Plataforma: PS3
Desarrolla: Team Bondi
Produce y distribuye: Rockstar Games
En L.A. Confidential (1997), la película de Curtis Hanson basada en la novela homónima de James Ellroy, Kim Basinger interpreta a una prostituta de lujo que se parece a Veronica Lake, protagonista, a su vez, de La Dalia Azul (The Blue Dahlia, 1946), largometraje dirigido por George Marshall y escrito por Raymond Chandler, que sirvió como desencadenante del asesinato de la joven Elizabeth Short, despedazada en un aparcamiento en 1947. Este caso se conoció como el de la Dalia Negra y dio lugar a una novela de Ellroy publicada en 1987 y a una película dirigida por Brian De Palma (The Black Dahlia, 2006). Además, es uno de los casos que debe resolver Cole Phelps, el detective que protagoniza L.A. Noire, un videojuego de Brendan McNamara, ambientado en Los Ángeles entre 1946 y 1947, que trata de homenajear al cine negro. Phelps es un héroe de de la Segunda Guerra Mundial, al igual que el personaje interpretado por Alan Ladd en La Dalia Azul.
L.A. Noire se encuentra en la línea de los títulos ya mencionados, pero también rinde tributo a muchos otros films ambientados en esa fábrica de sueños (y a veces de pesadillas) que es Hollywood. Así, podemos establecer ciertos paralelismos entre este juego y El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, Billy Wilder, 1950), Chinatown (Roman Polanski, 1974), La brigada del sombrero (Mulholland Falls, Lee Tamahori, 1996) o Mulholland Drive (David Lynch, 2001). Si el cine todavía es percibido como un arte nuevo, mucho más reciente es el desarrollo de videojuegos, una industria que, en estos momentos, mueve unos presupuestos astronómicos y orquesta unas campañas de publicidad dignas de las majors.
La relación entre el mundo del cine y el de los videojuegos acaba de cumplir un cuarto de siglo y tiene su hito fundacional en Defender of the Crown (1986), uno de los juegos míticos de la empresa Cinemaware, que diseñaba programas en los que el componente cinematográfico estaba muy presente: era como ver una película en el ordenador con ciertas partes jugables. Cinemaware produjo un buen número de juegos con esas características entre 1986 y 1991 y llevó al máximo las posibilidades gráficas de un ordenador legendario, el Commodore Amiga. Algunos de los títulos más famosos de aquella época son S.D.I. (1986), The King of Chicago (1987), Sinbad and the Throne of the Falcon (1987), The Three Stooges (1987), Lords of the Rising Sun (1988) y, sobre todo, Rocket Ranger (1988), su obra maestra, que mezclaba la ciencia‑ficción con la Segunda Guerra Mundial.
Desde entonces, el mundo del videojuego se ha revolucionado y han aparecido nuevos motores gráficos y nuevas y potentes consolas. Fue Rockstar, la misma empresa que ha producido L.A. Noire, la que marcó un nuevo hito con Grand Theft Auto III (2001), ya que en ese juego la sensación de libertad era casi infinita, pues el jugador se movía libremente por un escenario enorme. Sobre ese diseño se han desarrollado muchos juegos posteriormente, como las dos entregas de Mafia y de El Padrino, y el más reciente Red Dead Redemption (2010), ambientado en el Lejano Oeste.
L.A. Noire va un poco más allá en sus planteamientos. Parte, como los anteriores, de un guion más o menos cerrado, lo que ocurre es que, además de persecuciones y acción, incluye componentes propios de la aventura gráfica, como la investigación de la escena del crimen y los interrogatorios. El principal atractivo de L.A. Noire es la fidedigna recreación de la ciudad de Los Ángeles en sus calles, edificios, vehículos, carteles, bares, comercios... Cole Phelps va pasando por distintos departamentos (Tráfico, Homicidios, Antivicio e Incendios) y, cuando cierra un caso, contemplamos una serie de flashbacks en blanco y negro que presentan lo que le ocurrió cuando luchaba contra los japoneses.
El juego está repleto de referencias cinematográficas. Así, en alguno de los cines del centro se proyecta Detour (1945), el clásico de serie B de Edgar G. Ulmer. Asimismo, en una de las misiones, debemos perseguir a un productor que ha tratado de abusar de una aspirante a actriz por los decorados de Intolerancia (Intolerance: Love's Struggle Throughout the Ages. D. W. Griffith, 1916).
En definitiva, L.A. Noire permite al jugador meterse de lleno en un clásico del cine negro y le garantiza muchas horas de diversión. El guion es tan complejo que no daría para un solo largometraje, sino para una serie. Como le dice Alan Ladd a Veronica Lake en La Dalia Azul, "todo el mundo te ha visto alguna vez, pero nadie sabe dónde encontrarte". Nos vemos en Los Ángeles; allí nos espera Cole Phelps para resolver un nuevo crimen.
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