Larry Crowne (Tom Hanks) es un empleado que se ha entregado durante muchos años con todo entusiasmo a su trabajo en un almacén de cadena y que se encuentra, de pronto, sin empleo. Se le dice, al ser despedido sin mayores consideraciones, que su falta de educación superior lo ha dejado en clara desventaja, que no puede competir. Con una mezcla de optimismo y de angustia, en dificultades para pagar sus deudas y consciente de que debe asumir un cambio de estilo personal, decide ingresar a la universidad, cambiar su auto grande por una motoneta "scooter" y empezar de nuevo.
A partir de estos hechos, la tragedia y el drama de una vida que se ve sujeta al abismo del desempleo, se convierte en una comedia de la edad madura, merced a la visión del protagonista que se decide a encontrar el lado amable de las cosas, a adaptarse al curioso e inesperado ambiente de los colegios comunitarios, donde los profesores deslizan sus egos, sus frustraciones (y también su creatividad y su cariño) entre los deseos de los alumnos, muchos de ellos veteranos y ansiosos de encontrar la senda de la prosperidad y del cambio, otros inmaduros y juveniles, que apenas si se están aclarando a sí mismos.
Naturalmente se generan situaciones potencialmente entretenidas y chistosas en este ambiente universitario. Los profesores de los colegios comunitarios tratan de ser exigentes con sus estudiantes, pero en un ambiente superficial, donde hay espacios para el apunte, para la frase aguda y para el desparpajo. Entre los estudiantes se va conformando una curiosa solidaridad y amistad, dado que son personas muy distintas en edad y en antecedentes y que se han juntado por accidente. Ahora, si un alumno es el carismático Tom Hanks y la bella Julia Roberts es una profesora, ambos en su distinguida madurez como actores, es de esperar que surja el romance a como dé lugar. Un romance que trata de ser divertido, ligero, para transformar las dos vidas tragicómicas de los personajes que representan, en comedia y en esperanza de algo mejor.
La película da una primera impresión frustrante, como si no cuajara, como si quedara inacabada. Se siente ligera, poco trascendental, dado los temas que enfoca: la educación, la amistad y el amor como remedios al desempleo, a la soledad y a la desesperación. Esto tiene que ver con el juego que hacen Hanks y Roberts. Ella expresiva, histriónica, capaz de actuar con sus ojos y con su boca en todo el rango de las posibilidades, oscilando entre la sabiduría y la tontería; entre el orden y el libertinaje; entre la creatividad y la rigidez; entre el aprecio cariñoso y la indiferencia. Él sonriente, sencillo, desprevenido, pero inesperadamente inteligente y perseverante, a lo Forrest Gump o a lo Viktor Navorski (Terminal).
En una segunda impresión, se puede apreciar el realismo subyacente, en el sentido de que las situaciones presentadas están ocurriendo diariamente en el mundo, a modo de tragedia, cuando el desempleo y la inestabilidad laboral amenazan a las personas y las someten a situaciones extremas. Igualmente el sistema educativo es escenario de una mezcla de virtudes y de mediocridades, donde está en juego la posible transformación de las personas y del sistema social, sin que esté asegurado el cambio deseado. La película sugiere que una aproximación alegre, sonriente, desprevenida, amistosa, de grupo, puede resolver muchas de las contradicciones. Evidentemente, para seres reales, no se tratará de galanes a lo Tom Hanks que se encuentran a maestras de ensueño a lo Julia Roberts. Quizás por ello estos dos famosos no se la juegan a fondo y actúan de manera más bien divertida y ligera, para que quede cierto viso de realismo, de representatividad, para el espectador.
La película se atreve con otros temas interesantes. Uno de ellos es el del transporte de las personas. Retomando escenas de los filmes italianos de los años sesenta, los personajes se mueven en motonetas, que se aprecian pacíficas, económicas, humanas, estudiantiles, ecológicas, en comparación con los poderosos autos de la vida actual. ¿Hasta qué punto el hombre se comporta según su medio de transporte, hasta qué punto puede humanizarse el transporte en las sociedades demasiado urbanizadas? Otro de los temas es el de las segundas oportunidades que se abren a las personas. En el trasfondo se aprecia el papel del sistema educativo, que si es humano, experimental, acogedor, puede transformar tanto a los estudiantes como a los maestros, posibilitando nuevas visiones, al alcance de todos los estudiantes, sean de humildes colegios comunitarios o de prestigiosas universidades. Un tercer tema es el de la ceguera de las personas y de las organizaciones y su incoherencia, que no las deja apreciar lo que tienen a su lado, aunque sea valioso, de manera que permiten que se apague, que se vaya, sin caer en cuenta del potencial siempre escondido en el otro.
Un tema final a resaltar y que la película se atreve a proponer, igualmente escondido detrás de la comedia intrascendente, es el de los métodos docentes y su efectividad. ¿Cómo aprenden las personas? ¿Con el ejemplo, con las teorías, con los textos, con las interacciones, con las exigencias, con los símbolos, con la admiración por los maestros o con el deseo de aprender? ¿Cómo se desarrolla una segunda oportunidad para un estudiante deseoso y atento? Una maestra en apariencia cansada, que menosprecia a sus estudiantes, indiferente, va despertando. Un maestro pedante, lejano, discursivo, se va acercando. Es la magia de las transformaciones que ocurre cuando los actores de una situación conflictiva, seria, dramática, la convierten en algo divertido, entretenido, posible. Es el paso de la tragedia a la comedia y de la comedia a las posibilidades que se hacen reales.
Finalmente y con mente abierta, sin esperar una comedia notable, dispuestos a visionar a dos actores maduros actuando gozosamente en compañía de un grupo divertido, esta película se puede ver con agrado.
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