Zabaltegui Especiales

Por Arantxa Acosta y Sergio Ibáñez

GuestGuest: Invitado Anónimo  

Guest es la nueva película documental del director catalán José Luis Guerin, cuya filmografía incluye una auténtica obra maestra del género como es En construcción (2001), presentada también en el ciclo .DOC Nuevos Caminos de la No Ficción, así como piezas ambiguas, como es Innisfree (1990) que juegan con los conceptos, tan de moda actualmente, de ficción y no ficción, o inusuales películas de ficción, en el caso de En la ciudad de Sylvia (2007). A propósito de la presentación de esta última por diversos festivales de cine de todo el mundo, a lo largo de un año, al que fue invitado, de ahí el título de la película, el director decidió grabar su periplo a modo de diario de viaje. Sorprendentemente, en vez de centrarse en su situación de invitado, de "estrella" en un festival, como en un principio se podría esperar, Guerin decide zambullirse por las calles de sus destinos temporales y con una pequeña cámara digital registrar lo que observa, anónimo, como un turista más, a modo, salvando las muchísimas distancias, de un programa de reportajes de televisión con estilo de autor. Lo más interesante del documental, aparte de la habitual habilidad de Guerin para crear un estupendo fresco en blanco y negro, de bellos encuadres y poéticas imágenes, es la desnudez que encontramos en el proceso creativo de lo filmado, la relación que el cineasta mantiene con sus objetivos (la gente), la comunicación que se crea y mantiene entre ambos, su papel de observador, sin apenas intervención. Destaca, del mismo modo, la relación azarosa que se establece entre las imágenes de tan distintos destinos entre las que se crean enigmáticos nexos de unión. A pesar de ello, al documental le falta un mayor grado de emotividad y de conflicto, convirtiéndose en sus largas dos horas de duración, en una obra repetitiva y empalagosa. SI 

La noche que no acaba La noche que no acaba: Jugando con Ava Gardner  

Una vez más el joven realizador, o más bien habría que llamarlo creador audiovisual, Isaki Lacuesta vuelve a sorprender con una obra singular, en su ya sorprendente y particular filmografía, formada por ocho cintas en los últimos diez años, siete de ellas consideradas documentales de creación, de diversa duración y  formato y con tan solo un largometraje de ficción, Los condenados (2009). La pieza que nos ocupa surgió, en un principio, como un típico encargo de documental para el canal de televisión TCM, y acabó convirtiéndose en una original, ágil y divertida crónica sobre Ava Gardner, actriz y persona, durante su etapa en España. Basado en el libro "Beberse la vida: Ava Gardner en España", de Marcos Ordóñez, Lacuesta crea una obra experimental, a modo de found footage, con imágenes de archivo y de los fotogramas de películas de la actriz, con el consiguiente trabajo de documentación y obtención de permisos para su utilización, así como de entrevistas ex profeso a coetáneos, amigos y conocidos. Acompaña a esta composición de imágenes, el relato, con el uso de la voz en off, a cargo de Ariadna Gil, como la Gardner joven, y de Charo López, en su etapa madura, de las anécdotas, flirteos, experiencias, reflexiones y confesiones sobre su estancia en España. Partiendo de las imágenes del primer plano de Pandora y el holandés errante (1955) y el de Harén (1986), primera y última que rodó en España, el documental nos relata la evolución de la actriz y su imagen en la pantalla, así como el reflejo de su personalidad y transformación como persona. Aunque no llega a la excelencia alcanzada en otras obras como Cravan vs Cravan (2000) o en algunos pasajes de La leyenda del tiempo (2006), Isaki continua buscando nuevas formas de expresión audiovisual para seguir fascinándonos. SI  

Coundown to zero Countdown to zero: Accidente, error de cálculo, o locura

Estos son los tres posibles motivos por los que, indudablemente, se iniciará la guerra nuclear. El cierre de Zabaltegi Especiales nos dejó tan hechos polvo que nadie reaccionó a aplaudir hasta pasados unos treinta segundos del inicio de los créditos. Las verdades que se revelan en el documental de Lucy Walker parecen ciencia ficción. ¿La guerra nuclear la puede iniciar un simple empleado? Pues sí. Incluso nos enseñan que, inicialmente, el código para accionar los misiles americanos eran seis ceros. Lo que aparecía en Teléfono rojo, volamos hacia Moscú, de que es el General quien tiene que tomar la decisión y accionar el botón rojo, es mentira. Increíble.

Más preguntas: ¿Tan fácil es fabricar un misil nuclear? Pues también. Lo difícil es conseguir el uranio enriquecido, pero para eso ya existen hábiles contrabandistas que lo consiguen fácilmente en la antigua Unión Soviética. ¿Existe el peligro de que los terroristas puedan conseguir una de estas bombas y destruyan una ciudad entera? Por supuesto. De hecho, ya lo han intentado.

A medida que se plantean y responden estas preguntas, nos vamos acercando cada vez más a la pantalla, con los ojos como platos. ¿Es el hombre tan cruel? ¿Qué hace falta para darnos cuenta de que no vamos por el buen camino, de que tenemos que destruir ese armamento para evitar una catástrofe?

Con un muy buen ritmo y testimonios, el documental avanza rápidamente ante nuestros ojos. La combinación de antiguas imágenes de Leo Szilard, el físico que pensó en utilizar la reacción atómica en cadena, con entrevistas a personas corrientes y grabaciones de Kennedy, Gorvachov o Reagan, los presidentes durante la famosa "Guerra Fría", llega al espectador y acaba dejando una semillita de culpabilidad que no le abandonará. A ver si es cierto. AA