"You can't take a Picture of this. It is already gone"
Antes de la ya comentada en esta sección True Blood, Alan Ball, apoyado también por la innovadora cadena de televisión HBO, sorprendió a medio mundo con una serie acerca de una familia que posee una funeraria...
Y es que, a priori, pocos podían imaginarse que una serie en la que cada episodio comienza con una muerte, a cuál más variopinta (y que, sin embargo, todas están sacadas de hechos reales), podía hacer que el público acabase sintiéndose tan identificado. La maestría con la que este escabroso tema principal es llevado a la pantalla es envidiable: dramática las muchas y realmente cómica las tantas otras, la ironía y humor negro que rebosa el guión es una de las grandes bazas de esta serie.
Los Fisher
Alan Ball nos presenta a la familia Fisher, para los que la muerte es su forma de vida. En el capítulo piloto conocemos ya a todos los personajes principales: Nathaniel, el padre, que muere al inicio del capítulo, pero no por ello no vamos a conocer su verdadera personalidad, a la vez que lo hacen los miembros de su familia; Ruth, la madre, una mujer que se ha ocultado en sí misma durante muchos años, volcándose en su marido e hijos, y que, poco a poco, va a empezar a darse cuenta de que también tiene derecho a vivir su propia existencia; Nate, el hijo mayor, el más espiritual. Se cree el más libre de todos, cuando en realidad es el que más conexión tiene con la vida de la familia; David, el mediano, homosexual reprimido que irá descubriéndose a sí mismo y ante los demás, en el que es sin duda uno de los mejores papeles de la serie; y Claire, la hermana pequeña, perdida al crecer sin padre, sin hermanos que se preocupen realmente de ella, y que también pasará una Odisea hasta saber qué hacer realmente con su vida. A su alrededor, Rico, el ayudante que lucha continuamente para que se considere y valore su trabajo y, por supuesto, Brenda, la novia/amante de Nate, con unos problemas personales y familiares que incluso superan a los de la familia Fisher.
Así, la definición de los personajes, que va perfilándose hasta llegar a una madurez arrolladora al final de la quinta temporada, es el elemento clave de esta serie. La promoción de la temporada 2, aún sin saber nada de la serie, nos permite conocer cómo es y cómo se siente cada uno de los personajes:
Con este panorama, no es de extrañar que, en mayor o menor medida, nos sintamos conectados con ellos. Ya sea porque encontramos vínculos directos, ya sea porque no tiene nada que ver con nosotros, lo cierto es que los personajes y sus situaciones nos hipnotizan. Y es que las conversaciones trascendentales sobre la vida y sus problemas, mezcladas con la explicación de por qué es necesario taponar los agujeros de un muerto, son de un cómico surrealista, cuyo balance es imprescindible en la serie. Y es por lo que se hizo y, seguirá siendo, uno de los mayores éxitos y más revolucionarios de la historia de la televisión.
Otro gran éxito: la Web de la serie (http://www.hbo.com/sixfeetunder/)
Es uno de los grandes complementos de la serie. Aparte de lo que podemos encontrar típicamente en la web de una serie (resumen de los capítulos, presentación de los personajes y sus intérpretes, etc.), en el mundo de Alan Ball es muy importante también el completar y conocer todo lo que envuelve a esta familia, sea motivo principal o no de la serie. Así, no es de extrañar que en cada capítulo encontremos un "hecho mortuorio" o el obituario de la persona que muere al inicio del capítulo, pudiendo conocer también así su historia personal, aunque en la pantalla la hayamos conocido unos escasos segundos. Por otro lado, también se presentan monográficos tipo "El Arte de Claire", donde se muestran todas las obras que fueron apareciendo en la serie, el artista real y cómo y por qué pensaron que el personaje de Claire evolucionaría a través de sus creaciones.
El fin de A dos metros bajo tierra
Como dice Ball, si de algo trata la serie, es de que todo se acaba. Por un lado, es de agradecer ver que una serie tiene un inicio y un final, sin alargarla sólo porque tiene mucho éxito, y retorciendo las historias y personajes para continuar con la gallina de los huevos de oro. Por otro, cuando acabó la serie, a todos los fans se nos arrancó una parte de nosotros mismos. Cinco temporadas con la familia Fisher, riendo y llorando con ellos, sintiendo lo que ellos sienten pero, por encima de todo, limando prejuicios, conociendo y asimilando temas tan tabúes como la muerte, la homosexualidad, los secretos de familia... la vida misma, vamos.
Los últimos 10 minutos de la serie están considerados los mejores hasta la fecha de una serie de televisión. Sólo sabiendo esto, vale la pena darle una oportunidad. Y, aviso, engancha... ya me diréis.
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