Bright star, would I were steadfast as thou art
Bright Star fluye ante nuestros ojos de igual forma como podríamos imaginarnos la creación de una de las obras del propio John Keats, poeta romántico del que se realiza en el film un particular bioptic centrado en sus tres últimos años de vida. El inicio es pausado, como la propia vida. Hay de dejar que la inspiración penetre a través de nuestros poros, de todos nuestros sentidos. Poco después, y de forma intermitente, aparecen atisbos de luz: cortos versos, pequeñas composiciones que se nos antojan brillantes, pero que no alcanzamos a ver, a saborear en su máximo esplendor, al encontrarse inconexas. Es sólo al finalizar, al haber puesto estos versos en el orden y contexto adecuado, cuando encontramos y sabemos identificar verdaderamente la belleza del conjunto.
Not in lone splendour hung aloft the night
And watching, with eternal lids apart,
Like nature's patient, sleepless Eremite,
Bright Star supone el "retorno" de la directora y guionista Jane Campion, devolviendo esa brillantez del título a una carrera que desde la premiada El piano (1993), parecía que había entrado en capa caída. Y es que Campion vuelve con el mejor cine que sabe hacer: film de época (primera mirad del siglo XIX) en el que se destaca la fragilidad de sus protagonistas, enfrentados a un amor tan imposible por los acontecimientos que les deparan como reprimido por una sociedad que se rige exclusivamente por las normas de la etiqueta y la diferenciación social. Íntima e intimista, la directora ha sabido narrar la breve y complicada (por simple) historia de amor que vivió el poeta junto a su musa Fanny Brawne, dándole un enfoque tan real, que en contados momentos del film, incluso, se antoja onírica, gracias a los emplazamientos y metáforas visuales que recuerdan fragmentos de la obra del poeta.
The moving waters at their priestlike task
Of pure ablution round earth's human shores,
Aunque la duración del metraje excede la capacidad de atención del espectador (demasiadas idas y venidas del amor posible-imposible, seguramente por querer demostrar que temporalmente los amantes tuvieron que estar separados en varias ocasiones, pero que el montaje no acaba de dejar claro, al no poder apreciar la cantidad de tiempo transcurrido del que se habla), en el film de Campion podemos destacar dos elementos que hacen que este drama romántico-poético destaque por encima de otras propuestas.
Or gazing on the new soft-fallen mask
Of snow upon the mountains and the moors-
La excelente fotografía es uno de ellos. Greig Fraser consigue dotar de una naturalidad exquisita los paisajes del Londres del siglo XIX. Alejándose de tentaciones más coloristas que restarían melancolía romántica al film, en Bright Star el director de fotografía ha impregnado de sencillez todos los acontecimientos, ayudando, junto con el guión, a que lo que destaque sea el propio conjunto, la suma de elementos que hacen que crezca la empatía del espectador hacía todos los personajes y que éste sienta cómo afloran el amor y la belleza, gradualmente. Destaca la iluminación inicial de las primeras escenas en las que aparece Fanny que, junto con sus modernos vestidos, desencajan dentro del particular mundo de Keats. Poco a poco, Fanny pasará también a formar parte de la vida del poeta, y lo notamos en la progresiva sobriedad de los colores y forma de sus vestidos. La iluminación se funde para que los dos personajes sean ya uno y se confundan con el paisaje, formando parte del "todo" que la historia quiere contar. Porque Campion no pretende que su centro sea exclusivamente el tándem Keats/Whinshaw y Fanny/Cornish, sino que quiere que observemos que todos los personajes, incluido el bosque, formen parte del gran puzzle, aportando el mismo número de piezas.
No--yet still steadfast, still unchangeable,
Pillow'd upon my fair love's ripening breast,
To feel for ever its soft fall and swell,
El segundo es la arriesgada pero eficaz música. Arriesgada porque, en realidad, se compone de muy pocas melodías. El film avanza mayoritariamente apoyado por las conversaciones y recitales como única banda sonora y, de hecho, las únicas nueve composiciones creadas por Mark Bradshaw, todas ellas, incluyen pasajes de la película (la lectura de las cartas que se envían, recitales de la poesía de Keats...). Incluso una de ellas, La belle dame sans merci, directamente ni está acompañada de música. Si a esto le añadimos que las pocas canciones con cierto grado de música utilizan sonidos tan naturales como el cantar de los pájaros... ¿Qué consigue Campion? Que la sensación de realismo absoluto impregne toda nuestra atención, viviendo lo que los poetas románticos de la época debían experimentar día a día. Cuando el film finaliza y aparecen los títulos de crédito, la profunda voz de Whinshaw continúa recitando los poemas que hemos ido escuchando, no dejando así ni que el final del film sea tradicional, sino provocando que continúe con la misma parsimonia sostenida hasta el último segundo.
Awake for ever in a sweet unrest,
Still, still to hear her tender-taken breath,
Bright Star no es uno de los mejores films de época de los últimos años, pero consigue despertar interés en el espectador, arrebatándole una triste sonrisa durante toda la exhibición. Sabemos que no acabará bien, pero incluso en los momentos de mayor desconsuelo consigue que el agradable efecto de los poemas de John Keats contrarreste la fatalidad de su desenlace.
And so live ever--or else swoon to death.
Bright star, would I were steadfast as thou art
John Keats (1795-1821)
Festival de Cannes 2009. Sección Oficial.
Oscars 2009. Nominación al mejor vestuario.
Premios BAFTA 2009. Nominación al mejor vestuario.
British Independent Film Festival. Mejor Fotografía
Ficha técnica:
Bright star, Reino Unido-Australia, 2009
Dirección: Jane Campion
Producción: Jan Chapman, Caroline Hewitt
Guión: Jane Campion
Fotografía: Greig Fraser
Montaje: Alexandre de Franceschi
Música: Mark Bradshaw
Interpretación: Abbie Cornish, Ben Whishaw, Paul Schneider