Con un reparto en el que sobresale el incombustible John Travolta (Pulp Fiction) y la estrella de la serie que arrasa en televisión Los Tudor (The Tudors), Jonathan Rhys-Meyers, desembarca el último trabajo de Pierre Morel, Desde París con amor (From Paris with Love).
Morel es conocido por películas como Distrito 13 (Banlieue 13, 2004), Venganza (Taken, 2008), o por la realización de la fotografía del inicio de la saga de El transportador (Le Transporteur/Transporter, Corey Yuen y Louis Leterrier, 2002), entre otras y, como en otras ocasiones, le acompaña en la travesía, como guionista y productor, el francés Luc Besson, especialista en trasladar recurrentes historias de acción hollywoodienses al ámbito europeo.
Aunque en un principio el título del film pueda confundir al espectador, en Desde París con amor, nos encontramos con que, de la unión de Morel y Besson nace una película plagada de situaciones de riesgo y tensión inverosímiles, de las que los protagonistas salen prácticamente ilesos. Un film de acción en un marco tan inconfundible y especial como la ciudad europea de París, utilizada en otras ocasiones por los creadores, pero que, en definitiva, nos recuerda a cualquier film de persecuciones, enfrentamientos... made in Hollywood.
La trama que nos presentan se centra mayoritariamente en una relación muy peculiar entre dos agentes secretos del gobierno de los Estados Unidos. Narra la aspiración de James Reece (Jonathan Rhys-Meyers), un empleado de la embajada norteamericana en París, por ascender y cobrar más protagonismo. Deseo que se hace realidad cuando solicitan su colaboración en una misión de vital importancia, relacionada con el terrorismo y el narcotráfico en la ciudad europea en la que reside. La única condición para participar en este trabajo es que tiene que hacer de chófer de un singular agente secreto estadounidense, Charlie Wax (John Travolta). Lo que no se espera Reece es que su nuevo compañero de peripecias trabajará de una forma tan poco ortodoxa y particular que los enfrentará a diversos peligros a los que no está acostumbrado y que terminará afectándole en otros ámbitos de su vida personal.
El film comienza con un travelling que recorre las calles de París, acompañado por el sonido de una radio en el momento en el que se muestra a uno de los protagonistas (Jonathan Rhys-Meyers) al volante. Tras este trayecto por la ciudad, James Reece llega a su trabajo en donde recibe una llamada misteriosa. En esta situación, el director juega con el misterio, ayudado por la iluminación tenue y por una música que crea tensión en el espectador. Es el momento en el que nos descubren la doble vida que lleva el asistente.
La aparición del personaje de Travolta rompe con la tranquilidad del asistente e inicia la acción del film. Un Travolta caracterizado como una especie de "macarra", rapado, con pendientes... de un estilismo bastante particular, que se revela como un enamorado de su arma, un agente sin escrúpulos, irónico, que logra sorprender y desestabilizar por momentos a Reece. Desde la llegada del agente secreto se sucederá una serie de acontecimientos saturados de saltos, peleas y muertes algo exageradas, que nos recuerdan, con una serie de guiños al espectador, a otras películas americanas.
Ambos protagonistas se complementan en la historia, Travolta es el impulsivo sin escrúpulos y Rhys-Meyers es el que aporta a la narración la tranquilidad, la paz, la obediencia, etcétera.
Morel crea momentos como cuando Reece sube la escalera de su edificio, en la que encuentra manchas sospechosas, apoyado por los movimientos lentos de la cámara, la actuación del actor y la banda sonora, en los que logra desatar la curiosidad en el espectador. Esos momentos de tensión los combina, ayudado por Besson y Hasak, con diálogos irónicos, situaciones cómicas, como en los momentos en los que Reece se pasea con un jarrón en la mano lleno de cocaína o las diversas ocasiones en las que el peculiar agente Wax se enfrenta a un número superior de peligrosos hombres, de donde sale sin ningún roce; como en una gran escena, en la que por medio de travellings, que ascienden y descienden por una escalera, combinados con picados y contrapicados, comienzan a caer cadáveres a los lados del asistente del embajador, consiguiendo, a mi juicio, una de las mejores escenas de la película.
A todo ello se le suma una fotografía que destaca distintos lugares emblemáticos de la capital francesa, por medio de panorámicas, la gran vista de la ciudad desde lo alto de la Torre Eiffel, la iluminación de los interiores, etcétera.
En Desde París con amor se mezcla la acción desmedida con momentos cómicos e irónicos, la pasión por un ideal y el amor. Con buenas actuaciones por parte del experimentado John Travolta y el cada vez más consolidado Jonathan Rhys-Meyers, se logra que el film sea más llevadero y que, junto a la protagonista femenina se establezca un vínculo bastante peligroso entre ellos, que será el germen de la historia.
Un cúmulo de sensaciones que hace que nos entretengamos, pero que no logra que la recordemos como una película imprescindible en nuestras vidas.
Ficha técnica:
From Paris with Love (Desde París con amor), Francia, 2010
Dirección: Pierre Morel
Producción: Luc Besson, India Osborne
Guión: Luc Besson, Hadi Hasak
Fotografía: Michel Abramowicz
Montaje: Frédéric Thoraval
Música: David Buckley
Interpretación: John Travolta, Jonathan Rhys-Meyers, Katarzyna Anna Smutnlak
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