Desde siempre, desde las antiguas épocas, la ambición humana ha roto el saco. En la vida moderna sus efectos son peores, ya que se riega por un sistema globalizado, disfrazada de academia, de tecnicismos y de complejidad. En esta forma, una serie de personajes exitosos, poderosos, se aprovechan de sus conocimientos, de su lenguaje, de sus capacidades verbales y de sus posiciones privilegiadas para jugar con los dineros de los ahorradores como si estuvieran en un casino universal. No parece importarles el descrédito que puedan recibir cuando se destapen las ollas sucias y se descubran sus manipulaciones, más bien están atrapados por la excitación de la aventura de engañar impunemente a millones de personas y por las inmensas ganancias que pueden obtener.
"Inside job" significa el trabajo que se hace desde adentro. Es un trabajo taimado y traicionero que se basa en agendas ocultas y en secretos. Contar con información confidencial puede dar ventajas impresionantes que se pueden aprovechar para ganar dinero a costa de los que, inadvertidamente, confían en el sistema, sin darse cuenta de que está viciado, carcomido por dentro y manipulado.
Inside job, la película documental ganadora del Oscar 2010, dirigida por Charles Ferguson y narrada por el actor Matt Damon, es un análisis de las situaciones que dieron origen a la crisis mundial financiera del 2008, basada en entrevistas con financieros, políticos, periodistas y académicos, ilustradas con gráficos y ambientadas con imágenes. A ratos se advierte pesada y demasiado técnica y se dejan en el aire términos importantes que seguramente buena parte del público se va a quedar sin entender (sin embargo en el sitio web de la película hay un impresionante documento que trata de todos estos temas, mostrando que el film está respaldado por un periodismo serio). Sin embargo, el trabajo de entrevistas está muy bien hecho y el mensaje queda claro: hay una sistemática corrupción en el sistema financiero de los Estados Unidos, que afecta el establecimiento global y que está facilitado por la casi total falta de regulación y por los grandes incentivos económicos que reciben aquellos que hacen parte del esquema torcido y corrupto. Lo más grave es que detrás de todo hay una recurrente participación de prestigiosas figuras del establecimiento académico, que ganan jugosas cifras dando conceptos y haciendo parte de las juntas directivas de las instituciones financieras que se mueven irresponsablemente, y de los cuerpos estatales responsables de las regulaciones.
Por otra parte, hay que preguntarse: ¿De dónde vienen las presiones que llevan a los gobiernos a impulsar las aperturas y a eliminar las regulaciones; de dónde salieron las fuerzas que llevaron a Ronald Reagan al poder con su visión de alivio y liberalización de la economía? Pues del efecto opresivo y burocrático de los esquemas controladores, los cuales a su vez crean su propio sistema corrupto de académicos y burócratas listos a asfixiar cualquier sentido de libertad de movimientos. La película no se entretiene en estas preguntas ni en las causas profundas de los desbarajustes del comportamiento humano y tampoco es de esperar que lo haga, ya que quizás no haya una respuesta clara a tales inquietudes que se pueda documentar ordenadamente. Pienso que si se hace un trabajo de este tipo, en el fondo último van a aparecer las ideologías subyacentes de los grupos humanos y de sus líderes, divididas en dos polos: los que pregonan la libertad y los que pregonan el orden. Probablemente no será fácil documentar la conveniencia de las interacciones creativas entre estos dos opuestos.
El documental se inicia de una manera muy atractiva: presenta la situación de Islandia, un idílico y pequeño país que había logrado el casi imposible equilibrio entre riqueza, desarrollo, ecología y avance social hasta que cae en manos de las ideas de liberación regulatoria, de tal manera que su sistema bancario, antes controlado, juicioso y responsable, se vuelve ambicioso y prepotente, creciendo de manera loca, hasta que explota la burbuja que se forma, llevando la economía del país a la quiebra en menos de dos años.
Luego examina con cierta profundidad las circunstancias que llevan a las crisis recurrentes en las economías norteamericana y mundial. Se hace mucho énfasis en cuatro aspectos: las tendencias políticas hacia la desregulación; el diseño de nuevos tipos de mercados plenos de riesgos, que en consecuencia no son regulados ni vigilados; los problemas de ética de los personajes que lideran el sector financiero y el sector regulatorio y su tendencia a manipular la información, llegando a que las calificadoras de riesgo clasificaran en forma optimista a empresas irresponsables y riesgosas, y finalmente, la actuación superficial y poco ética de los académicos, que actúan como consultores muy bien pagados, sin que trascienda al público la gravedad de las situaciones que van conduciendo a la crisis.
Se pone en evidencia la existencia de un carrusel de privilegios, dominado por una élite de académicos, asesores, expertos, directivos, que se apoyan mutuamente y van cambiando de funciones entre lo regulatorio, lo financiero y lo académico. En esos movimientos reciben jugosos beneficios. Al revisar las reacciones de la película se ha visto que ha generado debate en los centros académicos y medidas regulatorias sobre el comportamiento de los profesores.
Inside Job señala que el sistema financiero se ha visto sometido a un ambiente de fiesta y de creatividad financiera, en el cual se diseñan nuevos productos, atractivos, casi mágicos y se conciben esquemas que permiten trasladar los riesgos entre inversionistas ambiciosos, unos ricos, otros no tanto, todos atraídos por las ganancias a corto plazo. En último término quedan atrapados los fondos de pensiones y los inversionistas individuales pequeños, convocados por inversiones aparentemente rentables y muy bien calificadas ¿Cómo resistir una rentable opción calificada con riesgo tripe A o doble A, aunque en realidad sea un esquema para engañar y hacer fraude?
En este ambiente, se da lugar a burbujas y a pirámides financieras, sostenidas por aquellos que se acercan a invertir, hasta que el esquema no aguanta más. De esta forma se da lugar a enormes salarios, premios y bonos que alientan la ambición. En tales circunstancias, se pierde la sabiduría y dominan criterios demasiado personalistas, materialistas y egoístas.
Pasa luego la película a describir la crisis y a señalar que es muy poco lo que se ha hecho para atacar sus causas profundas, señalando que la administración Obama no está actuando en forma efectiva y, en esencia, las cosas se manejan de la misma forma.
¿Qué tan documental es el trabajo, qué tanto es película, qué tanto es investigación? Me parece que se ha hecho un excelente trabajo investigativo, que además se ha completado con documentos adicionales incluyendo una guía de enseñanza y estudio disponible en internet.
Es de señalar que las declaraciones verbales de los realizadores se respaldan bien con trozos de materiales escritos y resaltados, basados en publicaciones o en artículos de los personajes, para que el espectador los oiga y los lea. De hecho, responde a las intenciones del director Ferguson, que más que atacar individuos, quería exponer las fallas del sistema. Las entrevistas con los personajes tienden a ser respetuosas, lo cual es importante para que no se los aprecie sometidos al escarnio o al acoso, de modo que el espectador juzgue basado más en el hecho mismo que en la tropelía. De hecho, varios de ellos se aprecian dando respuestas honestas y cándidas con respecto a sus errores, lo cual muestra que los aspectos éticos pueden estar bastante confusos para ellos. El uso de gráficos estadísticos y de comportamiento es un recurso poco usado en el cine, pero acá se lo trabaja apropiadamente, igualmente como respaldo a los hallazgos que se van mostrando. La voz de Matt Damon es equilibrada, no cae en la burla o en la ironía y por ello me parece que el mensaje penetra con mayor efectividad.
En una sociedad globalizada, de corte materialista, muy centrada en el crecimiento económico, como en la que vivimos, es importante estar informado y contar con criterios. Solo así se podrá dar cabida al diálogo ilustrado entre los dos polos opuestos y encontrar caminos más holísticos, honestos e integrales que permitan el desarrollo sostenible y respetuoso. Pienso que esta película contribuye mucho en este sentido.
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