Cuando era pequeña me aterrorizaba tan sólo escuchar el título de la película Pesadilla en la calle del Infierno[i] y ni hablar del nombre Freddy Krueger. Este personaje, creado por Wes Craven, desfigurado, con cuchillos en los dedos y capaz de sumergir a cualquiera en sus peores pesadillas, era el temor compartido de los jóvenes de la década de los ochenta. Un cuarto de siglo después, Samuel Bayer, un director de videoclips de bandas de rock[ii], ha resucitado al asesino serial de los sueños, para seguir aterrorizando a las nuevas generaciones. Pesadilla en la Calle Elm es una revisión que se basa en la original de 1984, en la que se han replanteado algunas situaciones, pero ha conservado vestigios de la primera versión, incluso dejando momentos idénticos en forma, pero ubicados en otros momentos del film.
Esta película, como buena muestra de lo que se conoce como Slasher Film[iii] trata de un grupo de jóvenes que deben hallar una solución para no morir cruelmente asesinados. Sin embargo, el asesino de Pesadilla... no es un ser humano vivo, sino que es un muerto que desde las profundidades de los sueños lleva a cabo la muerte de cada una de sus víctimas, de una forma sanguinaria. La consigna es no dormir: si deseas vivir, debes mantenerte despierto.
La combinación del asesino serial con un factor sobrenatural incrementa el escepticismo de los demás personajes de la historia, lo que la vuelve aún más desesperante para el espectador. Además, el hecho de que envuelva factores sobrenaturales, le da un ingrediente más horrorizante a la película, ya que el enemigo no es una persona de carne y hueso, que puede se vulnerable; sino por el contrario, es un ser del que hay que determinar su procedencia y objetivos, mientras sus víctimas tratan de sobrevivir.
Pese a que algunos asesinatos son bastante visuales, tal pareciera que últimamente vemos imágenes mucho peores y por ende hemos perdido algunos grados de vulnerabilidad visual. Definitivamente, ya no es lo mismo que hace veinte años, y el cine se ha encargado de mostrarnos realidades mucho más escalofriantes, explícitas y morbosas, por lo que Freddy Krueger es una figura clásica, que ha pasado a la historia, pero que no forzosamente la escribe nuevamente en esta versión renovada.
Por primera vez, después de siete películas, Robert Englund ha dejado de interpretar a Freddy Krueger, para darle paso a Jackie Earle Haley, renovando al personaje y convirtiéndolo en un ser que parece indestructible y mucho más atlético y fortalecido.
En esta nueva cinta, Bayer ha logrado contar -en escasos 120 minutos- la historia de todos los chicos del kinder y, además, explicar de forma clara y concisa qué ha pasado con Krueger y qué es lo que quiere, detalles que no eran ni siquiera tratados en la versión original. Además de esta considerable diferencia, es importante hacer mención de la clara mejora tecnológica de los efectos especiales y el cambio radical de la banda sonora.
Además, en el remake, la historia visual es mucho más ágil, así como el montaje, todo esto en comparación con el original. Hay cabos sueltos que se tienen que ir atando con el paso de los minutos, y cada personaje va aportando una parte de la historia, lo que va llevando la narración, hasta que sea desvelada la verdad y se aproxime el desenlace.
Ahora, prácticamente, todas las preguntas han sido contestadas, y cada una de las muertes han sido visionadas a detalle. Incluso Freddy ha dejado de aparecer entre las sombras y se han podido ver con cuidado sus facciones. Desvelar al asesino por tanto tiempo no produce el mismo nivel de terror. Lo desconocido es lo que atemoriza y excita al espectador. Ahora Freddy tiene un rostro preciso.
Tal parece que esta nueva versión responde más a una necesidad por explotar nuevamente el clásico que marcó un hito en la historia del cine de horror, hasta generar una serie de cinco partes de la saga, además de la reciente Freddy vs Jason, y algunos otros productos para televisión. La original tenía mucho que ver con la realidad juvenil en el cine de los ochenta, en donde los temas de la libido y la sexualidad entre los adolescentes y jóvenes estaba en pleno apogeo. Apenas se empezaban a producir "blockbusters" y "chick-flicks" para el espectador joven, y de pronto, se quedaban pasmados ante la inverosímil y terrorífica realidad que aportaba la pesadilla en la Calle Elm.
Si bien la película ha hecho una taquilla considerable con su estreno, puede ser más bien el resultado de una oleada de fans que han seguido los pasos del personaje desde años atrás y que nuevamente tienen la oportunidad de disfrutar a su Krueger en la pantalla grande. Sin embargo, si bien ha sido una versión cuidada y realizada de forma correcta, incluso añadiéndole detalles que se asemejan a las formas narrativas actuales, el impacto es muy distinto, porque la realidad y el contexto han cambiado considerablemente.
Lo que gusta de Pesadilla en la calle Elm es el recuerdo de lo que fue hace veintiséis años. Quizá las nuevas generaciones necesitaban reavivar el amor por Krueger; sin embargo, hay clásicos que por más que se revisionen, no volverán a ser lo que fueron.
[i] Título con el que se conocía en México a la serie de películas de Freddy Krueger.
[ii] Entre ellos, Metallica, Cranberries, Blink 182, The Offspring o The Smashing Pumpkins.
[iii] Películas en las que un asesino utiliza un arma punzocortante para aniquilar a sus víctimas de forma despiadada.
Ficha técnica:
Pesadilla en Elm Street (A nightmare on Elm Street), EUA, 2010
Dirección: Samuel Bayer
Producción: Michael Bay, Andrew Form, Bradley Fuller
Guión: Wesley Strick, Eric Heisserer. Basado en los personajes de Wes Craven.
Música: Steve Jablonsky
Fotografía: Jeff Cutter
Montaje: Glen Scatlebury
Interpretación: Jackie Earle Haley, Kyle Gallner, Rooney Mara, Katie Cassidy
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