Peter (Robert Downey Jr., el gran actor recuperado del siglo XXI) y Ethan (Zach Galifianakis, el gran comediante emergente de nuestro tiempo) se encuentran refugiados bajo techo en un parador al costado de una ruta, a resguardo de una intensa lluvia durante la noche. Ambos llevan menos de un día viajando juntos, y no precisamente por voluntad de cada uno (menos que menos por la de Peter). Los dos se dirigen hacia Los Angeles: Peter para presenciar el parto de su mujer, quien se encuentra a punto de dar a luz a su primer hijo, y Ethan porque quiere probar suerte en Hollywood y cumplir su sueño de actuar en un episodio de la sit-com Two And A Half Men. Peter debió aceptar el ofrecimiento de Ethan por acercarlo hacia su destino en su auto, ya que debido a un incidente previo ocurrido en el comienzo de la película el primero ha perdido todo su dinero, papeles y permisos para conducir. En esta escena se da un hecho clave que permite comprender la lógica bajo la cual funciona tan bien Todo un parto, la nueva comedia de Todd Phillips que pareciera tratarse de una especie de remake no declarada de Mejor solo que mal acompañado (1987), aquella clásica comedia con Steve Martin y John Candy, dirigida por John Hughes. Ethan comienza a hablar sobre su padre, quien falleció recientemente, mencionando lo amable que era con la gente y lo mucho que disfrutaba de conversar con los desconocidos en su puesto de peaje, donde trabajó toda su vida. Ethan le pregunta a Peter por su padre y éste, por primera vez en lo que va de la película, empieza a confesar varios aspectos sobre su pasado y su vida personal. Mostrándose visiblemente emocionado al relatar cómo su padre los abandonó a él y a su madre luego del divorcio, Peter finaliza su anécdota y Ethan comienza a reír de manera completamente desubicada. Al recuperar la compostura, Ethan le dice a Peter: "Mi padre jamás hubiera hecho algo así. El me quería". ¿Por qué es tan graciosa esta escena? Es graciosa porque ocurre lo que no debería ocurrir, porque se dice lo que no se debería decir. Lo que nuestros códigos sociales, por llamarlos de algún modo, nos impiden hacer o decir en este tipo de circunstancias. Eso es precisamente la comedia, un constante desplazamiento hacia la tierra de lo no permitido. Y hoy por hoy, nadie se desplaza mejor en esa dirección equivocada que las comedias norteamericanas. Sin exagerar, creo firmemente que la comedia americana representa el género más coherente, sólido, subversivo, anárquico, irreverente y políticamente incorrecto que anda dando vueltas por el mundo. Nadie se atreve a ir más lejos que estas comedias, y este fenómeno no se condice de ninguna manera con la valoración crítica que se suele hacer sobre este cine. Lo mejor que puede esperar este tipo de cine es la aceptación y respuesta por parte del público en las salas. Para la consideración crítica parece que habrá que esperar hasta otro momento.
En la reseña de 4 3 2 Uno publicada en este mismo número hablaba de la honestidad intelectual como una suerte de virtud inimputable puesta siempre en juego por parte de cualquier artista que quiera expresarse por medio de su obra. Si bien es cierto que la honestidad tampoco lo justifica todo y no siempre alcanza con decir lo que se piensa para ser admirado o respetado, no caben dudas de que la honestidad suele seducir bastante y tampoco suele dejar a nadie indiferente. La comedia, desde su voluntad casi militante de poner el universo cabeza abajo, es una muestra de honestidad brutal contundente como ninguna que se vale de traspasar el límite constantemente. En este gesto hay una fuerza y una vocación política por subvertir valores establecidos con formas en apariencia amables. Hasta el día de hoy la comedia sigue relegada a un plano desprestigiado, incluso aun por sus propios seguidores, quienes involuntariamente la suelen situar por fuera de los supuestos intereses o propósitos del cine (si es que éste tuviera algunos), pensando que con ese desplazamiento marginal ubican a la comedia en el lugar adecuado. Nada más alejado de la verdad. La comedia norteamericana actual tiene la enorme virtud de referir a lo real, valiéndose de manera sumamente creativa de las formas del cine, y por si esto fuera poco, también vale mencionar que la mayoría de las veces estas películas reivindican fuertemente ciertos valores en desuso, tales como la amistad por encima de cualquier vínculo sanguíneo o social, lo que habla también del enorme compromiso emocional que mantienen con sus personajes -algo que le falta a mucho cine prestigioso de nuestro tiempo , empeñado en maltratar a cuanto ser vivo se cruce por la pantalla.
El director Todd Phillips (responsable de la ya clásica ¿Qué pasó ayer? / Resacón en Las Vegas y de Viaje censurado) se vuelve a valer de las coordenadas genéricas de la road movie para poner en escena la enorme cantidad de situaciones extremas en las que se verán envueltos los protagonistas. El fuerte de este cine no pasa necesariamente por eludir los lugares comunes, sino precisamente por volver a transitarlos, dejando como rastro un tendal de alteraciones a su paso. Es una prueba más de que no se puede reducir jamás una película a una premisa argumental. Nada de lo que aquí pueda verse no ha sido visto en otro lado: lo importante es la eficacia con que se resuelve la sucesión interminable de situaciones inolvidables en los que ambos personajes se verán involucrados. No sería apropiado enumerarlas, aunque la tentación sea muy grande. Sería arruinar una gran sorpresa que el espectador tiene reservada, en caso de tomar la decisión acertada y entender que ver una comedia en sala grande es una enorme recompensa, una de las tantas que ese milagro llamado cine acostumbra ofrecer cuando uno está dispuesto a asumir el riesgo. Y ya se sabe que el no arriesga, nunca gana.
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Ficha técnica:
Salidos de cuentas / Todo un parto (Due Date) EUA, 2010
Dirección: Todd Phillips
Guión: Alan R. Cohen, Alan Freedland, Adam Sztykiel y Todd Phillips
Fotografía: Lawrence Sher
Edición: Debra Neil-Fisher
Música Original: Christophe Beck
Diseño de Producción: Bill Brzeski
Intérpretes: Robert Downey Jr., Zack Galifianakis, Michelle Monaghan, Jamie Foxx, Juliette Lewis, Danny McBride.