Paradise Now. Hany Abu-Assad, Territorios Palestinos, 2005
Por José Miguel Viña

Si existe actualmente un conflicto "por excelencia" ése es el que enfrenta a Israel y a Palestina. Su proyección a lo largo de la línea cronológica de la Historia es ya demasiado larga y los argumentos (¿razones?) de cada facción son sobradamente conocidos. El componente ideológico, las identidades enfrentadas (identidades asesinas, en términos del periodista y ensayista franco-libanés Amin Maalouf) y una violencia que temporalmente salpica las pantallas con una dosis de sangre cíclica e inacabable, son los principales actores de una guerra que aparece y se esconde, que es noticia-actualidad y, a la vez, es reliquia del pasado, amnistía y amnesia colectiva.

Paradise now se sumerge en las raíces del integrismo, concepto, como el de "fundamentalismo", que ha adquirido resonancia hasta popularizarse a raíz de los atentados en EE.UU, el 11 de septiembre de 2001. De nuevo Occidente marca las etiquetas.

Hany Abu-Assad reconstruye las horas previas a la materialización de un atentado en territorio israelí. Destripa la planificación del crimen, la construcción del mártir, y refleja los dramas personales de sus protagonistas. El principal acierto del realizador tiene que ver con el planteamiento mismo acerca de la violencia como contenido destinado al consumo masivo (y vacío). El director se aleja del patetismo y de cualquier expresionismo exagerado e innecesario. En su lugar, la violencia emana del propio paisaje, de la vida cotidiana, de las emociones contenidas y ocultas, de aquello que el guión no dice pero deja adivinar. Violencia es lo que existe en el territorio del espectador y, raras veces, en las imágenes dadas. Posiblemente una aproximación occidental (omitiendo los matices que conlleva este término) al mismo tema hubiera recurrido a posicionamientos maniqueos, confrontaciones más evidentes y elementales; incluso, siguiendo con esta hipótesis, un grado de violencia explícita acentuado. El fin didáctico - reflexivo de esta supuesta película pecaría en su infravaloración del espectador como sujeto crítico, provisto de intuición. Ante todo, prima cerrar la narración y marcar las posturas de forma que se distinga claramente aquel viejo esquema de "buenos" y "malos".

Paradise now construye una visión personal y cercana. El conflicto visto desde adentro y desde el centro, por lo que la frontera como espacio de diferenciación cobra un protagonismo dramático comedido. Con los personajes, Abu-Assad logra una evolución sorpresiva como agentes violentos, sacando a flor de piel las dudas del kamikaze, los temores del suicida, su lado humano entre las fieras.