, hablando del desmonte, del recalentamiento global, de la basura electrónica...".
El guión logra momentos brillantes con alta dosis de humor, que equilibran, tal vez no de un modo muy parejo, los momentos más solitarios y oscuros del personaje en esa búsqueda constante de sentirse reconocido. Será en ese recorrido, en el que Julián, proveniente de una familia encabezada por un padre progre y aburguesado (Daniel Fanego) que lo humilla inconscientemente, intentará destacarse para sentirse tan completo como el resto.
Los objetos y las locaciones también reflejan y son una extensión de Julián: el parabrisas rajado de su auto, su departamento oscuro y desprolijo, la luz y la armonía en la casa de su padre, entre otros. También está la chica que intentará alcanzar y un actor exitoso (Leonardo Sbarglia) quien será su sombra.
Vaquero es una comedia negra, que muestra a un Minujín completo, en su triple rol de guionista, actor y director. Un muy buen debut, del que habrá que esperar hasta mitad de año para su estreno comercial. Allí estará EL ESPECTADOR IMAGINARIO para profundizar esta nota. MB


Wasted Youth, Argyris Papadimitropoulos, Jan Vogel. Grecia, 2011

Wasted YouthA través de una información dosificada, seguiremos los pasos de Vasili, un oficial de policía, y Harry, un joven skater, habitantes de una Atenas agitada por el caos citadino y el calor del verano.
Después de Paranoid Park (Gus Van Sant, 2007) pareciera que todo lo relativo a los skaters ya hubiera sido dicho. Wasted Youth lo vuelve a confirmar una vez más. No hay nada nuevo en esa pasión del joven Harry, más que la de querer beberse la vida en un instante bajo el vértigo que da la velocidad y el peligro. Pero podría no haber sido un skater e igual cabría en esta historia griega donde se nos habla más bien del choque generacional entre padres e hijos, mayores y adolescentes.
La tediosa vida familiar, que guarda un instante para una sonrisa o un sentimiento de ternura, cuando la mayoría de las veces predomina la ofuscación y la rabia; la pelea constante de los padres con los jóvenes, quienes insisten en aislarse enchufados a su música, o la cotidiana y mecánica rutina de levantarse, alimentarse, trabajar o reunirse con los amigos y acostarse. Esa sensación de estar luchando hasta por el aire que se respira en los mayores y la insaciabilidad de los jóvenes por exprimir cada segundo del día. Todo nos es familiar. Todo lo comprendemos. La historia de estos dos seres correrá paralela frente a nuestros sentidos para unirse, como veníamos previendo desde que conocimos la profesión de Vasili y asistimos al desenfreno de los chicos, en una situación fatídica.
Los directores han escogido planos fijos y el silencio para mostrarnos la vida monocorde de Vasili y los movimientos vertiginosos de cámara y la música para seguir la vital experiencia de Harry. La segunda parte del film, cuando ya sabemos qué sucederá, se vuelve interminable, totalmente predecible y pareciera estirarse más de lo soportable. LS


Yatasto, Hermes Parralluelo. Argentina, 2011

YatastoGlauber Rocha decía que nuestro cine era revolucionario cuando se tomaba en cuenta la violencia de nuestra hambre. Quizá parezca anacrónico citar a uno de los directores más prestigiosos del cine de estas latitudes, sobre todo si tenemos en cuenta que su "Estética del hambre" es de los años sesenta. ¿Y a qué viene todo esto? A que Yatasto no es sino la estilización de esa violencia. Y que Glauber Rocha debe estar revolcándose en su tumba.
Rodada en Córdoba, con una puesta en escena muy cuidada, con diálogos graciosos, nos cuenta las vicisitudes que pasan los cartoneros de la ciudad mediterránea argentina. Una lumbre que rompe la negrura de la oscuridad y que va mostrándonos a un grupo humano a la intemperie en pleno invierno. La belleza de la escena desposee a la miseria de su carga de violencia. La paciencia con que los mayores enseñan a manejar el caballo que tira del carro desprovee a la imagen del animal, sólo piel y hueso, de su hambre. El sueño del chico por ser jockey justifica el camino sin salida que tienen esos pequeños ante las posibilidades reales de estudiar y prepararse para enfrentar la vida dignamente.
Es cierto que Yatasto nos ofrece otra mirada de la miseria, perdón, de la pobreza. No se queda en el asco que nos produce que un chico revuelva la basura en busca de comida, simplemente el niño dice "voy a cirujear" y ya entenderemos que revolverá basura (pero no lo veremos, así que el asco no estorbará la visión del film).
Ganador de una distinción como mejor película argentina en la Competencia Internacional, Yatasto es un film aséptico, aunque hable de la miseria. Porque el enfoque estará centrado en la humanidad de los personajes y no en su condición de pobres. Los restos de vegetales que recogen han sido desechados por otros, pero estos no huelen mal; el caballo que arrastra el carro cuenta con el cariño de cualquier mascota doméstica, debe ser que está mejor alimentado que sus dueños; la posibilidad de tener un "fierro" (arma) será para defenderse, nunca para robar. No es que yo tenga una mirada despectiva hacia estos seres marginados, por el contrario, me pongo de su lado, pues veo que están condenados y no puedo sumarme al engaño en que Yatasto me quiere hacer caer, de que la belleza existe hasta en la miseria, porque donde hay hambre no hay belleza. LS

Introducción

Palmarés