Últimamente, Vince Vaughn escoge entre dos tipos de películas: las que son comedias sin pretensiones y las que "como-no-queriendo" resultan ser tan suficientemente ácidas y certeras que terminan ofreciendo reflexiones para la audiencia. En esta ocasión, su última cinta en cartelera (The Dilemma) versa mucho más en este último tipo de filmes.
De la dirección de Ron Howard (Una mente brillante, El desafío) llega esta comedia que aunque no todo el tiempo sea chistosa, logra un par de momentos clave, que por ser tan exagerados y oportunos permite un poco de diversión para los espectadores. ¡Qué dilema! es la historia de dos amigos que tienen sus vidas resueltas y están en proceso de lograr el negocio de sus vidas. Sin embargo, entre ellos se interpondrá una situación inesperada: la esposa de uno de ellos es infiel, y el mejor amigo lo sabe.
La tesis de la película, por más sencilla que parezca, se vuelca a la forma de comedia de enredos, en donde Ronny (Vaughn) tiene que hacer hasta lo imposible por ayudar a su amigo Nick (James) a enterarse, de la mejor manera posible, de la verdad sobre su mujer. Lo que se podía resolver con una charla honesta y clara se vuelve una película de casi dos horas en donde Vaughn tiene que pasar por las más ideáticas situaciones.
Un tema tan poderoso como la infidelidad ha sido retratado en múltiples ocasiones y de muy distintas maneras en la pantalla grande. Aquí no es la excepción, pero éste no es el tema principal de la película, siendo sólo la excusa para desarrollar lo que es realmente importante: la amistad y la honestidad entre dos personas que se quieren.
El meollo de toda la historia está en la lucha interna de Ronny por decidir qué es lo mejor para su amigo Nick. El debate que rodea a Vaughn es tan fuerte que logra modificar su conducta, limitarlo e involucrarlo en una realidad problemática que no corresponde a su vida, sino que se ha creado alrededor de los conflictos de su mejor amigo.
La manera en la que nos afectan los problemas de nuestros seres queridos se pone de manifiesto en el día a día de Ronny, que por buscar ser el mejor de los amigos y salvaguardar la integridad de Nick es capaz de dejar de lado su propio bienestar, al grado de arriesgar su felicidad y su integridad, con tal de evitarle un disgusto tan grande que lo mortifique.
La cuestión aquí radica en que el deber de cada ser humano es ser honesto desde un inicio y no llevar las cosas a un límite que se vuelva irreparable. Esto quiere decir que ocultar la verdad, o siquiera matizarla, no es la solución a las cosas. En esta cinta, Howard y Loeb han procurado dejar muy en claro que esta sinceridad y búsqueda de la verdad es la solución a muchos de los malentendidos humanos, y que en la amistad, esto es fundamental para los lazos entre dos personas.
También expone y cuestiona la confianza. Muchas veces, por más que los lazos afectivos sean muy fuertes, la confianza se ve minada por diversos motivos, ya sea por temor, por practicidad, por situaciones de distintas índoles o por voluntad propia. La confianza debe ser recíproca y constante. En una amistad, este elemento es esencial y en ¡Qué dilema! queda patente su importancia y existencia.
En general, la película es entretenida y está matizada por los rasgos de seriedad y reflexión que posee, sin embargo se queda en la delgada línea entre una comedia ácida y un drama aventurado, lo que no fortalece su consistencia, pero sí deja pensando al espectador. Esto es quizá porque pese a que Howard ya ha tenido sus participaciones en comedias, su fuerte, definitivamente, son los dramas emocionales, que incluso lo han llevado a ganar estatuillas y múltiples premios.
Por otro lado, es destacable el desempeño de Vince Vaughn, y la mancuerna que mantiene con Kevin James, que realiza un papel mucho más serio de los que ha venido desarrollando en sus últimas películas. Para acompañarlos vuelven Jennifer Connelly, que tenía un rato sin tener un papel más consistente, y Winona Ryder, que luce dispuesta a regresar a las carteleras, después de su breve aparición en Black Swan (Darren Aronofsky, 2010).
El contexto de la película que contiene la vida de ambos amigos es el mundo de los autos. Los dos trabajan en un proyecto para lograr un vehículo eléctrico que emule los clásicos de gasolina, con toda su "rudeza", fuerza, aspecto y sonidos. Este juego de formas y retos viene a complementar el tema planteado en el filme, que busca que las apariencias no lo sean todo, pero que en realidad es simplemente un fondo para sostener la historia. Por ello, la aparición de Queen Latifah es absolutamente innecesaria, pero se agradece su presencia.
¡Qué dilema! no es la película más esperada del año, pero da a un público adulto una opción para la reflexión y para ver a gente que tiene problemáticas reales de amistad, amor, vida en pareja y futuro profesional resolver su vida. Nadie está solo, y todos tenemos en nuestras manos la posibilidad de controlar nuestras vidas y encontrar la felicidad, y más si tenemos amigos que se preocupan por nosotros y están a nuestro lado.
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