Joel y Ethan Coen (Fargo, True Grit, Burn After Reading, Raising Arizona) son una de las duplas más importantes del cine independiente y -ahora incluso- del mainstream en Estados Unidos y el mundo. Con varios premios a cuestas (entre ellos algunos de la Academia por guión y dirección) se han ido consolidando como cineastas serios, en su muy particular estilo.
Sus temáticas fílmicas versan sobre una gran diversidad de tópicos, géneros y formas. Han realizado películas de gángsters, comedias, comedias románticas, westerns, historias comunes, dramas y películas de época. En general han atravesado por casi todos los géneros, pero sin perder el estilo en sus productos, que los hace únicos e irreverentes.
Entre sus singularidades como directores hay varios factores que son ineludibles: sus chistes constantes (el cabello, las muletillas audiovisuales de sus personajes, los vicios y manías, etc.), sus historias basadas normalmente en individuos comunes con situaciones por demás extraordinarias, su humor negro plasmado en todas y cada una de sus películas, su puesta en escena (en donde todo está absolutamente prediseñado y ensayado), y por supuesto un reparto constante, entremezclado con algunas "nuevas adquisiciones"
Ambos están conscientes de que requieren a actores que les sean perfectos para los papeles que tienen en la mente. Su casting siempre posee la particularidad de estar conformado por intérpretes que ya han trabajado con ellos o por algunos actores que en otro momento jamás hubieran sido imaginados en alguna de sus películas (tal es el caso de George Clooney -que incluso repitió posteriormente-, Tom Hanks, Brad Pitt, Scarlett Johannson y Matt Damon, entre otros).
El método y la planificación de la dupla es -en ocasiones- tan excesiva que nada debe salirse de la constante estipulada en un inicio. Se dice que se sientan por horas a revisar el plan del día siguiente, con fotografías, dibujos y sus directores de cada área. Esto se nota en la meticulosidad que tiene cada una de sus escenas, todo está en su lugar. No llega al punto de ser un obstáculo para el visionado de la película, pero si se presta suficiente atención, es notorio que nada ha sido casualidad, y que todo se ha realizado con la mayor pulcritud.
No hay diálogos fuera de su lugar, la cámara tiene el movimiento justo, las coreografías actorales están ensayadas, los beats y el timing están contrarreloj, en fin, pareciera que después de Hitchcock nadie más ha logrado este nivel de planificación como los Coen. Así, todo ha pasado por una exhaustiva revisión, entre ella, el reparto que han de utilizar en cada uno de sus productos.
Una vez que se han acomodado con algún actor o actriz, o bien, que han encontrado en ellos algo especial, éstos serán convocados a otras producciones a lo largo de su carrera. Tal es el caso de sus dos actores "de cajón": Frances McDormand (casada con Joel y protagonista de Fargo, Raising Arizona), que los ha acompañado en siete de sus películas, y Steve Buscemi (Fargo, Living in Oblivion) en seis films.
En ambos casos, muchos de los papeles que han interpretado han sido escritos estrictamente para ellos. Es una realidad que en ocasiones han participado en ciertas películas bajo papeles muy pequeños, pero que son suficientes para hacer personajes recordables, y que -sobre todo- tiene una importancia escénica que no cualquiera puede lograr llenar en segundos.
Dentro de estos ejercicios fílmicos, encaja perfecto Steve Buscemi, quien sin importar el tamaño de la participación logra plasmar en cada película en la que participa su sello personal y su carisma único. Este actor americano no sólo tiene cualidades histriónicas excepcionales, sino que además posee una fisonomía que lo convierte en un un ser único: su mirada profunda y perdida a la vez, su complexión, el cabello lacio, las ojeras, la sonrisa de dentadura y su gestualidad lo transforman en el hombre perfecto para papeles de patiño, de "pobre diablo" y de loco o maníaco.
No obstante su físico, pese a que han querido encasillarlo, es su desempeño actoral lo que lo hace un ser versátil y adaptable. Al mismo tiempo, termina presentando personajes volumétricos, que no siempre son lo que aparentan y que -por el contrario- en muchas ocasiones se vuelven mucho más de lo que cualquiera puede imaginarse. Junto a los Coen ha interpretado papeles ínfimos como el de Mink Larouie (Miller's Crossing), en donde aparece contados minutos, hasta personajes complejos y poderosos como Carl Showalter (Fargo), cuya participación es medular para el desarrollo de la cinta.
Recibe siempre nombres muy característicos por parte de la dupla, que van desde Chet el Bellboy (Barton Fink) hasta Donny Kerabatsos (The Big Lebowski), y aunado a esto, son personajes compulsivos, obsesivos, enfermos, intrigosos, lamentables o hasta incomprendidos, con cierto dejo de desprecio y pena ajena. Buscemi es capaz de retratar al ciudadano promedio, hasta llevarlo a la hipérbole de lo extraordinario y lamentable, a través de su gestualidad y su corporalidad.
Gracias a los guiones de los Coen, es capaz de transportarnos a la mente psicopática de muchos de sus personajes, que se ven atacados por el contexto, y cuyas reacciones fluctúan entre la antipatía, el miedo y la seguridad enfermiza, e incluso rayan en la inocencia y la vulnerabilidad.
Es quizá esta multiplicidad de lecturas que se le puede dar a sus personajes -a través de su interpretación- la razón por la cual ha trabajado en tantas ocasiones con los Coen. Resulta además muy particular el hecho de que aunque hayan realizado sólo seis películas juntos -de diecisiete-, da la impresión que son muchas más, quizá porque su presencia es poderosa y visualmente sonora para la audiencia.
Su última participación juntos fue el contrometraje "Tuileries" dentro de la película colectiva Paris, Je t'aime, en donde Buscemi tiene su "primer protagónico" con los hermanos. En este breve trabajo, el actor interpreta a un turista perdido en la estación de metro Tuileries en Paris. A pesar de ser un trabajo breve, es la primera vez que le dan un papel principal en alguna de las cintas de los Coen.
Si bien, el actor americano tuvo su lanzamiento a la fama oficialmente con Reservoir Dogs, es innegable que su mancuerna con los Coen lo ha llevado infinitamente lejos, por la química que existe entre ellos y la singularidad de sus personajes. Casi podría decirse que esos primeros momentos con la dupla lo fueron conduciendo a obtener papeles tan exuberantes como la aparición en Mr Deeds o en The Wedding Singer (con Adam Sandler), o tan especiales como su protagónico en Living in Oblivion.
Hay directores que no se pueden concebir sin ciertos actores, y en el caso de los Coen esto queda manifiesto en cada una de las participaciones que han tenido con Steve, y viceversa. No es que Tarantino no haya sacado lo mejor del actor, pero es cierto que pocos han hecho tanto con un personaje tan mínimo como los hermanos Coen y Buscemi. Exprimirle jugo a un detalle tan ínfimo es poco común y de verdadera sorpresa.
Lamentable es que en sus últimas películas, Ethan y Joel no hayan incluido una breve participación de Buscemi. Es quizá que están justo en un momento en el que renuevan sus repartos y experimentan con otras personalidades. Sin embargo, posiblemente volverán a trabajar juntos porque están unidos por una fuerza interpretativa que no todos comparten.
Día a día, Joel y Ethan Coen continúan abriéndose camino en la historia del cine, consolidando un estilo único que ha sido su sello desde el inicio de su carrera, sin desvirtuar sus gustos personales ni sus formas. Steve Buscemi ha sido, es y seguramente seguirá siendo parte fundamental del entramado que los ha llevado hasta donde han llegado, porque precisamente personas como él y situaciones como las que acostumbran retratar son la esencia de estos directores.
Filmografía de Ethan y Joel Coen con Steve Buscemi:
Miller's crossing (1990) - Mink Larouie
Barton Fink (1991) - Chet the Bellboy
The Hudsucker Proxy (1994) - Beatnik Bartender
Fargo (1996) - Carl Showalter
The Big Lebowski (1998) - Theodore Donald 'Donny' Kerabatsos
Paris Je t'aime "Tuileries" (2006) - El turista