Diego Luna ha comenzado a darle un giro cada vez más contundente a su carrera, en la cual comienza a fungir más frecuentemente como Director, Guionista y Productor, que como actor. Tres anos después de su incursión en la dirección con el documental J.C. Chavez, este 2010 lleva a la pantalla Grande su Opera Prima de ficción: Abel.
Esta primera entrega del actor mexicano, ha dejado buenas criticas a su paso, en festivales tan importantes como Sundance y Cannes. Con esto, y su renombre adquirido previamente, Luna ha logrado colocar su film en todas las salas del país, dándole esperanza al cine mexicano en cuanto a distribución.
No hay que olvidar que Diego, junto con Gael García Bernal, se ha encargado de impulsar Canana Films y el Festival de Cine Documental Ambulante; con ello, poco a poco se han ido abriendo más posibilidades para la Industria Mexicana, a través de la distribución y producción de Cine Nacional.
Esta película de Canana Films muestra a Abel, un niño autista que acaba de salir del hospital y regresa a su hogar para continuar aislado de la sociedad. Ya en casa poco a poco sale de su introversión gracias a que comienza a asumir el rol del padre de la familia que se encuentra ausente. Todos en casa deciden seguirle el juego, con tal de mantenerlo en este estado de "progreso" mental. Sin embargo, el Padre vuelve y la familia comienza a desmoronarse ante el desequilibrio.
Esta es una historia surrealista y agridulce que resulta especial por diversos motivos: en primer lugar, porque es una película con ninos, de las cuales hemos visto pocas en los últimos años en México. Por otro lado, toca el tema del autismo, que hasta la fecha no ha sido recurrente en el cine y mucho menos cuando no involucra genios matemáticos.
Abel es una mirada a una familia que padece del mismo autismo que el personaje: retrata una célula que ha parado su desarrollo, aislada de la sociedad -viven en un fraccionamiento abandonado-, con serios problemas de comunicación, e incapaz de mantener un acertiva interacción emocional entre sus integrantes. Éstas son exactmente las mismas características del autismo: asilamiento, falta de comunicación y emocionalidad.
Los pocos momentos en los que se deja ver un ligero "funcionamiento" en la familia suceden justo cuando Abel logra equilibrar, a través de su nuevo rol, el ambiente en casa. Además, la familia logra trabajar por un objetivo común: la salud de Abel. Sin embargo, tanto él como su Familia tienen que pasar por momentos de crisis cuando el Padre reaparece en sus vidas.
Pese a la disfuncionalidad familiar y el desequilibrio de Abel, hay un dejo de esperanza que mantiene la historia flotando en la comedia negra hasta los úlitmos minutos de la cinta, en la que el surrealismo alcanza a la realidad. Ésta es una historia que podría ser real, pero que sobrepasa esos límites, para llegar a un nivel de irrealidad que sólo es posbile en el mundo de Abel y en el cine. La película de Luna es humana, y permite ver los límites de cada integrante de la familia, en donde no son ni Buenos ni malos y tienen debilidades, miedos y deseos de tener una vida armónica.
Las actuaciones son uno de los puntos más acertados de la película: cada uno de los personajes tiene una congruencia y una forma de ser definida y clara. Los hermanos Ruiz-Esparza empiezan con el pie derecho en esta cinta, lo que nos habla de un trabajo de dirección actoral por parte de Luna que resulta muy a su favor.
Diego logra capturar el mundo de un niño, manteniendo la cámara siempre a su altura y permitiendo adentrarnos en la realidad que él ha ido delineando a su tamaño. Todo lo que sucede a su alrededor, es producto de lo que sólo una mente autista podría generar: una realidad perfecta pero a la vez trastornada por las flaquezas de la familia y del pensamiento.
Con escenarios en el Estado de Aguascalientes, esta película sale de la capital y de todo lo visionado en salas últimamente, y se convierte en una puerta para nuevos actores, una nueva propuesta para el cine nacional, una esperanza para la distribución en salas, y una carta de presentación para Diego Luna que seguramente le abrirá una amplia gama de oportunidades.
Festival de Cannes 2010. Proyección especial.
Festival de Sundance 2010. Premiere.
Ficha técnica:
Abel, México-EUA, 2010
Dirección: Diego Luna
Producción: Pablo Cruz, Diego Luna
Guión: Diego Luna, Augusto Mendoza
Fotografía: Patrick Murguia
Montaje: Miguel Schverdfinger
Interpretación: Christopher Ruiz-Esparza, Karina Gidi, Gerardo Ruiz-Esparza, Geraldine Alejandra, Jose Maria Yazpik
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