¿De qué está hecho el personaje cinematográfico?

Por Isabel González

Cartel de la película ÉlLa historia de un hombre de mediana edad, que se obsesiona con la novia de un amigo y una vez que logra casarse con ella comienza a celarla hasta llegar a la locura, sirve a Luis Buñuel como excusa para hacer una radiografía de un celópata compulsivo y paranoico.

Se trata de Él, la película que en su momento despertó el interés de los círculos psicoanalíticos franceses; gracias a la rigurosidad con que su autor recrea un caso de trastorno paranoide, a través del personaje, Francisco, interpretado por una de las estrellas de la época dorada del cine mexicano: Arturo de Córdova.

Él (1952), cuyo argumento podría ser material para un melodrama más del montón, es visto, aún en nuestros días, como un documento riguroso e inquietante sobre el trastorno paranoide. La minuciosidad con la que Buñuel ha recreado ese universo de fervor religioso y represión sexual, relacionado con la grave confusión que sufre el personaje, convierten este film de ficción en objeto de estudio.

Fotograma de Match PointOtro ejemplo de construcción de personaje orientado hacia el desarrollo y la psicología del mismo es Chris Wilton en Macht Point (2005). Se trata de una historia con elementos de la tragedia clásica, donde su protagonista se ve atrapado entre la ambición y la culpa.  Una vez más (recordemos Crímenes y pecados, 1989), Woody Allen plantea un dilema ético y moral, a través de un personaje que termina atormentado por las consecuencias de sus actos.

Chris (Jonathan Rhys Meyers) va transformándose, a lo largo de la historia, a partir del sólido referente psicológico y social que va tejiendo Allen en cada escena. El relato construye de manera minuciosa el entorno del personaje, las circunstancias que lo rodean y la actitud que tiene con los demás y, sobre todo, consigo mismo. Así, las tensiones que generalmente crean lo que se entiende como conflicto dramático, adquieren en este film especial significado, pues no sólo están presentes para estructurar la historia, sino también para configurar, de manera expresa, el discurso y las proposicones éticas e ideológicas de su autor.

Si bien el personaje puede ser examinado a partir de la expresión de su carácter y comportamiento, no deja de ser un elemento codificado que sostiene la narración. Desde esta perspectiva formal, es posible analizar el rol que él desempeña como protagonista/antagonista; activo/pasivo; modificador/conservador; influenciador/autónomo, de acuerdo a las actitudes y acciones que expresa. Así,  el personaje ya no es visto como un individuo o como una esencia psicológica, sino como un agente que moviliza el relato.

Wild at heartEn Wild at Heart (David Lynch, 1992), Marietta, la malvada madre de Lula, está dispuesta a eliminar a Sailor, el novio de su hija. Él ha sido testigo de cómo Marietta y su amante asesinaron al padre de Lula.

Marietta (Diane Ladd) representa a cabalidad ese tipo de personaje activo e influenciador, cuyo hacer va provocando acciones y situaciones sucesivas. Ella se convierte en el gran obstáculo que impide la unión entre Sailor y Lula. Sus acciones en contra del joven funcionan como el motor de la narración. Las conexiones con el mafioso Santos (y sus emisarios) desencadena una serie de situaciones que, en sentido negativo y opuesto al de la pareja protagonista, actúan provocando nuevos acontecimientos, desarrollando así la historia.

Esta madre sobreprotectora asume la instancia del mal de manera concreta y pragmática, a través de la persecusión y el crimen, pero también lo hará de forma más sutil con la actitud, la palabra, con sus pensamientos y deseos.

Marietta en Wild at heartMarietta es parte de la expresión de una obra estilísticamente híbrida, una road movie que combina la estética y la música de Elvis Presley con los disonates acordes del heavy metal,  que utiliza como referente a El Mago de Oz, pero que también juega con el absurdo. Marietta, la bruja mala de David Lynch, es kitsch, es terrorífica e inverosímil. Es un personaje núcleo dentro de la lógica del film, indispensable para hacer de esta historia un cuento de amor y una pesadilla, surreal y fantástica.

Marietta, la Grace de Dogville, Jackie Brown, el Francisco de Buñuel y el Chris de Macht Point son personajes cuya densidad los mantiene en el plano de lo ambigüo.

Me refiero a esa ambigüedad que como artificio, dice Umberto Eco, hace de vestíbulo para la experiencia estética: cuando, en lugar de producir puro desorden, atrae la atención del destinatario y lo coloca en situación de excitación interpretativa.

Sus autores se esmeraron en reinventar ciertos códigos establecidos, estimulando al espectador a examinar e interpretar las particularidades estilísticas, las huellas que van dejando en cada imagen o diálogo, logrando así una obra única e irrepetible.

Fuentes:
Pimentel, Luz Aurora: El relato  en perspectiva. Estudio de teoría narrativa. Siglo XXI Editores. México, 1998.
Casetti, Francesco y Federico Di Chio, Federico: Cómo analizar un film. Paidós. Barcelona, 1990.
Bordwell, David, Kristin Thompson y Janet Staiger: El cine clásico de Hollywood. Paidós, Barcelona, 1997.
Eco, Umberto: Tratado de semiótica general. Lumen. Barcelona, 1991