Chicogrande: Morir es fácil, lo difícil es morir correctamente
Esta última película de Cazals, que representa su regreso a las pantallas grandes después de algunos años de ausencia, coincide en tema con una época importante en México: El Centenario de la Revolución. En este film se refleja la necesidad de un pueblo por salir de la opresión y por luchar por una mejor vida, todo a través del personaje de Chicogrande.
La cinta tuvo, además, el privilegio de ser la elegida para la apertura de este año. La crítica completa de Chicogrande, aquí. CB
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La llave de Sarah/Elle s'appelait Sarah: el dolor de no poder dejar de asimilar como propias las acciones de nuestros antepasados
Fuera de competición se nos presenta esta historia acerca de un episodio muy poco conocido: la expulsión de los judíos franceses por el propio ejército del país.
Muy bien ambientada, muy bien protagonizada (Kristin Scott Thomas borda su papel, y además, en francés, como ya hizo en otra de sus notables interpretaciones, Il y a longtemps que je t'aime - Philippe Claudel, 2008), está La llave de Sarah (valga decir que es una de las pocas veces en que la "traducción" del título de un film gana más que el original) cierra el festival con mucho mejor sabor de boca que lo hizo Eat Pray Love, también fuera de concurso. Y es que el ritmo y desarrollo de la película, la conseguida forma de hacer que no decaiga el interés, ni de lo que pasa en el presente, ni de lo que sucedió en el pasado, está muy conseguido (no podemos decir lo mismo de Barney's Version), sobre todo teniendo en cuenta que no existe un vínculo directo entre las dos historias, pero acaba pareciendo que es más estrecho de lo que en realidad es. Para ampliar información, os dejamos con la crítica completa de Cristina Bringas. AA
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Addicted to love: Amor adolescente
Rojo. Por todos lados, rojo. En la bufanda de la mujer, en el chaleco de él. En los coches. En las ventanas. Siempre aparece ese color cuando Old Pop, un humilde abuelo jubilado de la fábrica donde trabajó toda su vida, piensa o está cerca de su primer amor, Li Ying, a la que reconoce por casualidad un día comprando en el mercado. Y ya no se querrá separar más de ella.
Entrañable historia en la que todos los personajes muestran una humanidad envidiable. Desde el abuelo, que parece (y se comporta) como un verdadero adolescente (que se mete en la cama, destrozado, cuando no le dejan ver a su amada; que engaña a todos queriendo ir a la guardería como si de un niño se tratase, sólo porque sabe que Li Ying irá a recoger a sus nieta) hasta la mujer, que inicialmente parece fría y distante, pero poco a poco veremos cómo se enternece y sabremos el por qué de su desconfianza inicial, pasando por los hijos de él (que en ciertos momentos parecen los padres de su propio padre, haciendo la mochila del cole, diciéndole que no llegue tarde) y de ella (la hija que protege a su madre para que no le hagan daño). Nadie diría que son actores no profesionales.
Por otro lado, y de una forma mucho más sutil, aparece otra de las preocupaciones de nuestros mayores: la soledad que sienten y el peligro de olvidar. Los hijos ya son mayores y tienen su vida... Esto lo representa muy bien Liu Hao: cuando Old Pop se siente lejos de todo o quiere apartarse, el director sitúa la cámara en la otra punta de la casa. Así, vemos al abuelo lejos, sentado de costado, a través de tres estancias. Un punto de vista muy creativo que logra transmitir una mezcla de sentimientos entre la esperanza de poder acercarse y la tristeza de verle tan abatido. En cuanto al peligro de olvidar y la necesidad de disfrutar el momento, que es lo que quiere hacer la pareja de ancianos, está plenamente representada por la enfermedad de la mujer, que padece Alzheimer, pero también en el hombre, que nos destrozará y nos dejará una profunda melancolia hacia el final del film... aunque, también, una sonrisa. Y todo, siempre rodeado del rojo cálido, del rojo pasión. AA
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Aita: Recuerdos de un pasado que no volverá
El film de José María de Orbe ha sido uno de los más controvertidos del Festival. Y es que se trata de ese tipo de películas que amas o aborreces. Claro está, eso es lo que ha pasado...
Reconozco que me dejó totalmente impresionada. Soy de las personas que opinan que una imagen vale más que mil palabras y, después de disfrutar de Aita, estoy convencida de que su director también. La película es literalmente una obra de arte filmada para la posteridad, como un cuadro. La forma con la que se juega con la luz para descubrir y desvelar secretos guardados desde hace años es realmente impresionante.
Porque en Aita no pasa nada, pero pasa todo. Nos situamos durante todo el metraje en una casa deshabitada, de la que iremos descubriendo su pasado y su secreto mejor guardado de la mano de quien la mantiene. Cada vez que abre una ventana, una puerta, la luz invade el interior, la llena de vida. Lo que parecía un pequeño y lúgubre habitáculo se convierte ante nuestros ojos en un espacio lleno de vitalidad y, a la vez, de historia. Lo vemos en la cantidad de ramas y raíces que han crecido en las paredes, en la pintura desconchada. Descubrimos habitación a habitación, detalle a detalle, todos los recovecos de la casa que, finalmente, se nos antoja conocida y querida.
Y, junto al descubrimiento de la casa a través de su "simple" iluminación, el director echa mano del cine, de la irrealidad, para confrontar lo que hemos estado viendo: proyecta sobre las paredes de la mansión antiguas películas caseras de la familia, haciendo que el cine sea testigo del avance del tiempo y cómplice de la revelación del secreto guardado: la vida pasa, la historia se escribe. No hay vuelta atrás. Hay que disfrutar cada momento, vivirlo intensamente... y luego, recordarlo lo mejor posible.
Casi sin diálogos ni música, y es que no hacen ni falta, Aita es extremadamente bella. Un regalo para los sentidos. AA
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Akma-reul Bo-at-da/ I saw the devil: Deleite extremo
Eso es I saw the devil, la nueva película del coreano Ji-woon Kim (Dos hermanas), una auténtica gozada visual, que contiene momentos, muchos, de extrema dureza y crueldad, no aptos para todos los públicos. Una obra que sorprende y desentona, que se encuentre en la sección oficial de un Festival como el de San Sebastian, y no tanto que esté en un festival de género como, por ejemplo, el de Sitges (al que también acude este año en la sección Oficial Fantàstic Panorama Especiales). Su planteamiento no es muy original que digamos, ya que el argumento gira en torno a la venganza, tema recurrente en diversas películas de corte oriental y que suele ofrecer muy buenos resultados (Old Boy, Three Extremes, The Audition,...). En esta ocasión, un joven agente secreto de la policía persigue al psicópata y asesino en serie, Kyung -chul, excelente Choi Min-sik, el cual ha torturado y matado a su novia, con la intención de vengar su muerte, utilizando unos métodos poco ortodoxos, y convirtiéndose en una especie de Robin Hood en clave psicópata. Algo excesiva e inverosímil, con unos puntuales, sorprendentes y agradecidos guiños cómicos, que relajan la tensión que podemos ir acumulado a lo largo del metraje, todas sus deficiencias argumentales se ven mermadas por la exquisita factura visual del film, en todos los sentidos. Principalmente destaca su puesta en escena, la tonalidad de los colores y la fotografía, para los que el director reconoció que se había inspirado en la estética de las películas de David Fincher, Seven y Zodiac, y que también recuerda, especialmente en sus secuencias iniciales, a otra película coetánea como es Crónica de un asesino en serie (2003) de Joon-ho Bong. El equilibrado montaje, junto con el trabajo de todos los actores, unos sorprendentes e hiperrealistas efectos especiales, convvertían a esta propuesta tan radical en una de mis favoritas para obtener la Concha de Oro, pero su excesiva condición de película de género le restaba muchos puntos. Esperemos que por lo menos se pueda seguir disfrutando en otros festivales o incluso se llegue a estrenar en nuestras carteleras. SI
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Amigo: el Bailando con lobos filipino
John Sayles tiene a sus espaldas un buen número de películas, tanto como actor, guionista y director pero, no obstante, Amigo ha sido la sorpresa de la sección, más por la poca relevancia de la película, que por todo lo contrario.
La impresión que da el desarrollo del film, comentado también con Cristina Bringas, es que se nos plantea una historia completa, de principio a fin. Esto, claro, no es malo per se... lo que pasa es que parece "enlatada". Es como si nos dijeran "mira, aquí la tienes. Tiene algo de humor, algo de acción, algo de tragedia... y todo empieza y acaba en las dos horitas". Pues, mira qué bien. El resultado... es que no deja ningún espacio a la interpretación. Somos conscientes de que esto es lo que a muchos más les gustará: vas al cine, te sientas en una cómoda butaca, te explican lo que sea y te vas. Y ya. El problema está en que esto no es en absoluto lo que esperábamos de una película a competición.
Eso sí, la ambientación es genial, por supuesto. Una puesta en escena impecable. Incluso el detalle de que los soldados americanos sean unos niños, como seguro debió pasar (bueno, es lo que pasa en todas las guerras, ¿verdad?) aporta seriedad y relevancia al film, aunque sólo sea como fiel recreación histórica. Sinceramente, parece una mezcla entre Bailando con lobos (Kevin Costner, 1990) y La Misión (Roland Joffé, 1986). No es mala, pero tampoco buena. Es... normalita. Típica de domingo tarde. AA
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Cerro Bayo: o como reírse de las desgracias
La magia de Cerro Bayo reside en poder hacernos sentir tan bien, tan despreocupados, en una historia donde la tragedia, el robo, el engaño y la inocencia extrema son los temas de su guión. Lo consigue al más puro estilo argentino, riéndose a carcajadas de lo que está contando. Y nos lo contagia, que es lo mejor de todo. Es como Un funeral de muerte (Frank Oz, 2007), pero con el humor latino, más suave y menos negro que nos caracteriza.
Una anciana que, tras ganar en el casino, esconde el dinero nada más y nada menos que en la lápida de su difunto marido. Y se intenta suicidar. Su devota hija que sólo vive para que los demás estén a gusto, y su otra hija, que vuelve al pueblo sólo para ver si por fin puede sacar tajada de la anciana y saldar sus deudas. Un nieto y una nieta que está convencida de que si puede montárselo varias veces con un chico (el que sea), su piel se hidratará y estará perfecta para ganar el concurso de Miss Cerro Bayo. Vamos, todo un cuadro. La empatía por los personajes empieza desde el minuto cero, seguramente porque a ninguno de ellos les sale nada bien (ni tan siquiera la abuela consigue morir en paz).
Resumiendo: agradable tragicomedia (más bien comedia, increíblemente) sin grandes pretensiones, que ha conseguido colarse en la sección oficial y que, aún así, llegará a tener mejores reseñas que algunas otras con vocación competitiva. AA
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Elisa K: el saber narrar una historia
Dirigido conjuntamente por Judith Colell y Jordi Cadena, Elisa K destaca principalmente por el formato de imagen y rodaje que se ha seleccionado para diferenciar las dos etapas de la vida de la protagonista.
Inicialmente, no lo sabemos, pero toda la primera parte del film, en riguroso blanco y negro, se centra en el pasado de Elisa, una niña de diez años con una vida normal, alegre, hasta que le ocurre un penoso incidente: la violación por parte de un amigo de su padre. Toda esta primera parte se nos antoja aséptica, con encuadres estáticos, la mayoría de veces simétricos. Esa distancia que se obliga al espectador a tomar (incluso se nos narra a través de una voz en off que nada tiene que ver con la vida de estas personas, como si nos estuviese recitando un cuento) hace que a medida que lleguemos al momento crucial, inesperado, el impacto sea mucho más terrible.
No obstante, ella borrará de su mente el suceso, y no será hasta el presente, catorce años después de aquello, que no recordará lo sucedido. Esta segunda etapa es mucho más caótica: en color, cámara en mano, siguiendo todos los pasos de la Elisa adulta. En comparación con la primera parte el film es mucho más caótico, muestra mucho más lo que está sintiendo la protagonista. El narrador calla y, por tanto, el acercamiento al personaje de Elisa del espectador se vuelve de una intensidad extrema, ya que recupera todo lo que no se pudo sentir con ella durante la narración de su terrible pasado.
Así, Elisa K tiene la fuerza suficiente, tanto por su guión como por su realización, para ser seria candidata a conseguir el reconocimiento del Festival, pero le falla algo muy importante: la actuación no está a la altura. Independientemente de que al inicio no podamos estar vinculados con ellos emocionalmente, la verdad es que al final, la frialdad de los padres, la reacción de ella al explicarle lo sucedido a su padre en la cafetería... no acaba de encajar. Y es una lástima, porque podría haber sido redondo, este film. Con buen tempo, con una muy buena idea para saber diferenciar pasado y presente... pero sin la fuerza de los actores. AA
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Genpin: alegría, vida. Muerte. Realidad
Es de agradecer que en una sección oficial compitan films tan diferentes entre ellos. Uno de los más inesperados, por su formato de documental (junto con el de Bicicleta, cullera, poma) es esta mirada a la reflexión de la relación vida y muerte a través de los ojos, de la experiencia del tocólogo japonés Tadashi Yoshimura.
Genpin se desarrolla combinando las reflexiones del médico con la vida de alguna de las mujeres que han decidido seguir su método y parir de forma natural, y con material filmado en 16 mm por el propio Yoshimura. Y la verdad es que la combinación es sorprendente y muy agradable, porque consigue que pensemos, como defiende el médico, que hay que aceptar la muerte para aceptar la vida. Así seguimos el caso de una mujer que pierde el niño pero que, igualmente, decide no ir a una clínica moderna, sino esperar a que su cuerpo quiera expulsar el feto de forma natural; a una mujer que decide continuar con su embarazo aunque los médicos "modernos" le dicen que mejor aborte para la seguridad de ella. Lo que le dice Yoshimura tiene todo el sentido del mundo: "si tiene que pasar algo, pasará, y tendrás que aceptarlo como decisión divida. Reza para que no pase, y ya está".
Y también consigue hacernos ver que no hay que derrumbarse si todo no sale como queríamos. Siempre hay una razón por la que seguir luchando. La historia de la mujer que es abandonada por su marido, al que hace meses que no ve, dejándola con una niña pequeña, mientras está embarazada, es desolador. Pero ahí está, haciendo todos los ejercicios que le indican, sacando su vida adelante. Un hijo es lo más importante que puede pasarle a una mujer, y hay que disfrutarlo.
En definitiva, Naomi Kawase consigue con este documental centrado en las mujeres y la humanidad de un médico (que acaba admitiendo que no quiere seguir ejerciendo, que la presión es demasiado grande), un film agradable y tierno, pero también que nos hace pensar en si tanta tecnología es importante para salvar las vidas que la propia naturaleza puede haber decidido que no deberían continuar. ¿Estamos jugando a ser Dios? ¿Podemos serlo? AA
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El gran Vázquez: caricatura del caradura español
Manuel Vázquez fue uno de los dibujantes de cómics más caústicos de los años 50 y 60. Su estilo, completamente innovador en aquellos años, le catapultó como una de las promesas del cómic español. Pero su comportamiento, entre gamberro y delincuente, le precipitó al fracaso y al olvido.
Oscar Aibar brinda su particular homenaje a este descarado genio-bribón en El gran Vázquez, consiguiendo para el papel principal a Santiago Segura, que parece es el único tipo de protagonista que sabe defender con cierta soltura (no hay más que ver al "heviata" de El día de la bestia -Álex de la Iglesia, 1995- o Torrente -Santiago Segura, 1998), aunque la verdad es que no acaba de convencer. Sólo cuando aparece junto a Álex Angulo es cuando saca lo mejor de sí mismo... y es que este tándem ya ha demostrado en varias ocasiones que puede llegar a ser muy potente (seguramente gracias al talento del segundo).
Angulo es lo más destacable de este film, aunque también podemos hablar del formato, muy conseguido, que da toda la sensación de ser viñetas de cómic en movimiento. Esto le añade una característica de irrealidad, que juega a favor de la historia, ya que las situaciones rozan, muchas veces, lo absurdo (aunque sea cierto que algunas ocurrieron de verdad, pero claro...). Otros guiños, como que el superintendente de Mortadelo y Filemón del cómic de Ibáñez se parezca al gerente de Bruguera, hacen que la historia entre bien. Pero no pasará, ni de lejos, a formar parte de la historia del cine español. AA
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Home for Christmas/A casa por Navidad: situaciones navideñas que dejan indiferente
Otra película que se forma a partir de distintas historias, pero que en este caso, ni tan sólo se cruzan. Tiene sentido, ya que se trata de la adaptación a la gran pantalla de una serie de cuentos cortos, Bare mjuke pakker under treet (Dejad regalos suaves debajo del árbol) del autor noruego Levi Henriksen.
El problema de A casa por Navidad es precisamente ese: demasiadas historias sin relación. Algunas tan cortas (como la del abuelo que va bajando cosas por la escalera) que cuando terminan te das cuenta de que para ti, ni habían empezado. Se suceden los pasajes sin interés. Alguien podría decir que, entre todas, lo que se consigue es el abanico de edades, de sentimientos o sucesos que pueden darse en esta época -alegría, tragedia, añoranza, esperanza- creando así en su conjunto una obra completa, sin sentido por separado. Pero lo que pasa es que no da tiempo a que los personajes atrapen, y por tanto, es carente de emotividad alguna. Teniendo en cuenta que se supone que trata de pequeñas situaciones relacionadas con la Navidad... es bastante chocante. Nos esperábamos más del director de Factotum (2005), la verdad. AA
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Misterios de Lisboa: Una fábula telenovelera de misterios en technicolor
Raúl Ruiz es un realizador que gusta de experimentar y presentar propuestas muy diferentes a lo convencional. En esta ocasión ha decidido hacer una película de más de cuatro horas de duración con una belleza visual indescriptible y una historia que es imposible de explicar en un párrafo. Para él es una conclusión de su etapa de realización de telenovelas, por lo que para muchos, este film es una aportación importante al género y estilo cinematográfico. Crítica completa, aquí: Misterios de Lisboa. CB
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Neds: No hay futuro, pero sí esperanza
Una de las joyas de la sección oficial (y es mucho decir, ya que los films a competición, en global, han sido bastante justitos) es Neds (acrónimo de "Non educated and delincuents") del experimentado -y se nota- Peter Mullan.
Nos encontramos en el Glasgow de 1973. John McGill es un chico inteligente y aplicado, que tiene la desgracia de haber nacido en el seno de una familia pobre (padre borracho, madre sufridora) y, además, con un hermano por todos conocido, y no en el mejor de los sentidos. Los prejuicios de la gente abocarán a John a una espiral de violencia, de la que dificilmente podrá salir y de la que, sorprendentemente, se hará el rey. Pero siempre hay una salida... donde y como menos te lo esperas.
Muchas son las bonanzas de este film. Empezando por el ambiente creado, que parece que estamos mirando una película casera filmada en Super 8, lo que se utilizaba en aquella década y que nos sumerge rápidamente en la década de los 70. El vestuario, la (macarra) forma de hablar de los integrantes de las pandillas..., todo ayuda a una ambientación redonda.
El guión también es más que notable. La evolución del personaje del chico está tan bien escrita y llevada, que nos deja perplejos. La forma de relatar la transformación del personaje, de chico tímido, acomplejado por su inteligencia, a matón de los peores del barrio, es estremecedora (la escena en la que se ata con cinta adhesiva los grandes cuchillos a las dos manos es de lo mejor del film: inquietante y dura, te hace pensar todo el rato 'que no lo haga, que no lo haga...').
La interpretación de los dos principales protagonistas es brillante. Connor McCarron consigue que sientas lástima por John, luego terror, luego pena, luego empatía... impresionante debut de este actor que tendremos que seguir en sus próximos trabajos. El otro, el de Marcus Nash, que interpreta a su acosador/enemigo/amigo/victima/salvación y que, en los pocos minutos que aparece en el film, aporta el equilibrio necesario al papel del loco McCarron.
Y, por último... un final apoteósico para la historia. Entre poético y esperanzador, pero también desafiante y peligroso. Y es que John encontrará de repente el camino de la redención, atravesando (literalmente) los peligros que le acecharán a partir de ese momento durante su vida, y la de su nueva misión. Neds es una de las mejores apuestas de este Festival. No podía ser menos, viniendo de un actor, director y guionista tan prolífico y con tanto talento ya demostrado con creces. AA
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Pa Negre/Pan Negro: ricos y pobres. Nacionalistas rojos. Monstruos.
Pan negro venía avalada por los éxitos de su director y guionista, Agustí Villaronga, y la expectación era inmensa. Claro, ya se sabe lo que pasa cuando algo es tan esperado...
El inicio promete mucho. Duro, cruel y muy gráfico. La terrorífica ambientación (bosque denso, oscuro...) ayuda a mantener la tensión. Pero, después de eso, descubrimos lo que es básicamente una historia sobre la supervivencia de los "rojos", de los pueblos del interior catalán, en los años de la posguerra (tema que ya había tocado tangencialmente Villaronga en El mar, 2000). Por supuesto que nunca habrá cine suficiente que nos haga recordar amargamente la tragedia de esos años, pero nos hubiese gustado que el director hubiese enfocado más y mejor el film en el carácter y las acciones del niño.
Porque la evolución del niño, que es básicamente el hecho diferencial de esta historia (basada en el libro homónimo de Emili Teixidor), se precipita tanto hacia el final del metraje, que no da tiempo a interiorizar lo que realmente nos quiere transmitir el film, que es, básicamente (y como reza la publicidad de su cartel), el surgimiento del mostruo que habita en él. Ya sea por lo que ha vivido, lo que ha visto en sus padres (la guerra es lo que tiene... hay que sobrevivir) o porque lo lleva en los genes (su padre, un santo no es...), lo que vemos es que la situación que le rodea acaba sacando lo peor de este niño. Pero lo vemos demasiado al final. Hasta entonces, no es más que la historia de la posguerra, tímidamente amenizada con un supuesto misterio que no es tal, ya que fácilmente puede adivinarse qué es lo que está pasando.
Eso sí, no sólo la ambientación es destacable en Pan negro, sino también las actuaciones de lo que podríamos decir es el mejor casting de actores catalanes que hemos visto en mucho tiempo, reuniendo a varias generaciones de los más destacados intérpretes de Catalunya, desde nuestro internacional Sergi López hasta Eduard Fernández, pasando por los televisivos Marina Gatell, Laia Marull o Roger Casamajor, entre otros. Definitivamente, la calidad de las interpretaciones es una de las bazas clave de esta película. AA
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Satte Farben vor Schwarz/Colours in the dark: El límite entre la vida y la muerte
Después de cincuenta años de casados, dos hijos, una nieta y mucho amor en sus vidas, a Fred le han diagnosticado una muerte próxima, debido a su cáncer de próstata. Este hecho comenzará a hacer tambalear los vínculos poderosos que existían en la familia, poniendo en duda la manera en la que se ha manejado su comunicación.
La ópera prima de Sophie Helman es una obra reflexiva sobre la manera en la que se abordan los obstáculos de la vida: pueden evadirse o enfrentarse en compañía. El film toca un tema muy crudo y, sin embargo, no es tan conmovedor, aún pese a su magnífico reparto, su fotografía y diseño de producción muy cuidadosos.
Es una historia de amor y del fin de los días, que retrata una realidad muy específica, pero que plantea una posibilidad que hoy en día es común y recurrente. CB
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Bicicleta, cullera, poma/Bicicleta, cuchara, manzana: De Alzheimer, familia y figuras públicas
El Alzheimer es una enfermedad que se ha multiplicado en los últimos años. Pasqual Maragall (quien fuese alcalde de Barcelona y presidente de la Generalitat de Catalunya) es diagnosticado con este padecimiento y decide enfrentar su enfermedad con el apoyo de su familia, aún estando al mando de la Generalitat.
El documental de Bosch se desarrolla a través de la vida de Maragall, sus decisiones y sus primeros días en contacto con la enfermedad. Esto es complementado con una serie de datos e información sobre el padecimiento, con entrevistas a médicos, investigadores y testimonios de distintos rincones del mundo.
Es un largometraje muy didáctico, pero al mismo tiempo toca fibras sensibles al ver la lucha personal y familiar de Maragall, no sólo por su propia salud, sino por aportar algo a la humanidad a través de la investigación y mejora de las condiciones de todas las personas que están en sus mismas condiciones. CB
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Eat Pray Love/Come Reza Ama: Todos al servicio de Julia Roberts
El éxito de Julia Roberts es innegable. El paso de los años la ha catapultado como icono de la mujer que todas querríamos llegar a ser: guapa, humilde, sencilla, trabajadora y madre de familia numerosa. Teniendo en cuenta esta reacción que provoca, no es de extrañar que fuese la elegida para asegurar el éxito (como mínimo en taquilla, claro... que es el único para muchos) de la adaptación en la gran pantalla del libro autobiográfico (con clara vocación de autoayuda, best seller en tiempos de crisis) de Elisabeth Gilbert. Y es que Come Reza Ama gira en torno indiscutiblemente a una Roberts que es pura sonrisa. Casi es todo lo que puede aportar... porque el guión deja muchísimo que desear. Lleno de tópicos típicos y alusiones a temas o situaciones recurrentes en otras culturas (que si el sexo latino, que si la siesta, que si los matrimonios concertados en la India), dan ganas de preguntar a Gilbert, a Roberts, a Ryan Murphy e incluso a nuestro Bardem: ¿Vosotros os lo creéis? Y que no se me malinterprete: entiendo que la escritora ha tenido la suerte de vivir todas estas experiencias, y el poder compartirlas tiene que ser muy reconfortante. Ahora... ¿coincide plenamente con la visión idílica que se presenta en el film? Es como el "cuento de hadas" de Pretty Woman (Gary Marshall, 1990), pero en versión pobre y menos realista, si cabe, que el idilio millonario/prostituta. La sensación de "edulcoración" es tan elevada que a medida que avanza el film, menos motivados estamos a ver cómo acaba.
Eso sí, no todo es insalvable. El acierto de la fotografía es innegable. Es muy curioso cómo se ha conseguido que en todos los planos haya un foco de luz, el que busca constantemente la protagonista. La luz que ilumine su camino, su futuro, su decisión. La explosión de color también dota de cierta majestuosidad y continuo optimismo al film. Pero, por encima de todo, quien realmente "brilla" es Richard Jenkins. No hay más que pararse a analizar la escena con Roberts, en la que le explica por qué ha optado por el retiro y la meditación. Lo que narra es terrible, pero lo hace con una serenidad infinita, como alguien que ha asumido que nunca podrá cambiar lo que pasó. La verdad es que, entre tanta exaltación de sentimientos del resto de los protagonistas, incluso se hace rara su interpretación. Pero, sinceramente, es la que parece más realista. Y, como hemos dicho, es algo que se echa de menos aquí. AA
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