Música para sociedades distópicas

Por Arantxa Acosta

EL ESPECTADOR IMAGINARIO cumple un año y, frente a otras novedades que iremos descubriendo poco a poco, queremos dar especial importancia dentro de nuestra sección Cinerama a una de las principales bazas de la que disponen los productores para convertir una buena película en una obra maestra: la Banda Sonora.

Qué mejor manera de iniciar el especial B.S.O. en este cumpleaños sino recordando uno de nuestros especiales que más éxito ha tenido entre nuestros lectores: el Investigamos sobre Sociedades Distópicas. Así, vamos a permitirnos rescatar dos films que lamentablemente tuvimos que dejar en el tintero, pero que os recomendamos a través de sus Bandas Sonoras. Muy distintas entre sí, os presentamos Días Extraños (Strange Days, Kathryn Bigelow, 1995) y Gattaca (Andrew Niccol, 1997).

Días Extraños: ¿Hay esperanza para el nuevo milenio?
Lightstrom Entertainment, Inc, 1995

Hace ya quince años que Kathryn Bigelow, ahora ganadora del Oscar por su gran trabajo con En tierra BSO  Días Extrañoshostil , nos sorprendió con uno de los films más turbadores acerca del futuro de la humanidad. Absolutamente infravalorado (sólo Dios sabe por qué se queda fuera cuando se listan las mejores películas del género), es conocido únicamente por los fanáticos que la consideramos verdaderamente de culto...

Bigelow nos emplaza en la nochevieja de 1999. Retratando a una sociedad decadente y sin ningún tipo de esperanza, con una estética que nos recuerda a Blade Runner  y Terminator (no en vano el guionista es su por aquel entonces marido, James Cameron), la directora nos muestra la crudeza de una sociedad corrompida, en la que la droga de moda son los clips de vivencias de otras personas con los que puedes ver pero sobre todo sentir lo que éstas experimentaban en ese momento de su vida, ya sea alegría, tristeza o, incluso, el terror de su propia muerte. Ralph Fiennes interpreta magistralmente a Lenny Nero, un ex-policía reconvertido en traficante y adicto a estos clips, que, sin quererlo, se ve envuelto en la conspiración para matar a uno de los raperos que están movilizando a la sociedad en contra de la catarsis en la que está atrapada. Si no conocéis Días Extraños, aquí un pequeño aperitivo de lo que Lenny puede ofrecernos:

 

La banda sonora es básicamente roquera y punk, resultante de una muy buena selección de canciones apocalípticas interpretadas por grupos que en su momento se dieron a conocer a un mayor público gracias a este film, entre ellos el fabuloso Skunk Anansie (Selling Jesus es el tema principal) o una de las primeras incursiones musicales de Juliette Lewis (que desde hace ya unos años ha decidido desarrollar su carrera no tanto en el cine como con su grupo Juliette and The Licks) versionando uno de los temas más conocidos de P.J. Harvey, Hardly Wait, y regalándonos una de las escenas más sensuales de Días Extraños, intercalando a un Ralph Fiennes que recuerda los momentos que no podrán repetirse...

 

Completan la selección Peter Gabriel y Deep Forest, que, en su línea de experimentadores, aportan los temas más electrónicos, muy en línea con lo que esperamos de una sociedad futura que, a día de hoy, ya hemos dejado atrás.

Días Extraños (Strange Days), 1995

Selling Jesus
Feed
The Real Thing
Strange Days
Overcome
Walk in Freedom
Coral Lounge
Dance Me to the End of Love
No White Clouds
Fall in the Light
Harldy Wait
While the Earth Sleeps
Here We Come

 




Gattaca: Únicamente tendrás futuro si eres perfecto
Columbia Pictures Industries, Inc, 1997

BSO  GattacaGattaca es un film donde la perfección está presente tanto en el argumento como en la puesta en escena y, como no, en su banda sonora.

Si bien Michael Nyman es básicamente conocido por la excelente composición que le llevó al multiplatino de El Piano (Jane Campion, 1993), con Gattaca supo encontrar y transmitir la esencia del film.

Incluso más minimalista que El Piano, las veinticuatro composiciones que engloban esta banda sonora reflejan perfectamente los momentos que atraviesa Vincent (interpretado por Ethan Hawke) en cada momento del film. Y es que Vincent pertenece a una sociedad en la que casi todos los niños son concebidos in vitro, seleccionando lo mejor de sus padres. Esto, claro está, no da la certeza que se sean súper hombres, pero sí tendrán muchas posibilidades, cada vez más, de llegar a ser perfectos, y contribuir así a la creación de una sociedad ideal. Vincent, por contra, fue concebido como un "Hijo de Dios", es decir, de forma natural. Su alta probabilidad de morir joven por enfermedad cardíaca le veta por completo su sueño más preciado, convertirse en astronauta. En las entrevistas de trabajo, como en otras muchas cosas, ya únicamente analizan la sangre para evaluar a las personas. Si no eres perfecto, eres un "no válido". Eso es lo que Vincent quiere saltarse a toda costa... convirtiéndose en otra persona.

 

Nyman consigue en casi la totalidad de sus veintitrés temas (el único tema no compuesto para el film es el Impromtu para doce dedos de Schubert) variar la estructura principal más emblemática del film, incluyendo más o menos instrumentos de cuerda o viento en función del sentimiento que se los transmite. Así, encontramos un Becoming Jerome que contagia la alegría del momento en el que Vincent se transforma en Jerome el "válido" o el terror en The Crossing, mucho más metálica, cuando Vincent tiene que arriesgar su vida para no descubrir el engaño. La música de Nyman es omnipresente en un film que gana muchísimo con su obra y que atrapa en cada fotograma en la que suena, formando parte integral de la historia.

 

Gattaca, 1997
The morrow

God's hands

The one moment

Traces

The arrival

Becoming Jerome

Call me Eugene

A borrowed ladder

Further and further

Not the only one

Second morrow

Impromptu for 12 fingers (Impromptu in G Major, Op. 90 No. 3) - Schubert
The crossing

 It must be the light

Only a matter of time

  I thought you wanted to dance

  Irene's theme

  Yourself for the day

Up stairs

Now that you're here

The truth

The other side

The departure

Irene & The morrow

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