La vista y la mirada

Los ojos de Julia

Guillem Morales, España, 2010

Por Pablo Gamba

Los realizadores de cine de terror afrontan en la actualidad una dificultad análoga a la del doctor Frankenstein, que no es poca: cómoLos ojos de Julia reunir en cuerpos nuevos los viejos tópicos del género y cómo infundirles vida. La cuestión es evidente en Los ojos de Julia (2010), el segundo largometraje del realizador español Guillem Morales, producido por Guillermo del Toro y cuya historia se desarrolla en España. El cinéfilo podrá percibir los préstamos de diversos filmes, y en particular de Sola en la oscuridad (Wait Until Dark, 1967), aunque en este caso la protagonista no es una ciega, como la Susy Hendrix que encarna Audrey Hepburn en la película de Terence Young, sino una mujer que va perdiendo la capacidad de ver. El tema es propicio para reflexionar sobre la visión y sobre la mirada, que son problemas inherentes al cine. Los ojos de Julia lo hace a través de un personaje que se oculta de la vista de la protagonista y de la cámara al hundirse en la oscuridad, y que a la vez es socialmente imperceptible por la carencia de atributos que le permitan hacerse notar. Forma parte del mismo juego reflexivo un travelling en subjetiva que toma el punto de vista del "hombre invisible". Nadie mira a la cámara, lo cual pone de relieve el lugar que ella ocupa en la narrativa clásica, como ser que todo lo mira y todo lo muestra pero al cual ningún personaje debe mirar.

Los ojos de JuliaTambién es tema del filme el voyeurismo, el placer de ver que es una de las razones de ser del cine, si no la principal. En una secuencia en la que Julia se introduce en un vestidor en el que hay ciegas desnudas. Como las mujeres no pueden ver a quien las mira, se exhiben naturalmente ante la protagonista al igual que ante la cámara. Pero si el personaje del cine clásico no debe tener mirada para ver a quien lo mira en la pantalla, y la secuencia es una metáfora de ello, sí debe ser capaz de ver o haber visto cosas que no han sido reveladas para el espectador u otros personajes, si lo requiere la narración, y las ciegas perciben que en el vestuario hay un hombre que ni Julia ni la cámara llegan a ver sino al final de la secuencia.

Pero esos temas son evocados apenas, sin profundizar en ellos. El director y suLos ojos de Julia coguionista, Oriol Paulo, parecen creer que la referencia basta para el espectador cinéfilo de edad madura al que está dirigido el filme, como lo indica la elección de actores de más de cuarenta y cincuenta años de edad para los papeles principales, como son Belén Rueda (Julia y Sara, su hermana) y Lluís Homar (Isaac), respectivamente. Si la estética de la película se corresponde con la idea de un mundo en el que ya no quedan cosas que valga la pena ver, como ha dicho Morales, el tratamiento de los temas sugiere que tampoco queda mucho más que decir acerca de ellos, salvo hacer evidente que se los ha traído a colación. Eso no es decir nada nuevo, y es un escepticismo respecto al cine que resulta cuestionable, por decir lo menos, y que tampoco va aparejado necesariamente con la madurez, ni en el arte ni en la vida.

Si para que se levantara su criatura, hecha de retazos humanos, el científico loco del clásico de James Whale (Frankenstein, 1931) necesitó la fuerza del rayo, en Los ojos de Julia se echa de menos el chispazo de genio que se requiere para darle nueva vida al género.

Ficha técnica

Los ojos de Julia , España, 2010

Dirección: Guillem Morales
Producción (productores): Guillermo del Toro, Mercedes Gamero, Joaquín Padró, Mar Targarona
Guión: Guillem Morales, Oriol Paulo
Fotografía: Óscar Faura
Montaje: Joan Manel Vilaseca
Interpretación: Belén Rueda, Lluís Homar, Pablo Derqui, Francesc Orella, Joan Dalmau, Boris Ruiz, Daniel Grao, Clara Segura, Andrea Hermosa, Julia Gutiérrez Caba


Trailer:

 

 

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