Exhumación

Winter's bone

Debra Granik, EUA, 2010

Por Manu Argüelles

Los escenarios en los que se suele ubicar el (buen) cine independiente norteamericano no son los habituales del cine hollywoodiense. Winter's boneReducidos al mínimo los quiebres con el clasicismo narrativo, el cine indie actual, pasada la jubilosa explosión de su emergencia en los años 90, trata de despegarse de los manierismos que se fueron aposentando en él, tras la absorción que sufrió por las majors, cuando recurrieron a este cine para buscar una pátina de prestigio de los que sus blockbusters carecían. Acabó sucediendo lo inevitable, todas estas expresiones, en apariencia en los márgenes, se estandarizaron de tal manera que su propia etiqueta de independencia se gastó por repetición y agotamiento.  Winter's bone nos sirve para tomarle el pulso al cine indie de ahora mismo, que trata de resurgir de sus cenizas, tras el paso de los bárbaros. Film con una puesta en escena sencilla pero funcional, totalmente subordinada al relato, reduce al máximo la narración visual con una concisión y sobriedad estimable, donde sabe administrar los silencios y almidona con elocuente expresividad las texturas invernales que arropan la trama. De forma moderada, para configurar el aspecto inquietante de los huesos del invierno, se sirve del romanticismo gótico para puntear la historia con imágenes tenebristas en las que los árboles forman sombras amenazantes (por ejemplo, la imagen que enmarca el título del film). La conquista del far-west clásico en su dominación del dominio natural, deviene en la actualidad en una pálida sombra de aquellos días de gloria, bien acompañados de una columna sonora llena de aullidos de viento, ladridos de perro y discretos pero muy adecuados punteos de folk que remiten a un pasado ilustre, saqueado en su presente. La imagen que abre el film, mientras suena una canción folk con una voz femenina a capella, en la que vemos a cierta distancia unos niños saltando alegremente encima de una colchoneta, en las proximidades de una casa de madera, remite metafóricamente a esa figuración de un legado hoy desintegrado. Por ello, los colores han perdido su saturación y la fotografía desgasta el color real a favor de tonos más fríos, dirigidos más a las emociones, dando una sensación de absorción y densidad. Es un cromatismo un tanto apagado, poco definido y tenso, como si se le hubiese aplicado una capa de gris para ensuciarlo y recrudecerlo.

Winter's boneDe esta manera, ubica su tejido dramático en Missouri, el Mid-west norteamericano, para realizar un retrato de la América profunda que guarda más de una conexión con el espíritu detectivesco de Twin Peaks (hasta el punto de que la aparición episódica de Sheryl Lee, la Laura Palmer televisiva, parece un guiño a aquella serie), donde se perfila el reverso sórdido del WASP, una especie de estercolero del que emerge un ahogado lamento al comprobar lo poco que queda de la estirpe idiosincrática de la nación norteamericana. Hay algo de añoranza, de llanto por la pérdida de las señas de identidad y culturales, en la que los valores tradicionales que sustentan la sociedad norteamericana malviven en medio de la sordidez y la inmundicia. De ahí la aparición del folk y del country como seña (positiva) de manifestación cultural. O que comprobemos cómo el vaquero, antiguo prototipo masculino norteamericano se ha desintegrado para dar paso al redneck, auténtico perfil de la white trash, contaminada por la droga y que puebla continuamente todo el film.  Por ello, ante estos restos del naufragio, aunque Winter's bone no sea una película de terror, no es extraño que retome algo del american gothic de los 60 y 70 en cuanto asistimos a la descomposición de la familia nuclear.

Para ello, el film se beneficia de la hibridación de géneros, desestabilizando la noción clásica y propulsando así la narración. Un drama Winter's bonesocial que se sirve del esqueleto y de la caracterización de arquetipos característicos del film noir, junto con el tradicional mecanismo detectivesco como itinerario para trenzarnos el vía crucis de Ree (excelente Jennifer Lawrence), adolescente que debe buscar a su padre desaparecido. Y para ello se topará con una zona montañosa patriarcal, endogámica y silenciada bajo la ley de la omertá, donde los lazos sanguíneos se han aguado, tal como le comenta su tío, un poblado de seres adversos que le hacen recordar que no se entrometa en los asuntos oscuros que se fraguan en la comunidad. Como buen noir, a Winter's bone le interesa el mundo alternativo de los criminales de baja estofa, con sus pautas propias y su forma de vida.

No obstante, la diferencia con respecto a las tramas clásicas de la tradición de Arthur Conan Doyle o Agatha Christie, es que Ree no trata de traer orden al mundo con la resolución del enigma, sino que una vez que acata las leyes impuestas trata de resolver el conflicto dentro de la misma colectividad de la que ella es partícipe, para salvar su maltrecho universo familiar compuesto por sus dos hermanos pequeños y una madre enferma. De esta manera, se asiste a una indagación profunda del sentido de soledad y aislamiento de Ree, para que se desprenda Winter's bonede su situación una crítica social a aquello que vemos. Estamos en la exploración de lo íntimo para buscar su condición de misterio, salvando sentimentalismos. Por ello Ree, al emprender esta búsqueda indulgente, se encuentra en un intersticio, en un incómodo lugar de dentro/fuera, aplicado a la misma situación de identidad de los géneros. Así, la esposa de Thump Milton le preguntará a Ree si no tiene a ningún hombre que haga esto por ella. Porque la mujer siempre está una línea por detrás del hombre. Y ella será la que preserva la entrada, el cancerbero con el que chocará constantemente cuando adopte un rol activo no destinado para la mujer, dinamitando así la filiación del patriarcado rural.

En este puzle de sobreentendidos y alusiones, Debra Ganik recupera de la herencia del cine negro la mirada como importante elemento formal que pulveriza las distancias entre los personajes. Las que Ree lanza perforan el espacio de resistencia que se va topando continuamente y son las que formulan un dinamismo interno a las secuencias. Su perseverancia e insistencia en el laberinto en el que se inserta, provoca que todo sea expuesto a una interrogación constante y descarada que consigue tensionar el entorno que le rodea, provocando que salten de sus resortes y acaben alzándose con la fuerza agresiva física y violenta.

Así pues, Debra Ganik con Winter's bone  consigue atraparte, con una película que gana en el recuerdo, devolviendo al cine indie el lugar que se merece ocupar en la cinematografía norteamericana.


Festival y galardones:

Oscars 2011. 4 nominaciones: Película, Actriz principal (Jennifer Lawrence), actor de reparto (John Hawkes) y guión adaptado.

British Independent Film Awards 2011. Nominada a mejor película extranjera.

Globos de Oro 2011: Nominación a mejor actriz principal-drama (Jennifer Lawrence).

Independent Spirit Awards 2011. 7 nominaciones incluyendo mejor película, actriz principal (Jenifer Lawrence) y directora (Debra Granik)

Festival de Sundance 2010: Gran premio del Jurado.

Ficha técnica:

Winter's bone, EUA, 2010

Dirección: Debra Granik
Producción: Anne Rosellini, Alix Madigan
Guión: Debra Granik, Anne Rosellini (Novela: Daniel Woodrell)
Fotografía: Michael McDonough
Montaje: Affonso Gonçalves
Música: Dickon Hinchliffe
Interpretación: Jennifer Lawrence, John Hawkes, Lauren Sweetser, Kevin Breznahan, Isaiah Stone, Ashlee Thompson, Shelley Waggener, Garret Dillahunt

 

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