Coitus interruptus

Copia certificada

(Copie conforme) Abbas Kiarostami. Francia, 2010

Por Liliana Sáez

Hay en Abbas Kiarostami un deseo de involucrar al espectador, conduciéndolo por pasadizos falsos para hacerlo reflexionar sobre las preocupaciones más frecuentes Copia certificada, carteldel hombre común. El valor de la vida se le disputa al de la muerte en El sabor de las cerezas, donde acompañamos en su travesía a un hombre que quiere suicidarse y encontrar a quien eche unas paladas de tierra sobre su futuro cadáver; el diálogo con el posible candidato que se resiste a asistirlo va desgranando las sensaciones que le brinda el estar vivo, mientras el otro sostiene la necesidad de estar muerto.  

En Copia certificada, el último film del director iraní, rodado en Italia, con actores europeos y una estética totalmente occidental, nos plantea la vigencia del matrimonio y los sentimientos que se suscitan en una pareja con el pasar de los años. El encuentro entre un escritor británico y una galerista francesa que vive en la Toscana le da pie al realizador para componer un discurso multicultural (los diálogos son en inglés, francés e italiano), a través de un recorrido que intenta ser turístico, pero que en realidad servirá para internarse en los vericuetos del amor y su persistencia a través del tiempo.

Copia certificada tiene todos los elementos para ser un fraude. Su historia lleva, como en El sabor de las cerezas, por caminos que parecen certeros, para que, una vez recorridos, nos demos cuenta de que deberíamos hacer una nueva lectura, porque la ficción lleva en su seno otra ficción, que juega con la verosimilitud y con la identificación y proyección del espectador. Kiarostami no hace sino reavivar mi relación de amor-odio por su cine, alimentada por su afán occidentalista, que traiciona casi todo lo que me gusta de la cinematografía iraní, y su puesta en escena, que incorpora el fuera de cuadro de una manera significativa, lo cual me emociona grandemente.

Copia certificada, críticaComo decía, el transcurso de la ficción va engendrando otra ficción, ésta más inasible que la primera, donde no sabemos si lo que sucede es real o no. Esa desorientación es propicia para plantear un tema de fondo, que no es el que evoca el título del film, si la copia de un objeto es mejor, o no, que el original. Ese sólo es el pretexto. Se nos habla, más bien, de las relaciones de pareja, de lo que espera uno del otro, de lo que cada uno está dispuesto a brindar, del enamoramiento ciego de los comienzos de la relación, de la resignación en la madurez, de la caprichosa intención de cambiar al otro, del perpetuo reclamo por parte de quien lleva la carga más pesada, del fracaso del matrimonio, de la pareja como ente y de la individualidad como necesidad... en fin, del yugo y de la libertad.

Kiarostami desarrolla su tesis a través de la conversación de la pareja central, que se verá matizada por otras parejas, con otras convicciones, que vienen a sumarse para enriquecer una visión plural del tema. Así, vemos al hombre que no quiere compromisos, a la mujer que siente que lleva una carga inmensa cuando tiene que educar a su hijo sola, a los jóvenes que se casan y celebran en una iglesia un futuro de felicidad o a la mujer de la taberna, a la que sólo le importa tener un marido, no importa en qué condiciones... Actitudes, reclamos, elecciones a los que hay que someterse cuando se comparte la vida en pareja.

Copie conformeVariedad de opciones, mostradas a través de profundidad de campo, reflejos de espejos, situaciones eventuales o narraciones específicas sobre tal o cual comportamiento que implica una actitud inteligente, para algunos, o patética, para otros. Kiarostami elige detenerse en el bellísimo rostro de Juliette Binoche, en su subyugante expresividad, cuando se burla cínicamente de la feliz vida anodina de su hermana, mientras conduce por las callejuelas del pueblo.

La cámara rehúye lo que le llama la atención a los personajes, sólo vemos sus rostros, sus expresiones; el relato de lo que los rodea es ofrecido a través de espejos, reflejos en el parabrisas del coche, segundos y terceros planos o una banda sonora cuya funcionalidad se nos escapa. La narración de la mujer, la firma de los libros en el coche por parte de él; el niño que apura a su madre mientras el escritor ofrece la conferencia; el rodeo en 360 grados que realiza él, mientras ella habla fuera de cuadro; la historia fabulada mantenida con la cantinera, mientras él conversa por teléfono; la espera en la capilla, mientras los novios se desviven por tomarse una fotografía en la gruta; lo que piensa la pareja de turistas (uno de los momentos más memorables, sobre todo por la participación de Jean-Claude Carriere)...

Copia certificada, la películaEn Copia certificada el fuera de campo cobra un protagonismo potente, cuando se nos restringe el ingreso a locaciones que están referidas por las acciones de los personajes. Hay una realidad que nos es vedada... y que como espectadores, verdaderos voyeuristas, queremos transitar, penetrar, curiosear. Esa sensación de coitus interruptus permanece durante todo el film. Nos quedamos con las ganas... de compartir la felicidad de la pareja que se casa; de saber con quién habla el escritor, mientras las dos mujeres conversan en la cantina; de lo que sucede en la calle, que tanto le llama la atención a Binoche; lo que le venía reclamando el marido a su mujer; lo que esa misma mujer le ha dicho a Binoche y que no puede volver a repetir... El foco está en otro lado, no donde estamos mirando.

Así es la vida, llena de escarceos de la realidad, porque ponemos la atención sólo en lo que nos importa, sin mirar alrededor, ni antes ni después, sino enfocados en un presente urgente. Encontramos situaciones a medio comenzar y las seguimos como aquellas telenovelas ya iniciadas, a las que nos prendemos como si sus personajes fueran parte de nuestras vidas. Estos dos seres, inasibles, con su entorno más inasible aún, nos permiten entrar en el juego propuesto por el director iraní para reflexionar sobre las relaciones de pareja. Así de simple, así de complejo.

Trailer:

Ficha técnica:

Copia certificada, (Copie conforme), Francia, 2010

Dirección: Abbas Kiarostami
Guión: Abbas Kiarostami
Fotografía: Luca Bigazzi
Intérpretes: Juliette Binoche, William Shimell, Jean-Claude Carrière, Agathe Natanson, Gianna Giachetti, Adrian Moore, Angelo Barbagallo, Andrea Laurenzi, Filippo Trojano

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