Sensibilidad natural

El árbol

The Tree. Julie Bertucelli, Francia-Australia, 2010

Por Arantxa Acosta

El árbolAmor y tristeza. Evolución y estancamiento. Imaginar una nueva vida y recordar que tiempos pasados fueron mejores... ¡Ah! Qué alegría poder encontrar en la cartelera pequeñas joyas independientes que te hacen recordar lo compleja pero hermosa que es la vida.

La familia O'Neil es feliz. Con cuatro hijos, viven en una preciosa casa rodeada de naturaleza, en Australia. La inesperada muerte de su marido Peter, a causa de un ataque al corazón, hace que Dawn caiga en una terrible depresión, siendo incapaz de ponerse al frente de la familia. Sólo habrá dos cosas que la ayudarán a salir de su estado, y que, además, no son compatibles entre ellas: la primera, conocer a un hombre del pueblo; la segunda, convencerse, gracias a su hija Simone, de ocho años, que el espíritu de Peter reside en el gran árbol de al lado de la casa, junto al que él murió.

Julie Bertuccelli adapta en éste, su segundo largometraje, el best seller de Judy PascoeEl árbol, retratando fielmente las distintas sensaciones por las que puede pasar el ser humano para sobrevivir a sus desgracias. Así, cada uno de los miembros de la familia se tomará la muerte del cabeza de familia de una forma muy distinta: el pequeño de cinco años dejará de hablar; Simone reconocerá en el centenario árbol y el movimiento de sus hojas por el viento, la voz de su padre, una forma de evitar pensar en la cruel realidad, y se convencerá de la importancia de cuidar al árbol como lo que parece que es: el protector de la casa, el protector de la familia; Dawn, la madre, querrá aferrarse también a la ilusión de la niña, aunque ésta le prive el poder seguir adelante con su propia vida y la de sus hijos; el mediano se hará el fuerte, escondiendo su deseo de que el árbol sea también la representación de lo que han perdido; el hijo mayor será el único que se dará cuenta de la necesidad de sacar adelante a la familia, poniéndose a trabajar rápidamente pero, en el fondo de su ser, anhelando poder escapar de allí y vivir su propio destino....   

El árbolCon una fotografía que ensalza los momentos más felices y tristes por los que pasa cada uno de los integrantes de la familia, siempre ligados al hermoso paisaje, protagonista también indiscutible del film, El árbol avanza lenta, pero convincente, hacia la decisión final de Dawn. Una decisión que debe tomar con melancolía y, no obstante, firmeza. Quizá una de las pocas cosas a reprochar es que el desenlace es demasiado previsible, pero también es verdad que la vida y las necesarias decisiones que a menudo tenemos que tomar en ella, también lo son, por mucho que nos neguemos a aceptarlo o asumirlo.  

Rayando la fantasía pero quedándose en el terreno racional (al fin y al cabo, lo queEl árbol representa el árbol es básicamente la transformación del sentimiento de tristeza en alegría), Bertucceli, que también firma el guión adaptado, consigue plasmar el torrente de sentimientos de todos y cada uno de los personajes, sabiendo dosificar la aparición de cada uno de ellos y su evolución: el vínculo y ruptura entre madre e hija, el recelo de la entrada de un extraño en el círculo familiar, la traición hacia un marido que, aunque no viva, está presente (un buen símil es el del crecimiento de las raíces del árbol hasta destrozar la casa: él no está pero sigue siendo parte de sus vidas, y esa presencia es más destructora que beneficiosa, porque no les permite pensar en ellos mismos)... Y la liberación final, cuando ya no se sientan responsables de proteger el árbol y su futuro. Un futuro que ya les pertenecerá, dejando atrás las pesadas cadenas de un pasado que siempre se les antojará mejor que lo venidero.

A destacar por encima de todo a la pareja madre/hija, que consigue transmitir con sus miradas y silencios lo que se les pasa por la cabeza. Charlotte Gainsbourg construye un personaje frágil pero digno, alejado de los tortuosos papeles que Lars Von Trier (Anticristo, 2009)  le ha pedido interpretar últimamente pero conservando un cierto grado de desgracia que tan bien le sienta a este personaje. Si algo es El árbol, es Charlotte Gainsbourg. Y eso ya es suficiente para que sea interesante su visionado.

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