Terminator Salvation llega a nuestras pantallas con la ardua tarea de hacernos olvidar a los fieles de la saga futurista la infumable Terminator 3: La rebelión de las máquinas, y volver a creer que existe esperanza para el resurgimiento del concepto básico: la actuación del hombre nos ha llevado a un futuro sin esperanza, donde las máquinas controlan el mundo y contra las que lucha un pequeño grupo, la resistencia. Aún con un inicio y final que la desmerecen, McG sorprende por haber conseguido el equilibrio entre la creíble evolución de la apocalíptica historia y las inevitables escenas de acción que le caracterizan.
En 1984, James Cameron dirigió una de las mejores películas de ciencia ficción futurista de la década. Tomando cada elemento de forma individual, no podemos defender que lo sea ni por su guión, ni por sus actores, ni tan siquiera por su puesta en escena (incluso podría calificarse de Serie B en algunos momentos). No obstante, lo es porque consiguió un cocktail tan explosivo que logró con Terminator un éxito de taquilla y, por encima de todo, una película de culto del género. Y es que todo en ella cuadra a la perfección: en el 2029, Skynet, la inteligencia artificial militar creada por los humanos en el s. XX y que está a punto de perder la guerra contra ellos (en 1997 toma conciencia propia y designa a la raza humana como una especie amenazadora), decide que la única forma de ganar es evitando el nacimiento de John Connor, el líder de la resistencia que logrará el fin de las máquinas. Para ello, envía a 1984 a un Terminator T-800, una máquina letal que tendrá como misión matar a la madre del futuro John, Sarah. No obstante, la resistencia también consigue enviar en la máquina del tiempo a uno de los suyos, Kyle Reese, para que proteja a Sarah y extermine al Terminator. Será entonces cuando nos demos cuenta de que sin este viaje nada se hubiese iniciado, porque el verdadero padre de John será Kyle, y el nacimiento de Skynet surge gracias al brazo encontrado del T-800 que no acabó de destruirse. Buenísimo.
El éxito de Terminator dio lugar a dos partes más (además de una serie televisiva sin gran trascendencia): Terminator II: El día del juicio final (1991), que aún se recuerda y es inspiración por la calidad de sus efectos especiales, y en la que el argumento sigue teniendo coherencia, aunque no podemos obviar que, quizá por ese potencial encontrado con los efectos, se centra mucho más en las persecuciones y en la acción que en desarrollar un guión decente. En cualquier caso, la continuidad es decisiva: Skynet fracasó en 1984, pero lo vuelve a intentar: esta vez el objetivo ya no es la madre, sino el propio John Connor de niño. Para ello envía al pasado a un T-1000, mucho más avanzado que la anterior versión del Terminator. Por su parte, la Resistencia puede enviar esta vez no a un humano sino a un T-800, igual que el que años antes fuera el enemigo de Sarah. Esta vez, la misión es doble: salvar al niño, al que encuentra y protege junto a su madre, recluida en un psiquiátrico porque nadie cree en su historia, y evitar la investigación que finalmente dará lugar a Skynet y a la guerra entre hombres y máquinas. El final de T2, tanto el normal como el alternativo que podemos disfrutar en DVD, deja pensar que se evitó la guerra, con una frase final más que moralista: "La guerra contra las máquinas sigue. O, para ser más precisos, la guerra contra aquellos que construyen las máquinas equivocadas".
TERMINATOR (1984)
Director: James Cameron
TERMINATOR II. EL DÍA DEL JUICIO FINAL (1991)
Director: James Cameron
TERMINATOR III. La rebelión de las máquinas (2003)
Director: Jonathan Mostow
TERMINATOR SALVATION (2009)
Director: McG
TERMINATOR. Las crónicas de Sarah Connor - Serie de TV (2008)
Y Terminator 3: La rebelión de las máquinas. ¡Ay! Aunque correcta como película de acción palomitera, destroza la filosofía de la saga y se nos presenta como simple entretenimiento, sin ninguna finalidad concreta ni guión que aporte algo más a la historia. No en vano James Cameron se desvinculó totalmente de su producción... la excusa de esta tercera parte es que el Día del Juicio Final no fue borrado de la historia, sino simplemente pospuesto. Skynet envía a un cyborg mucho más avanzado para matar no sólo a Connor (al que se explica consiguen eliminar en el 2032) sino a todos sus futuros aliados de la resistencia, incluyendo a su futura esposa, hija del hombre encargado de automatizar el sistema de defensa con Skynet (¡oh, dios mío!), y que finalmente consigue salvarles del inicio de la guerra al enviarles a un refugio nuclear. Vamos, una vuelta de tuerca demasiado innecesaria.
Llegamos a esta esperada (lo reconozco, soy verdadera fan de esta historia) Terminator Salvation, que puede considerarse una más que digna tercera parte. No niego que tenía mis reticencias al saber de McG iba a ser el director (¿qué va a saber hacer con Terminator una persona conocida básicamente por haber sido durante años director de videoclips y cuyo film más "destacable" es Los Ángeles de Charlie...?). Pero me atrajo que esta nueva saga (Christian Bale ha firmado como mínimo protagonizar dos secuelas) se centrase en la guerra del futuro, nos mostrase aquello de lo que tanto se había hablado como "futuro desesperanzador de la humanidad" y quién era allí John Connor. Además, Bale se interesó por el proyecto y, por mucho que se diga de este actor (¡qué le va a hacer si tiene temperamento, el pobre!), sigue siendo uno de los mejores de su generación. En definitiva... había que darle una oportunidad.
Bien. No voy a negar que fallan muchísimas cosas. En primer lugar, y lo que personalmente encuentro más a faltar, es esa alusión a los cambios temporales. En esta cuarta parte nos centramos en la guerra del 2018. Sabemos que aún queda mucho camino por recorrer hasta el 2032, por lo que seguro no esel final de nada y, obviamente, que la guerra finalmente tuvo lugar (ya nos lo muestran en T3, pero bueno... no me repetiré). Pero toda la acción se sitúa en el mismo período, en el mismo momento. Por otro lado, se incluyen varios elementos que nos hacen de nexo con los anteriores films: en primer lugar, vemos a Connor escuchando en un radiocasete de los 80 las cintas magnéticas que su madre registró para él, la foto que se hizo en México, que es la que Kyle lleva en la primera parte para reconocerla (entregada por Connor, ahora lo vemos claramente); en segundo, la aparición de un niño de quince años, Kyle, el propio padre de John, al que conoce en esta parte; el primer contacto de John con un T-800, con la recreación digital del rostro de Schwarzenegger, todo un puntazo... en fin, argumentalmente, podemos decir que está muy bien enlazada. Y si añadimos los guiños a T2, con esa corta pero estelar aparición sonora del "You could be mine" de Guns&Roses... pues se agradece, la verdad.
Del guión global, hay que destacar que se ha intentado estar más a la altura de la primera parte (no es casualidad que, aún con la calidad de los guionistas que participan en esta secuela, Bale llamase a Jonathan Nolan, el hermano de Christopher y conocido por guiones como los de Memento, El Truco Final y El Caballero Oscuro, para que les ayudara a completar algunas lagunas) pero que aún así hay momentos en los que decae muchísimo la evolución de la película, quizá no tanto por culpa del guión sino del montaje: primero, por la escena inicial en 2004, que sabe a muy poco y que luego, aunque se retoma su explicación, no se hace con el efecto suficiente; segundo porque sobran las típicas escenas como las de los hombres malos y matones que van a violar a una chica y el bueno la salva; por último, por un final, demasiado previsible, que al verlo nos hace recordar que al inicio ya nos habíamos defraudado un poco.... y si le añadimos el pegote de escena final, en la que se ven los helicópteros en el horizonte y Connor diciendo que se ha ganado la batalla pero no la guerra... Ajjjj... no hacía falta hacernos ver tan claramente que se rodará otro film, ¡hombre!
Como contrapunto, a nivel argumental, también hay que destacar el giro que se muestra en este futuro inminente: Skynet hace uso de un hombre-máquina, Marcus Wright, para atrapar a Connor en el presente. Pero a diferencia de los famosos T-800, T-1000 y T-X, le programan para que piense que es un hombre. De esta forma despertará interés en Connor y éste confiará en él. Así, lo que en realidad se nos muestra es un futuro donde la máquina tiene más conciencia humana que el propio Connor, quien, por la tensión que debe soportar, por a la carga que le conlleva su rol, actúa como un autómata, al igual que el resto de la cúpula de la resistencia. ¡Ah! ¿En qué nos estamos convirtiendo? Ya nos lo decía Sarah: "Si una máquina puede aprender el valor de la vida humana... tal vez nosotros también podamos".
En cuanto a la puesta en escena, y dejando a un lado lo que le gusta a McG poner la cámara a la altura del suelo (un par de veces está bien, pero a la enésima vez que se enfoca una bota pisando un cráneo cibernético, pues, la verdad...), hay que reconocer que se ha logrado una estética apocalíptica digna de la que nos imaginábamos: todas las secuencias son oscuras, frías como los personajes, muestran lugares desiertos, abandonados, con edificios derruidos y máquinas oxidadas... El propio McG dice que se inspiró en La Guerra de las Galaxias, Hijos de los Hombres...; la verdad es que no sé si ha conseguido asemejarse a ella. Yo más bien veo un refrito entre Mad Max (todos de cuero - hay que reconocer que el vestuario en T4 está muy logrado-, luchan por la comida y también por la gasolina) y Matrix (el monstruo acuático parece "copiado"). Incluso podríamos incluir a Blade Runner (por la mezcla de razas y variedad de personajes). En cualquier caso, uno de los factores decisivos para conseguir este "invierno nuclear" ha sido que la película se rodó en color, sí, pero utilizando un film con una cantidad triple en su composición de sales de plata, que consigue darle el tono metálico y frío buscado. Y, cómo no, las escenas de acción son impecables. A destacar la secuencia inicial del derribo del helicóptero que conduce Connor. Realmente impresionante.
La gran decepción del film son las actuaciones: empezando por la (¡gracias, señor!) breve aparición de Helena Bonham Carter, que exagera su aparición inicial hasta el punto que le quita la poca credibilidad que ya le dábamos a esta escena, siguiendo por la inexpresividad de todos los humanos, capitaneada por un Christian Bale que ha llegado a extremos: vale, John Connor debe imponer, su situación no es para ir sonriendo todo el día, y debe estar concentrado, debe focalizarse en el objetivo. Pero no siempre tiene que resolverse un personaje de estas características con una mirada fría, un movimiento mínimo de la expresión facial y una voz profunda. No, Bale, no. Algo más sí se necesita. Al final McG puede que tuviese razón: el papel inicial que se le ofrecía a Bale era el de Marcus, no el de Connor. No obstante, no hay que engañarse: el verdadero protagonista del film no es Bale, es Worthington. En su rol de humano que descubre que es una máquina, y se revela contra su nueva condición, lo borda. Es el verdadero soplo de aire fresco de esta producción, lástima que su personaje no tenga continuidad, se le podría haber sacado mucho más provecho.
En definitiva, Terminator Salvation aprueba notablemente, tanto para seguidores del género como para palomiteros empedernidos a los que ni tan siquiera les hará falta haber visto los anteriores films para disfrutar de la película. Ni se aproxima a la calidad de la primera, por lo que Cameron sigue siendo el rey, pero apuesto por un equilibrio más que decente entre lo conseguido por T2 y esta T4. A Bale decirle que se puede ser serio, se puede estar atormentado... ¡pero no se puede ser Connor y Batman a la vez! A Sam Worthington, que tiene mucho potencial. Y a McG, que, sin duda, le daremos otra oportunidad, porque va por el buen camino.
Ficha Técnica:
Terminator Salvation
EUA, 2009
Dirección: McG
Producción: Derek Anderson, Victor Kubicek, Jeffrey Silver, Moritz Borman
Guión: John Bracato, Michael Ferris
Fotografia: Shane Hurlbut
Música: Danny Elfman
Montaje: Conrad Buff IV
Interpretación: Christian Bale, Sam Worthington, Antón Yelchin, Bryce Dallas Howard
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