Desde siempre el cine se ha apoyado en los libros para poder producir historias cinematográficas. Últimamente ha surgido un "boom" por utilizar los best-sellers más recientes y transformarlos en productos fílmicos. En esta ocasión le ha llegado el turno a la novela homónima de Tatiana de Rosnay: Elle s'appelait Sarah (Ella se llamaba Sarah). Es la historia paralela de una niña llamada Sarah, que encierra a su pequeño hermano en el armario para evitar que se lo lleven a donde ella irá con su familia. Esto sucede durante el período del Holocausto, pero en lugar de estar ubicado en Alemania, la historia se desarrolla en Francia, en donde el gobierno se llevó a más de trece mil judíos a campos de concentración. Sarah buscará volver por su hermano, ya que ella es la única que posee la llave del armario.
Paralelamente, conocemos a Julia Armond (Kristin Scott Thomas) que escribe un artículo sobre el sexagésimo aniversario de ese terrible hecho durante la Segunda Guerra Mundial. Al toparse con la vida de la niña, Julia se toma el reto personal de hallar toda la información posible sobre ella. Así le seguirá el rastro durante todo el film, para lograr resolver -quizá- su propia vida.
Es una película muy sencilla, en donde la historia está narrada linealmente, pero con intercortes entre ambos períodos de tiempo: la actualidad y 1942 (año en el que ocurrieron los hechos). Cada flashback y cada referencia gozan de un montaje muy especial, de una coloratura particular y de un sentido espacio-temporal. Además, es muy gratificante ir descubriendo cada eslabón de la historia al mismo tiempo que Julia. Esto hace a la narrativa mucho más atractiva.
En este entretejido de la película salen a relucir diversos momentos de tensión, en los que vamos descubriendo cada fragmento que está oculto en la "verdadera" historia de lo que sucedió con Sarah. Julia, poco a poco, irá desmenuzando todos los pormenores, y mientras tanto mantendrá a la audiencia expectante de lo que es y será de la vida de ambos personajes.
Además de estos momentos especiales, la cinta está aderezada con las estupendas actuaciones de Kristin Scott Thomas, quien ha demostrado con hechos que es una gran actriz que se adapta a cualquier texto fílmico. Junto a ella, la niña que interpreta a Sarah, Melusine Mayance, resulta una revelación en un papel fuerte y convincente.
Es el personaje de Sarah una cuestión digna de mención, ya que si bien Melusine la interpreta de una manera recordable por su dramatismo y su naturalidad, ese mismo personaje evoluciona y crece a lo largo de la película, pero todo lo que hace sólo es narrado, es decir, Sarah ya no hablará, sólo aparecerá, pero eso no impide una comunicación y empatía con ella durante el resto de la película.
La forma en la que Sarah y Julia se conectan, a través del tiempo y del guión, es una de las riquezas de esta cinta. Su vínculo es por objetos, por espacios, pero sobre todo por emociones y sentimientos. Julia refleja muchos de sus temores y pensamientos en la figura que le representa Sarah. Julia quiere escapar de su vida a través de revivir y rescatar aquello que sucedió en el pasado.
Tanto para Julia como para los espectadores, la esperanza es un sentimiento que no muere durante toda la película. Siempre existe ese factor de luz al final del camino, de bienestar pese a las tribulaciones de la vida, de negación ante la realidad ocurrida y también frente a la cotidianidad de nuestras vidas que opaca las verdaderas cuestiones importantes. Sarah y Julia tendrán que ir descubriendo si pueden o no con ello, y mientras tanto, nosotros, esperanzados, no quitamos el "dedo del renglón".
Elle s'appelait Sarah es una película sencilla, no muy cruel, no muy simple. Es una cinta que raya en lo comercial, pero que mantiene ciertos estándares de calidad que se aprecian y agradecen. Es algo que se asemeja a El niño del piyama de rayas, ambas provenientes de un best-seller y ambas que retratan ficciones contextualizadas en hechos reales.
Es una película conmovedora que ha tenido la oportunidad de cerrar el 58º Festival Internacional de Cine de San Sebastián y que seguramente llegará a muchas salas de cine en el mundo. Será entonces una buena oportunidad para disfrutar de una película sencilla y bien realizada sobre una temática histórica.
Ficha Técnica:
Elle s'appelait Sarah. La llave de Sarah. Francia, 2010
Dirección: Gilles Paquet-Brenner
Producción: Stéphane Marsil, Gaetan Rousseau
Guión: Serge Joncour, Gilles Paquet-Brenner, basado en la novela de Tatiana de Rosnay
Fotografía: Pascal Ridao
Montaje: Hervé Schneid
Música: Max Richtner
Interpretación: Kristin Scott Thomas, Mélusine Mayance, Frédreric Pierrot