Por Cristina Bringas

Tras nueve días de intensa actividad cinematográfica, una de las ciudades más hermosas del cine se ha vestido de gala para dar por concluida la edición número cincuenta y ocho del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, y más importante aún, el cierre del ciclo de su director Mikel Olaciregui, tras más de quince años laborando en él. Así, esta edición se vuelve un "broche de oro", en donde se han presentado cintas dignas de numerosos festivales y premios, algunas estrellas, pero sobre todo, un ambiente que sólo transpira cine y que incita al visitante a no querer salir jamás de ese paraíso vasco. Si bien podría parecer que la selección oficial se ha quedado un poco floja, realmente está llena de tesoros que encontrarán cabida en el mundo, tarde o temprano. Asimismo, el par de retrospectivas que han acuñado este año han sido de gran valía: en primer lugar la rememoración de Don Siegel y su espectacular trabajo en serie B y películas policiacas de la mano del reconocido Clint Eastwood. Por otro lado, la interesante y plural selección de documentales de .DOC-Nuevos caminos de la no ficción, en donde a través de los años y acompañados por una gran diversidad de directores internacionales, se ha realizado un recorrido por todas las direcciones que ha tenido el documental en los últimos años.

Aunado a esto, en este Donostia Zinemaldia se contó con algunas obras comerciales tales como Despicable me y la esperada por muchos Eat Pray Love que acompañaba a Julia Roberts, quien recibió el premio Donostia. Sus otras secciones como Made in Spain y Horizontes Latinos han sido una puerta abierta para Iberoamérica, que sigue fortaleciéndose internacionalmente como una región productora de cine, cuya calidad y cantidad se incrementan año con año.

Nuevos directores, joyas mundiales, autores reconocidos, talentos en gestación, propuestas visuales y geneéicas, un público comprometido con el cine y pluralidad es lo que caracterizó esta edición del Festival.

Este año concluyó con una cantidad de premios bastante numerosa, y un palmarés que sorprendió a más de uno. Por nuestra parte, el Top 10 de EL ESPECTADOR IMAGINARIO no ha coincidido firmemente con los premios otorgados, pero a continuación incluimos  nuestro Top:

Este año, las únicas dos películas que han obtenido diversos premios han sido: Neds con la Concha de Oro a Mejor Película y Concha de Plata para el Actor Connor McCarron, y Abel que se ha llevado el premio Horizontes Latinos y el Premio Euskaltel de la Juventud. Todas las demás menciones y premios han quedado repartidos entre películas distintas y provenientes de diversos países. Quizá uno de los galardones que no ha sorprendido es la Concha de Plata para Raúl Ruiz, quien, con una larga trayectoria y una película de más de cuatro horas de duración, ha llevado a la pantalla grande una historia compleja y visualmente rica y única.

Por otro lado, el premio del público se debatió fuertemente entre la española Buried, el documental Exit through the Gift Shop, para finalmente quedar en manos de la cinta que muestra a un Paul Giamatti con Alzheimer: Barney's Version. Por otro lado, el premio Kutxa a Mejores directores ha quedado en manos de Colombia-Panamá con Carlos César por Los Colores de la Montaña.

En general se puede decir que ha sido un excelente año para Latinoamérica, y por supuesto para España también, y ha sido un año más de logros para uno de los festivales de cine más importantes del mundo, que ha salido adelante aún frente a la crisis que vive España en estos momentos.

Ya volveremos el próximo año, para ver cómo ha sido el cambio de estafeta, para disfrutar de buenas películas de todo el mundo, y sobre todo para respirar, comer y soñar cine por una semana.

Para conocer el Palmarés completo, os adjuntamos el link a la página oficial del Festival.