Este noviembre se cumplirán cien años desde que estalló la primera guerra civil de América del siglo XX: La Revolución Mexicana. Los motivos: una inconformidad por la terrible separación de clases, la división de las riquezas, la falta de derechos, la represión. El pueblo era pobre y vivía marginado. Dos figuras movilizaron a la gente: Pancho Villa (en el Norte) y Emiliano Zapata (en el Sur).
A ambos nos lo han mostrado los libros de historia. Son estos personajes de "monografía escolar" los que se han definido como nuestros "héroes" de la revolución. Sin embargo, en nuestra historia, hay otro sinnúmero de héroes y revolucionarios que han demostrado el verdadero valor del mexicano, no sólo en la lucha por los derechos nacionales, sino frente a eventos tan importantes como la ocupación norteamericana en el país durante 1916.
Hace poco más de treinta años, Felipe Cazals (El apando, Canoa) tenía todo listo para llevar a cabo esta película del tiempo de la Revolución Mexicana, basada en hechos reales, sin embargo, por órdenes de la hermana del presidente (Margarita López Portillo) se canceló el rodaje. En este 2010, y con motivo de la conmemoración del Centenario de la Revolución, el director ha decidido que es el mejor momento para retomar el proyecto.
Chicogrande (Damián Alcázar) es un hombre de confianza de Villa, que tiene la misión de encontrar un médico para llevarlo a salvar al General, ya que éste se encuentra malherido. Todo esto ocurre durante la ocupación estadounidense en el norte del país, mientras se realiza la búsqueda de la cabeza del revolucionario.
Alcázar, quien cada día se coloca como uno de los mejores actores del país, realiza una interpretación de Chicogrande inmejorable: es un hombre con ideales, leal, fuerte y sensible; es un soldado que será capaz de lo que sea necesario con tal de lograr su objetivo. Es alguien que ha sufrido y que tiene el impulso natural de salir adelante. Es un ser humano bondadoso y honesto. Chicogrande es un héroe, que representa a todo un pueblo.
Además de la acertada aparición de Damián Alcázar en el protagónico, cabe resaltar la alta calidad del reparto completo. Sobre todo la mención de que varios de los actores han interpretado a personajes estadounidenses y, por tal motivo, han hablado en inglés todas sus partes con un acento creíble y fonéticamente correcto. ¿Quién dice que siempre tienen que sonar hispanoparlantes en las películas hollywoodenses?
Aunado a todo esto, está la ambientación tan atinada de este western mexicano, donde se alcanza a percibir la pobreza y desolación del norte del país. La mezcla de los amplios escenarios naturales y la belleza del paisaje árido de esa región, junto a las humildes casas que han albergado a buena parte de la población del país durante esos y otros años (incluso más recientes) son ideales para mostrar, no sólo las condiciones de la población, sino también la pasividad de una guerra que comenzó desgastada. Escenografías, vestuarios y caracterizaciones han sido muy cuidados y respetados, de acuerdo a los registros de la época.
Esta historia es sencilla (como su ambientación) y cumple con la necesidad de retratar la perseverancia, unión y lealtad de un pueblo oprimido y amedrentado, que está cansado de recibir maltratos por parte de su propio país, y más aún de extranjeros que han invadido su tierra, y que han dispuesto sus destinos como les place. Aquí hay personajes buenos y malos, sin muchas dimensiones, porque al final, lo realmente importante es ver hasta dónde es capaz de llegar el mexicano por lo que realmente anhela.
Frente a la tierra árida y el ambiente hostil, entre el despoblado, las invasiones, la miseria, el maltrato y el hambre, sólo queda seguir caminando, seguir montado en el caballo y cabalgar con la esperanza de que se lograrán todos nuestros objetivos. A veces ante un panorama tan desesperanzador sería mucho más sencillo morir que continuar andado para hacer lo correcto, para llegar al final y hacerlo de la mejor forma posible.
En estas épocas en donde todo ocurre a velocidades inimaginables, aún hay lugares en donde el aire corre lento, en el que la gente está alejada de la tecnología e incluso de los servicios básicos. Así como sucedía a principios del siglo pasado, un poco antes de iniciarse la lucha armada que continuaría por años, a lo largo y ancho de toda la Nación, la película transcurre en una "presumible" calma y armonía, en lugares en donde parece que ni el agua corre.
La historia real que nos han construido se basa en héroes de monografías que sólo existen en el papel y los timbres postales. Nos hemos ido olvidando de aquellos hombres que realmente han escrito la historia y que han legado las verdaderas cualidades del mexicano, como la lealtad y la perseverancia.
Cazals ha apostado por retomar un pasaje específico, en lugar de narrar la revolución completa, ya que son los detalles y las acciones realizadas por el mexicano común, aquellas que han impulsado el desarrollo de esta película y de la vida misma. Así, este año el Festival de San Sebastián abre su programa con esta cinta que habla un poco más sobre quiénes somos.
Festival de San Sebastián 2010. Inauguración.
Ficha técnica:
Chicogrande, México, 2010
Dirección: Felipe Cazals
Producción: Gerardo Barrera, Leñero, Alvaro Uribe Fernando Gou
Guión: Felipe Cazals
Fotografía: Damián García
Montaje: Oscar Figueroa
Interpretación: Damián Alcázar, Daniel Martínez, Juan Manuel Bernal, Iván Rafael González, Jorge Zárate, Patricia Reyes Spíndola