Antonio Gaudí, Ken Russell, UK, 1961
El mes pasado, en el espacio de Música y Cine le dedicamos un lugar destacado a uno de los autores cinematográficos más polémicos, Ken Russell. En aquel artículo, hablábamos de una etapa de su obra más que desconocida, la de su aporte al documental moderno, a través de su participación en filmes para televisión que destacaban la vida y obra de varios artistas. También prometíamos publicar uno de sus trabajos que habíamos descubierto. Y como lo prometido es deuda, aquí está.
Russell dirigió veintiún cortos documentales (1959-1965) para la serie Monitor-Artes de la BBC, bajo la tutela de Huw Wheldon, con quien estableció una relación conflictiva por los esfuerzos del productor, que pretendía frenar las instancias creativas, en las que se perdía el autor. Wheldon no cejaba en su esfuerzo por mantener a su oveja descarriada en la huella del documental tradicional, a lo que Russell se resistía, incluyendo ingeniosamente elementos dramatúrgicos novedosos. Sin embargo, el director reconoce en su biografía que Wheldon lo pulió como un diamante en bruto y que con él comenzó su educación cinematográfica.
Ya hemos hablado del desborde de Ken Russell en la ficción. Hoy queremos detenernos en una pequeña obra, un cortometraje de la serie Monitor, dedicada a uno de los más grandes artífices de la fisonomía de Barcelona, Antoni Gaudí.
Antonio Gaudí (el título original en español) fue rodada en 1961 y es la primera oportunidad que tuvo Ken Russell de viajar al extranjero. El cortometraje recorre la ciudad a través de las creaciones del genial arquitecto modernista, destacando, entre otras cosas, las misteriosas ecuaciones establecidas entre los arcos parabólicos y el misterio de la Santísima Trinidad (de la cual Gaudí era un devoto creyente), que inspiraron la arquitectura del Colegio de las Teresianas. O la resistencia del gran maestro catalán al uso de las líneas rectas, argumentando que éstas no se hallan en la naturaleza.
En un formato que se contrapone al clásico noticiero español No-Do, que con su carácter militarista resalta la vida de próceres y el emplazamiento de los monumentos que tienen que ver con los hitos del franquismo (murallas, fortalezas, bustos, iglesias con vírgenes milagrosas, actos oficiales, etc., todo acompañado por una marcha militar), Russell mira a Barcelona con ojos nuevos y maravillados ante el desborde ingenioso de un hombre que, como él, no entiende de límites.
Lo interesante de Antonio Gaudí es que retrata una ciudad en plena época franquista y rescata la obra del arquitecto como una sumatoria para realizar su mayor anhelo: La Sagrada Familia, un templo que su creador preveía imponente en la geografía de la ciudad. Lamentablemente, hoy, su obra original ha quedado perdida entre la mole gigantesca que se ha construido a su alrededor. Por suerte nos queda el film de Ken Russell, que deja memoria de esa obra mayúscula, que dominaba la capital catalana.
Compartimos con ustedes el vídeo del documental. Es una pena que la versión que conseguimos esté en inglés. Sin pretender acercar una traducción literal, a continuación trataremos de resumir en pocas palabras lo que el narrador relata.
Video (en dos partes)
Primera parte:
Segunda parte:
El entierro de Gaudí demuestra la popularidad del arquitecto modernista, cuya herencia, a pesar de su valor, no creó escuela y fue ignorada por los arquitectos que lo sucedieron.
Una de sus obras maravillosas es la Casa Batlló, que remite al mito de Sant Jordi, representando, en las formas sinuosas de la casa, al dragón y los huesos de sus víctimas. Gaudí insistió en crear una obra total, diseñando también los interiores y su mobiliario.
Matemático brillante, el maestro vivía en una austeridad extrema y profesaba una religiosidad muy fuerte. Prueba de ello es el Colegio Teresiano, cuyos arcos parabólicos están inspirados en la Trinidad.
Desde Montserrat, el narrador nos habla de Cataluña, una región con fuerte personalidad propia, aislada de España, cuyas formas montañosas fueron elementos clave en la concepción de la obra del famoso catalán, como puede observarse en la arquitectura de La Sagrada Familia. Un estilo que se define como Art Nouveau (Modernismo en España), la escuela a la que pertenece Gaudí, aunque su expresión era única.
Nos detenemos ante la cripta de la Colonia Güell, que es lo único que llegó a construir de una futura iglesia. Según los entendidos, una de sus mejores obras, con una concepción única en la forma de las columnas, la combinación de los elementos naturales y la técnica utilizada.
La segunda parte del corto nos lleva al Parc Güell, donde el narrador señala la contemporaneidad de Gaudí con Pablo Picasso y con los surrealistas, para remarcar que, a diferencia de éstos, el catalán lleva a cabo su obra en soledad y aislamiento.
De La Pedrera se nos muestran los dos patios interiores, diferentes entre sí, y se hace referencia a la figura de la Virgen, que en el proyecto original debía ubicarse en la terraza, aunque nunca llegó a instalarse.
Todo en la obra de Gaudí parece haber tenido como finalidad La Sagrada Familia, una construcción a la que dedicó toda su existencia. Aunque incompleta, es imponente, y a pesar de estar hecha de piedra, produce una sensación de ligereza increíble. El plan contemplaba la construcción de diecisiete torres, con una mayor al centro.
También vemos su taller en el mismo recinto de La Sagrada Familia, donde finalmente se instaló hasta el fin de su vida. Allí no había casi dibujos, sino una cantidad increíble de maquetas que rehacía continuamente y que fueron destruidas durante la Guerra Civil. Lo que llegó a construir, la fachada y sus torres, son una muestra del genio creativo de este catalán insigne.
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