El dedo del funcionario recorrió con habilidad la hoja de control del tráfico. "Esta mañana ajustarán el sector t137. Empezarán exactamente a las nueve en punto, una alteración de tres horas. Acabarán a mediodía (...). Tu tarea concreta concierne al hombre que vive ahí. Trabaja como empleado en una empresa situada en el sector t137. Es esencial que llegue a su centro de trabajo antes de las nueve".
"Adjustment team", Philip K. Dick (1954)
Philip K. Dick es uno de los padres de la llamada "Edad de Oro" de la ciencia ficción. Aunque en vida sus obras no tuvieron mucho éxito, debido básicamente a su difusión en canales específicos del género, éste le ha llegado póstuma y masivamente, sobre todo gracias a las adaptaciones cinematográficas (quién no sabe que Blade Runner está basado en su "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?", Desafío Total en "Podemos recordarlo por usted al por mayor" o Minority Report en "El informe de la minoría"). Y es que entre sus escritos se incluyen más de ciento veinte relatos cortos; entre ellos, el que George Nolfi se ha atrevido ahora a llevar a la gran pantalla: "Adjustment Team"[1].
Atrevido es un buen calificativo para este novel director, sí. Porque se basa tan libremente en el texto original, que nos ha dejado un poco descolocados. Y es que si el texto original (de apenas diecisiete páginas) se centra en la vivencia de un trabajador de clase media que hará lo posible por olvidar lo sucedido, la película y el guión -que también firma Nolfi- extrapola el mensaje y lo deriva hacia un nuevo concepto: si en el relato corto es evidente que lo que quiere trasmitirse es la existencia del destino y de seres superiores que controlan a los hombres, Nolfi pretende plantearnos la evidente pregunta: ¿Está el destino escrito? ¿No existe el libre albedrío? ¿Podemos o no, en definitiva, reescribir nuestro futuro con cada decisión?
Así, el tímido y casado empleado de una empresa del sector de la construcción se convierte en un joven y respetado soltero aspirante a senador que, tras experimentar la "vivencia" (de forma mucho menos terrorífica que la relatada por K. Dick), reaccionará de una forma totalmente diferente a la del protagonista original. La excusa para investigar qué es lo que está pasando, en realidad, en nuestro mundo es la bonita pero imposible historia de amor entre el político y una irreverente bailarina. Imposible porque no está escrito que deban conocerse. Si se conocen, él se sentirá tan complementado y feliz que ya no tendrá la ambición para llegar a ser el Presidente de los Estados Unidos... ya ves.
Si en el libro los "ajustes" de la realidad se presentan como algo a temer, pero necesarios para el bien de la humanidad (la caída de las barreras entre países y el inicio de la paz mundial, por el simple pero necesario "ajuste" en la empresa de construcción), en la película, en ningún momento acaba de verse claro por qué el destino de David Norris es tan importante (aunque podemos especular que debería ser el mismo). De hecho, el propio Nolfi tiene tan poca idea que decide que los "hombres" que le persiguen, los del "equipo de ajuste", tampoco posean este conocimiento, convirtiéndoles, así, también en simples marionetas del Plan superior... todo para sacar a flote y alargar en demasía una historia de amor que, nunca mejor dicho, debería estar condenada.
Entonces, ¿cuál es el resultado? Al menos, tras tanta exaltación romanticona del amor, la idea base del relato de K. Dick prevalece: ¿está el destino escrito? El escritor lo daba por sentado, seguramente como consecuencia de sus propias experiencias (decía que tenía visiones de Dios), y Nolfi, edulcoración aparte, simplemente lo cuestiona. El problema es que este cuestionamiento también podría haberse filmado en escasos noventa minutos. Pero no es el caso.
Porque Nolfi decide que su historia esté llena (demasiado literalmente) de encuentros y desencuentros a lo largo de los años entre los protagonistas, de "ángeles de la guarda" malos malísimos que hacen lo necesario para llevar a cabo las órdenes de La Dirección y que se trasladan por el mundo -llámese Nueva York-, utilizando accesos y objetos a lo Habitación perdida (Craig R. Baxley, 2006), de persecuciones cual Jason Bourne (no es de extrañar, Nolfi fue el guionista de El ultimatum de Bourne, Paul Greengrass, 2007) o de homenajes innecesarios a películas como El cielo sobre Berlín y sus maravillosos paisajes a vista de pájaro (Wim Wenders, 1987; aunque es más posible que lo sea de City of Angels, Brad Silberling 1998, por aquello de ser el remake también edulcorado de la primera). Sinceramente, hay una escena hacia el final del film que podría haber sido un digno desenlace (si ya la habéis visto, seguro podéis pensar cuál es) y que, sin embargo, para incluir algo del relato en el que está basado arruina totalmente un final alternativo, abierto pero más creíble incluso que el que remata el metraje. Una conclusión tan imposible y "divina" que convierte la filosófica idea original en algo mucho más religioso, desentonando totalmente con el camino que había elegido el director para centrar la idea original. Una pena.
En definitiva: tanto devaneo, tanta mezcla de ideas, hacen un flaco favor a un producto que podría haber tenido mucho más éxito, y que si puede aguantarse es básicamente por la química existente entre Matt Damon y Emily Blunt (nos podemos creer que estén profundamente enamorados aunque se hayan visto cinco minutos) y por unas interpretaciones, no sólo de la pareja protagonista, que aguantan los momentos en los que más flaquea un guión mal cerrado. Eso sí: a destacar el dinámico inicio del film, cuando se presenta la ajetreada vida del político, y la buena combinación entre drama y acción. Como decimos, el gran y único problema de Destino Oculto es que la idea no daba para tanto, se trate o no de una adaptación fiel. Y, aunque no sea el objetivo, también nos ha alegrado volver a ver a Jason Bourne luchando por su destino. Y es que Matt Damon, últimamente en estado de gracia (la verdad es que convence totalmente), parece no haberse complicado demasiado: ha encontrado su mejor inspiración en Bourne, enamorado.
[1] Puedes leer el relato "Equipo de ajuste" pulsando aquí.
Ficha técnica:
Destino Oculto (The adjustment bureau) EUA, 2010
Dirección: George Nolfi
Producción: George Nolfi, Chris Moore, Michael Hackett
Guión: George Nolfi (basado en el relato corto de Philip K. Dick)
Fotografía: John Toll
Música: Thomas Newman
Montaje: Jay Rabinowitz
Interpretación: Matt Damon, Emily Blunt, Anthony Mackie, Terence Stamp, Shohreh Aghdashloo.
Trailer:
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