Nueve vidas (Nine lives). Rodrigo García , EUA, 2009
Por José Miguel Viña Hernández

A veces hay vida después de la ficción. Nueve vidas (2005), escrita y dirigida por Rodrigo García, al reproducir nueve momentos inconclusos en la vida de sendas mujeres, genera la tensión (la frustración) necesaria para abrir posibilidades que escapan al espectador. La vida retratada como porciones de tiempo que lo alimentan sin llegar a saciarlo.

Desde un punto de vista narrativo, Rodrigo García estrangula la exposición convencional, el modelo clásico, enunciativo, y los sustituye por saltos irregulares en el tiempo, a modo de puntos suspensivos, un coitus interruptus que recuerda a González Iñárritu (Amores perros, 21 gramos...) y títulos de cronología "alterada", con Memento (Christopher Nolan, 2000) como pieza paradigmática. 

La construcción de Nueve vidas toma como unidad esencial el plano secuencia. A los ejemplos clásicos de Orson Welles en los primeros compases de Sed de mal (1958), y de Alfred Hitchcock, en La soga (1948), se unen las nueve historias que conforman la línea básica argumental del film. Curiosamente, este recurso expresivo (con la complejidad y vistosidad que otorgan a la obra) hace que la técnica y el lenguaje cinematográfico no se camuflen, como era habitual en el modo de representación institucionalizado por el llamado cine clásico americano (la técnica invisible toma cuerpo de nuevo).

Reivindicado por la nouvelle vague, el plano secuencia confiere a la película un curioso contraste entre continuidad (técnica) y fragmentación (argumental), entre lo infinito (proyección mental más allá de lo narrado) y lo concreto y específico (las vidas truncadas presentes en la pantalla en una duración determinada).

Nueve vidas es una película del tiempo, cimentada en las emociones de los personajes, atada a los recuerdos, las vivencias, el pasado turbio (o no) de los protagonistas de la acción, el presente inestable y el futuro incierto. El tiempo, apoyado en el montaje, se convierte en recurso dramático en sí mismo.